Andrés Cantos es un policía y artista sanjuanino que nació con la música en su sangre. Proveniente de una familia llena de músicos, él hizo su propio camino y logró brillar en muchos escenarios, incluyendo La Voz Argentina, lugar donde hizo emocionar a cantantes como La Sole, Lali y Montaner. De vuelta por sus pagos, pasó por Benditos Artistas Nuestros para someterse ante las preguntas de David Gardiol. Él, como artista todo terreno esta vez se puso el traje de entrevistador. Disfrutá de la entrevista completa.

David Gardiol: -¿Cómo fue tu encuentro con la música?

Andrés Cantos: -Vengo de una familia que ha trascendido con el folklore cuyano, con la música cuyana de raíz. Yo soy la cuarta generación de músicos en la familia. Estaba mi bisabuelo Ramón Cantos, mi abuelo Bumercildo Avelino Cantos, mi papá con sus hermanos, que eran 5 cantores y después estamos nosotros, llevando el mensaje de la familia.

Dentro de este mundo, el de los músicos que se van pasando en generaciones, me tocó a mí decidir que quería para mi futuro, porque jamás nos impusieron nada, no nos decían: “vos tenés que cantar porque tu abuelo y tu tío cantan”. Era que lo mamábamos, lo vivíamos constantemente, era natural para nosotros que alguien llegara de serenata a las cuatro de la mañana y a nosotros nos ponía feliz. Golpeamos una puerta a la habitación de papá de mamá y le decíamos “serenata, papá” y nosotros colgado de la cortina, era lindo tiempos. Así empezamos, yo, a tocando la guitarra y cantando a los siete años, junto a mi hermano Hugo, que es el mayor de los varones. Después con el tiempo, se sumó  Emiliano, el más chico y mi hermana, que bailaba Folkore.

DG: -¿Cómo fue ese camino?

AC: -Es un proceso que fue mutando, porque yo comencé de la mano de mi padre,  Avelino, que nos mostró lo que él sabía por el método de imitación. Recién de grande, cuando entre a la banda de música de la policía, empecé a leer música, hasta ese momento no sabía.

Después, empezamos con Hugo a tocar, si él me faltaba yo no podía tocar, porque Hugo hacía el ritmo, yo era el que punteaba, Emiliano recitaba y tocaba el bombo, y cuando no estaba Hugo, estamos mal. Pero con el tiempo uno aprende a ser autosuficiente, empezamos a querer saber, y así, en el año 2010, presentamos un disco.

Nosotros éramos chicos, con las vocecitas blancas de niño y presentamos un disco con 12 canciones que se llama “Dios Madre”, dedicado a nuestra madre, quien era un pilar fundamental en nuestras vidas. Una de esas canciones fue escrita por mi viejo, porque nos preguntó a todos que significaba ella para nosotros, y asi, fue escribiendo un chamamé muy bonito.

En 2012, Jorge Pascual Recabarren nos puso el nombre Los Cuyunches, que significa “hombres de la tierra arenisca”. Ahí empezamos a trabajar con Hugo, fuimos a Laborde, en donde salimos ganadores de dúo vocal, éramos el dúo más joven en ese entonces. Después de eso, fuimos al Pre Cosquín y ahí empezamos a crecer mucho.

Mientras más creces, se pone más pesada la vida, empezás a tener más responsabilidades, y bueno, a Hugo le tocó elegir formar parte de Las Fuerzas también, pero en el servicio penitenciario y ahí cambiaron todos los planes. No solo los planes, sino también el tiempo.

Cuando estamos juntos cantamos, yo personalmente extrañé mucho ser parte de Los Cuyunches porque fue el gran cimiento de toda esta carrera que estoy llevando, lo hice de la mano de mi hermano, de mi viejo y de grandes amigos que también se sumaron a ese viaje, y saber que ahora me toca pechar el carro solo es más pesado. Ahí fue el quiebre en nuestro dúo y  la primera vez que me presente en un Pre Cosquín como solista.

DG: -¿Con qué edad fuiste?

AC: -Con 16 años. Estaba temeroso, pero iba de la mano de ellos, que me ayudaban y me decían que canción cantar. Canté una samba que se llama “Sola” de los Hermanos Torres, bien cuyana y además me gusta mucho esa canción porque la hicieron con 18 años y me hacía pensar que si ellos pueden, yo también podía.

Tuve de finales allá en el Pre Cosquín, también fue como solista a Justo Daract, en San Luis, empecé a hacer mi propio camino, y paralelo a eso seguíamos trabajando acá en la provincia brindando nuestro arte en peñas y bares.

Gracias a Dios con la perseverancia, se me abrieron muchas puertas. En el año 2021, tuve la posibilidad de ir a La Voz Argentina pero no estaba haciendo clic, estaba como en mi nube de piscis diciendo “voy a ir a la Voz Argentina”, pero no estaba entendiendo lo que significaba. Cuando llegué allá y canté, pero nadie se giró, tampoco hice clic, me quedé con esa tención en el cuerpo.

Después de eso, me llaman para una revancha que era El Regreso y canto una samba, porque yo quería cantar folklore. Me toca competir contra una chica de Buenos Aires que cantó en inglés y en ese entonces era Coach Emilia Mernes, me dijo que le había llevado su niñez con la samba pero optó por lo más comercial, lo que más conocía a ella, que era la otra balada en inglés y ahí si hice clic, me di cuenta de que no iba a volver más.

Llegué a casa, me quite esa ropa y seguí trabajando igual, seguir grabando, yendo a programas, creando, porque desde los 16 años empecé a escribir mis canciones. Me dije a mi mismo que tenía que seguir, porque eso fue un pantallazo que me re ayudó y además, quede entre las 200 personas que fueron a audicionar, y no es menor.

Un día un amigo, Juanse, me contó que estaban las audiciones de La Voz Argentina y me invito a audicionar, en ese momento le dije que no, pero me insistió y acepté.

Nos levantamos temprano a organizar todo y salimos como a la una de la mañana. Llegamos a Mendoza, nos compramos unos sanguches y empezamos a hacer la fila, que era de 2 cuadras. Después de todo el día que no se movía, empezaron a pasar y de repente  la gente se amontonó y que al último. Terminé audicionando como las ocho de la noche, eran muchas horas y estaba muy cansado. Me había llevado una guitarra que en el camino se me golpeó y se me quebró la clavija, ya iba mal y me hicieron cantar. Canté una balada de una artista que me gusta mucho, después me llamaron para hablar en cámara, me hicieron cantar otra vez y me volví a casa.

Un día estaba tomando maté en el fondo de mi casa, mirando las plantas y me llamó por teléfono un numero de Buenos Aires, pero corté. Entonces me vuelven a llamar, atiendo y me dijeron que se iban a comunicar conmigo de la productora, pero justo en ese momento, vino la pandemia. Después me llamaron otra vez y para mí fue otra gran oportunidad. Me llevé el poncho sanjuanino y se lo regalé al team que elegí.

DG: -¿Qué team elegiste?

AC: -Team Montaner, elegí a Ricardo. Empezamos a trabajar juntos, estaba bueno, me tocó cantar a dúo con un chico de Buenos Aires y fue duro, porque yo siempre canté en dúo, estaba en la mía pero él no, entonces yo lo disfrutaba todo el tiempo, pero el no tanto. Tuvo que cambiar de actitud porque lo veía como una competencia todo el tiempo y no podíamos disfrutarlo.

Me tocó ganar a mí esa etapa y seguí trabajando, estaba buenísimo.

DG: -¿Cada cuántos días grababan en La Voz Argentina?

AC: -Todas las semanas grabábamos, no teníamos vacaciones. Teníamos coaching hasta los domingos. Estaba muy bueno porque nos mantenían activos todo el tiempo. Y me toco ir al knock out con Leo, con quien estuve desde el primer día y éramos grandes amigos. Estaba medio angustiado porque uno de los se tenía que ir, era una sensación agridulce.

En esa etapa me toco cantar una salsa, algo que nunca en mi vida había cantado, pero me gustan los retos. En esa instancia lo eligen a Leo, pero igual estaba muy contento porque nos abrieron las puertas a nosotros que íbamos con las mochilas cargadas de sueños, y es muy lindo, por más que en ese momento no me hubieran elegido.

DG: -¿Fue duro?

AC: -Muy duro, pero, a eso vamos también. Y bueno me puse contento porque lo había, elegido a él, que hasta el día de hoy sigue siendo mi amigo.

Después de quedar eliminado, me roba Lali Espósito y ahí fue cuando entendí él porque nos suceden estas cosas. Dije algo que me marcó para toda mi carrera, que siempre me gusta recalcarlo y es que los sueños se trabajan y cada uno es responsable de ello. Yo sentía que pertenecía ahí, que había trabajado duro por eso.

Al segundo, me roban Mau y Ricky cuando me estaba yendo, la Sole. Al momento de elegir con cuál de ellos irme, fui fiel a mis sentimientos y a los que confían en mí, asi que me fui con Lali. Fue muy divertido porque Lali tan genuina como la ves. Ahí empezó otra etapa difícil, donde me tocó cantar una canción que se llama Mucho más allá, de la película de Frozen. Yo tenía que viajar a Buenos Aires el domingo, porque nos dieron unos días de descanso, y ese mismo domingo, me llamó mi vieja para decirme que había fallecido mi abuelo, el papá de mi mamá. Yo tenía un vínculo bastante lindo con él, me enseño muchas cosas sobre el amor y sobre ser sincero con uno mismo. Me fui triste pero no por la muerte en sí, sino porque mi vieja venía justo en viaje hacia San Juan, y no le pude dar ni un abrazo.

DG: -Bueno Andrés, ¿por dónde puede ubicarte la gente?

AC: -Pueden encontrarme en todas las redes sociales como “Andrés Cantos” y en YouTube también, es un gran apoyo para todos los artistas que apostamos a esto.