Gustavo Idemi es un nombre fuerte en el mundo de la ilustración sanjuanina. En plena actividad artística, pasó por Benditos Artistas Nuestros para someterse ante las preguntas de David Gardiol. Él, como artista todo terreno esta vez se puso el traje de entrevistador. Disfrutá de la entrevista completa

David Gardiol: - Hola gente, ¿cómo están? Mi nombre es David Gardiol, algunos me conocerán como Titiritero, o Gestor Cultural, y aquí estoy conduciendo esto que se llama BAN, Benditos Artistas Nuestros. Vamos entrevistar a quien se define como un eterno desconocido, pero voy a decir el nombre y muchos lo conocen, Gustavo Idemi, es ilustrador, historietista, no sé qué más decir, vamos a hacer que hable él, ¿cómo te definí Gustavo? 

Gustavo Idemi: - Me defino como laburante del lápiz, por ahí, creador de sueño para mí, no para lo demás, para uno que tome lo que quieras, pero si yo uno. Mi sueño siempre fue dibujar y así como antes venían los niños con un pan bajo brazo, yo venía con un lápiz, así que debo haber molestado mucho a mi madre. Siempre me gustó dibujar. Ya a los 10 años mandaba dibujos todas las revistas que habían, hasta la revista MAD, le mandaba mis dibujo.

DG: - ¿Pero la revista MAD no se hacía que en Argentina?

GI: - No, pero llegaba y veíamos y decíamos  estos dibujos son muy feos, yo lo hago mejor, caradura es total, mandaba, pero no nos daban bola.  Por ejemplo, la revista Hortencia, nos dio bola, y digo nos, porque con mi primo Camporro hacíamos los dos travesura juntos, y en Hortencia yo tendría 10, 11 años, ya publicaba ahí. 

DG: - Hortencia para los que no tienen contacto, una revista histórica de Córdoba 

GI:- Si,  de Córdoba, que se dedicaba a las historitas muy locales. Creo que la que más tiras que tuvo en esa época, bueno, después fueron desapareciendo, como la revista Humor.

DG: - ¿Y con 10 años dibujaba?
 
GI:- Sí, sí, más, antes los 10 años, yo me acuerdo que fui con una carpetita de dibujo de la primaria me fui a Diario de Cuyo y pedí hablar con el dueño, ja. El recepcionista me miró y me dijo: ‘andá y cuando vuelvas del  servicio militar, vení de nuevo’. Y nada, yo me metía el caradura, pero buscaba siempre algo que tuviera que ver con el dibujo, y de hecho después me meto a laburar, en publicidad, cosas que tenía algo que ver con la creatividad, pero siempre buscaba eso, que tenía que ver con dibujar, con la historia, que siempre fue mi pasión. 

DG:-  ¿Se sabe de dónde surge eso, de donde nace eso natural con el dibujo? 

GI: - Es como un virus, porque mi familia, nadie estuvo ligado al arte del dibujo. Quizás tenía que ver que mi hermano que cinco años más grandes, entonces tenía sus amigos y yo me quedaba solo en casa y jugaba leyendo. No tenía amigos de mi edad, entonces nada, me divertía con eso
Yo empecé leyendo historietas, que me nutría un montón de cosas. Pero siempre me apasionó ese mundo, te transportaba con una película. Y bueno, con mi primo hacíamos cosas, soñamos. 
En ese momento existían las casas de cambio de revista y nosotros nosotros hacíamos nuestras propias historias con un laburo artesanal, las hojas iguales en los mismos tonos. Arrancábamos las hojas originales de una revista, una historia, te poníamos las hojas nueve y la gran prueba era ir y que el tipo que se revisaba, no se diera cuenta que no faltaba la hoja y pasaba y la cambiaba. Eso para nosotros era la publicación. Era la prueba. Así que por ahí deben andar alguna revista “Escorpio” con algunas hojas originales mías y de mi primo. Es un momento, dije que lo busquen porque va a valer fortuna, pero no me he pasado. 

DG:- Estaban en los barrios también un señor en bicicleta que llevaba revistas para intercambiar

GI:- Sí, sí ahora ya no está, creo que ganaba mucho, pero... Y sería una pasión también. ¿Y capaz que él hacía eso para leer en la noche?.  Por ejemplo, entraba a una librería y yo quería leerme todo. Había dos o tres en Rawson y eran como una biblioteca, eran como almacenes de sueños eran geniales. Y ese mundo me motivó a hacer historietas

DG: -Sé que te subiste a la tecnología muy temprano. 

GI: - Sí. Lo que pasa es que yo veía a dibujantes, por ejemplo dibujantes como Paloma, que hacía las placas de Canal 8 a mano y yo lo miraba, decía que triste que te pase la tecnología por encima. Entonces, yo siempre me gustó, fue uno de los primeros que tenía computadores para lo que es publicar. Y en el dibujo tengo la tableta que es la primera que entró al país. Y me la tuvieron retenida primero, porque no estaba homologada. Después cuestiones políticas en la época de la Cristina, el problema de los camiones que no venían los colectivos, así que estuve tres meses esperando que llegara. Casi me comía las uñas, los pies, todas. Imagínate que vale hoy en día igual a un cero kilómetro. Entonces en ese momento yo los miraba y decía yo puedo hacer eso, yo quiero hacer eso. Y bueno, la pude comprar y hasta el día de hoy estás funcionando, así está amortizada. Sí, está bien amortizada. Pero ahí encontrás otro mundo. 

DG: - ¿O que podes dibujar y pintar lo que quieras y como quieras? 


GI: - Vos elegís si querés pastel, temperas, acuarela. La gente cree que por ahí porque tenés esa tecnología, todo te va a salir bien. No, si sos un inútil, con la tempera en el tablero vas a ser un inútil porque no sabes manejar las técnicas. Todas estas cosas respetan muchísimo hasta el papel. Si vos dejas apoyado el lápiz  más de tres segundos se hace una mancha como si fuera en papel. O sea, han hecho algo muy bueno. Y nada, es como decir, ¿qué querés hacer? Dedícate a pensar lo que querés crear, nada más. 
Me costó un año aprender, pero porque me limitaba las pantallas. No lo vemos como el papel que no hay límites, hasta que me acostumbré  a ir corriendo la pantalla... El papel era más grande si lo quería. Y hasta el día de hoy sigo experimentando con técnicas nuevas dentro de esas tecnologías. ¿Qué no tiene nada distinto a lo que es la tradicional? Eso por un desgaste que no sea costumbre, digo, probar. 

DG:- ¿Porque es muy grande el salto que hicieron ellos con esa tecnología? 

Sí, ahora no se nota tanto. Solamente en cuántos niveles de presión tienen un lápiz. Pero nada, que en vez de moverla con el lápiz, vamos a moverlo con el dedo. Pero sí es una tecnología que está buena porque se adelantó y ya que dura diez años mucho. Así que me felicito por haberlo metido en ese momento y no quedarme en una zona de confort para ir a algo desconocido. Imagina que hora tuviera con la respuesta inmediata que te piden los medios, seguir trabajando en papel sería difícil. 

¿Cómo te surge el humor?, porque también son dueños de un humor particular. 


Quizás tenga que ver con esto de que leía muchas historietas de humor y como que te vas creando en ese ambiente y que en la escuela era el que hacía los chistes, el tonto que te hacía reír a los demás, no sé, como te digo no tengo genes para atrás siempre fui autodidacta. Siempre me gustaba mucho el poder decir cosas a través de humor. Eso me interesa mucho y más cuando en este etapa que estoy ahora que es caricaturas más que nada política. Es el ambiente donde te tienes que manejar. Porque ahí es que más que nada la caricatura es crítica al político. El que hace caricaturas es el perro que le muerde el talón al político y el que lo mantiene despierto, que le marca que estás haciendo mal. Las cosas buenas no se lo vas a criticar ni vas a lavarlo en una caricatura. Es un poco el laburo del periodista, ¿no?. Que hacer y captar las cosas que no están bien o que hay que modificar. En esto creo que es como el mosquito que estás picando, y si no lo manejas con humor, yo manejo un humor que trato de no ser ofensivo, salvo que el personaje que tenga que hacer, me agarre mucha bronca, así que le pego. Y también eso, como es una forma de expresión, yo me siento con la libertad de decir cosas y no en todas las caricaturas, pero en las que puedo hay cosas escondidas y que algunos las encuentran y estoy poniendo mi impronta más allá a lo que tengo que representar, que es la nota, que es por sobre todo vos tenés que reflejar, sin expoilear, eso no es una cosa. Por acá ven en la nota, si querés saber más leerla. 

DG:- ¿Y de eso te lleva a documentarte mucho, tenés que leer cuando te toca ese rol?


GI:- Mira, he pasado varias etapas, pero hay confianza de que sabe que hasta donde me puedo ir. Y si leo la nota y ahí en eso, como decían maestro Quino, salvando todas las diferencias, a mí me lleva cuatro horas decidir qué voy a hacer. Y después otras cuatro horas la realización, cuando ya tenés todo claro, es que en total son ocho horas, cada ilustración al palo, y tomando mucho café, mucho más, antes fumado ahora ya no fumo, pero tenés que estar ahí. 

DG:- ¿Y esas ocho horas a veces arrancan los momentos más inoportunos? 


GI:- Y yo trabajo siempre de noche de 21 a 9.  Osea que nadie moleste, más en tu mundo. Sirve mucho también ese tiempo de tranquilidad para investigar porque  a veces tenés que dibujar a alguien que perfil bajo, no hay más, o la imagen de toda borrosa, entonces sí, ahí tenés que buscar, pero buscas más que nada para encontrar el gesto predominante, porque viste a veces dos dibujantes, dos caricaturistas pueden ilustrar a un mismo personaje, uno le hace la nariz más grande, el otro le hace la oreja más grande, y volvés a decir, los dos se parece, y yo creo que es cuando captas la personalidad, que más allá de deformar algo, y eso sí te lleva tiempo, yo hasta ahora creo que llevo 600 caricaturas ya, donde dentro de alguna nota hay más de una caricatura, y todavía no siento que yo maneje el arte de la caricatura, creo que también falta un montón


DG:- ¿El reino de la imagen también tiene mucho que ver con el inconsciente?

GI: - Y sí, sí, y hay un de ellos juego con las otros mensajes, en las cosas que si lo das vuelta, me deja algo, si te pica, eso no lo sabía, te pica, atento, hay que ver los divinos, no sé si lo pica, y al día de dentro del ojo que se reflejan cosas, esa cosa me gusta, que algún día alguien la va a encontrar, capaz que nadie la encuentre. Por ahí lo que uno dice más allá de lo que yo tengo que decir, si yo tengo que responder a la nota, y dar la opinión personal sería la falta de respeto sin marco mucho, yo se lo pongo en detalle que puede estar en la ropa, en el piso, una opinión mía muy chiquita, y en eso he tenido siempre mucha libertad de elaborar, que no te digo, me dejan que haga lo que quiere, y no deja de ser una forma de opinar quizás con los colores que usas, la cara que le pones al personaje, estás diciendo, estoy mordiendo del talón, de hecho por ahí cuando me encuentro con algún político, ‘¿cuándo me vas a dibujar?’. A los que no les gusto por ahí a los jueces, pero a los políticos siempre les va a gustar, es una forma de, ‘ah, se están fijando en mí, se ha estado hablando en mí’, no tanto por la caricatura, sino porque siempre esto va a acompañar una nota, claro, pero se repasa más por ahí, pero sí me advierto mucho, 


DG:- ¿Fuera del mundo de la publicación en sí, alguna vez juntaste esos trabajos y los las puestos a disposición del público en general? 

GI: - Hay un proyecto para el fin de año que no puedo decir nada todavía, está ahí en proceso, de hacer una muestra
Pero antes fui representando a San Juan en Fopéa, entonces imaginate que ahí compartí con Quino, con Fontanarrosa, con todos los grandes, hasta casi me sentí un poco grande, y esa muestra después la trajeron para San Juan, porque fue itinerante, y fue declarada interés provincial, fue una experiencia muy linda, yo me acuerdo esa semana, andaba por todos los medios, todos los medios, porque tomó mucha, de hecho en la Alianza Francesa, fue la muestra que más gente trajo de todas las históricas que tenían, fue muy bueno.
Gente del diario también me propuso muchas veces, pero es como que me da cosas, y bueno ahora me están convenciendo de hacer una, y que si se da, será para octubre. Quizas me falte dejar todo reflejado en un libro.