Juan Carlos Rubio, el músico transgresor de la publicidad sanjuanina
Benditos Artistas Nuestros volvió a la pantalla de CANAL 13 de la mano del titiritero David Gardiol. En esta oportunidad una entrevista a fondo con un creativo musical y publicitario
Juan Carlos Rubio, es un nombre que ha dejado fuerte una huella en el mundo de la música y la publicidad de San Juan. En plena actividad artística, pasó por Benditos Artistas Nuestros para someterse ante las preguntas de David Gardio. Él, como artista todo terreno esta vez se puso el traje de entrevistador. Disfrutá de la entrevista completa
David Gardiol: -Hola, ¿Qué tal? ¿Cómo les va? Bienvenidos nuevamente a BAM, Benditos Artistas Nuestros. ¿Quién nos acompaña hoy? Juan Carlos Rubio. Músico, productor, publicista, un tipo que sabe vivir en San Juan. Bienvenido Juan Carlos Rubio.
Juan Carlos Rubio: - Gracias, un gusto estar acá. Gracias por la invitación, la verdad que me da mucho gusto charlar contigo, un contemporáneo. Hemos transitado la vida muchas veces este por la misma Avenida.
DG: -La avenida de artista en San Juan.
JCR: -Sí, la mayor parte de mi vida de artista, no siempre en San Juan. Estuve en Buenos Aires mucho tiempo también, en los comienzos, después fui publicista en San Juan y después artista en San Juan. He ido y he vuelto. Yo tengo una concepción del arte en la que uno puede hacer arte en cualquier orden de la vida. Uno puede ser músico artista o puede ser músico y nada más. Quiero decir, de repente una persona íntegra una orquesta clásica, él toca su parte. No creo que haya arte en eso. El arte es modificación ¿no? Entonces, el tipo estudió para eso, ejecuta la parte correctamente, cobra y está todo bien. Lo admiro igual pero no creo que haya arte ahí. Sí creo que hay arte en muchas cosas en la vida, en la transformación. Un arquitecto puede hacer conejeras o puede hacer un edificio hermoso y ese edificio hermoso contener arte. Un placero, un señor que tiene una plaza, puede limitarse a cortar el pasto o puede ser ese tipo orgulloso de su plaza que no deja que los chicos jueguen y el tipo la mantiene hermosa. Hay arte en eso. En todas las cosas de la vida hay arte. En lo tuyo, por ejemplo, los títeres, es arte obviamente. Yo creo que si hay pasión y transformación, hay arte. Yo siempre jugué entre la música, la comunicación, que también, obviamente, conlleva la creatividad como una canción. Entonces, empecé en la publicidad haciendo jingles y después me gustó. Un día un cliente, en ese momento importante en San Juan, me encarga una campaña para unos guardapolvos, entonces, escribí una frase y cuando el tipo la lee me dice “¡esto es increíble!” Entonces la manda a Buenos Aires. Nunca me olvidaré, era una propaganda para guardapolvos 12 de octubre. El tipo me dice, mira, estos guardapolvos son caros, pero aguantan lo que sea. De hecho, los chicos pueden usarlos varias veces, varios años. Entonces, el aviso decía “Guardapolvos 12 de Octubre. Lo único malo de nuestros guardapolvos es que pueden repetir el año”. Entonces, vino un tipo de la empresa que fabrica en Buenos Aires y me preguntó ¿podemos usar la publicidad? Nosotros recién empezábamos. Sí, obvio, para nosotros era una boludez. Dije “wow”, esto está bueno porque a mí me divertía hacer creatividad y que te pagaran. Al tipo le parecía genial, entonces, analizando por qué le parecía genial digo: claro, la frase decía lo que necesitaban decir de una forma irónica. Ahí me atrapó la publicidad, ¿no? Entonces, empezamos a hacer radioteatro publicitarios, cosas que nos usaba mucho en San Juan. De hecho, los primeros que mandaba, en la radio miraba con una cara como diciendo “¿qué querés que haga con esto?”.
DG: -Era una cosa totalmente distinta, disruptiva.
JCR: -Claro, y me atrapó la publicidad hasta el punto que después me atraparon los medios de comunicación. Terminé siendo gerentes de un montón de medios de Canal 8, de diarios.
DG: -Esa es la época de trajecito y corbata.
JCR: -Trajecito y corbata. Yo decía que eso era divertido también. De hecho, tuve una linda relación con todos los medios, porque yo iba como publicista, entonces le pegaba en lo que necesitaban los medios. La verdad es que en el Canal, en la televisión, me divertí mucho porque hacíamos producciones de programas, de cosas de la época obviamente. Ganamos algunos premios Martín Fierro. En el diario lo mismo, hacíamos muchísima publicidad. También fui director de Radio Colón, director que sucedió a Bustello. También tengo lindos recuerdos de la radio, que ya venía en un en un proceso de transformación. La Radio Colón ya no era la misma que antes pero igual era radio Colón. Yo me divertía haciendo todo. Volví a la música después de darles una mano a los chicos de Tiempo de San Juan, de dónde también soy cofundador desde el comienzo. Volví a la música por una cuestión de edad y de cansancio, y empecé a tocar en todos lados. Debo haber tocado, esta cifra la digo públicamente, unas 600 veces en los últimos cuatro años.
Estuve con gente como Candelaria Mallea, Melisa Quiroga, muchísima gente con las que también he viajado. El año pasado me recorrí los 19 departamentos dando una clínica que se llama Tu Música Al Mundo, donde enseñaba a la gente a producir con tu máquina de tu casa una canción, grabarla y subirla a Spotify. Me recorrí toda la provincia. En la clínica tuve 50 músicos de Valle Fértil. Los hacía participar, los grababa, subíamos la música o llegaba al estudio la mezclaba y se las subía. Al otro miércoles, por ejemplo, volvía a hacerlo en Jáchal. Una experiencia maravillosa. Me contacté con 460 músicos de toda la provincia.
DG: -Marcaste una huella y brindaste una herramienta a la gente.
JCR: -Sí. Sin duda que hay arte en todos lados. Me traje cosas maravillosas de Sarmiento, de Valle fértil, talentos impensados. Hay un rapero de Caucete que ganó la batalla de Red Bull, yo lo tuve en la clínica. Este año nos dimos el gusto de hacer un espectáculo en la Fiesta del Sol que se llamó Generaciones. Consistió en tomar canciones emblemáticas de San Juan como Vallecito de Huaco y San Juan por mi Sangre, para arreglarlas y que los chicos las rapearan. Llamamos Nico y “el Gusti”, que son productores de música de trap. Llamamos a dos raperos de los más picantes, el Pelín y el Nekro, y llamamos a dos folcloristas, a Ernesto Atencio y a Susana Castro. Había tomado una forma tan linda que la gente que estaba programando la Fiesta del Sol nos puso como teloneros de Bizarrap. Íbamos nosotros y después el Biza. Dicho y hecho. Ernesto y Susana comienzan cantando Vallecito de Huaco. Los chicos que fueron a ver al Biza miraban como diciendo “se equivocaron de escenario”. Cuando entraron saltando los dos raperos se volvieron locos, explotó. En el segundo tema rapean toda la canción y cuando estaba por terminar San Juan por mi Sangre sale Ernestito, el hijo del autor, para cantar la última estrofa.
DG: -Había una conexión emocional con la canción.
JCR: -Obvio. Fue una gran experiencia que, debo reconocer, no estaba muy programada, muy segura. Hemos hecho cosas audaces y esta fue una. Nos fue muy lindo y nos dimos el gusto de fusionar dos generaciones, o tres porque en realidad nosotros nos incluimos ahí. Es maravilloso decir que una persona como Ernestito, el hijo de Villavicencio, compartió escenario con un chico que hace rap. Los chicos que hacían rap interpretaban la letra de su manera y hacían su definición de eso en una onda freestyle. Yo no quería mucho que fuese mucho freestyle porque los chicos podían estar nerviosos por la cantidad de gente, pero al final hubo bastante freestyle.
DG: -¿Quedó registro eso?
JCR: -Sí, quedo registro de eso, realmente hicimos una cosa muy linda.
DG: - Y la música, ¿cuándo empezó? ¿Alguien te regaló una guitarra?
JCR: -Es muy loco. La guitarra me llamaba la atención hacía muchísimos años porque me encontré tocando a Ernesto Villavicencio, el “Negro” Villavicencio, y al “Gordo” Páez Oro en la memorable Parrilla “Don Pipo”. Realmente eran tipos muy habilidosos que además tocaban muy fuerte porque no había sistemas de sonido en ese momento. Empecé a aprender guitarra con un profe de la cuadra y me enseñó algunas cosas. Después estuve estudiando un par de años en la Escuela de Música, después fui obteniendo conocimientos como se hacía en la época, porque no había YouTube ni nada de eso. Era escuchar un casete y tratar de sacar las canciones como se podía. Así fuimos creciendo. Allá por el año ‘83, ‘84 formamos una banda en la que tuvimos la suerte de trascender, llegar a Buenos Aires y grabar con gente como David Lebón y Pedro Aznar. Salió un disco muy lindo para Polygram de esa experiencia. Ese proyecto se quedó trunco por la gran inflación argentina del año ‘91. En ese momento, cuando nosotros sacamos el disco, no había pasta discográfica en el país porque era importada. Los discos se fabricaban en Catamarca, dónde estaba la única fábrica del país, y había que esperar un año. Nosotros no podíamos esperar un año porque realmente no teníamos para vivir en Buenos Aires. Nos volvimos acá, el disco salió y anduvo bien porque PolyGram era un sello que no fracasaba. Los tipos tenían su distribución y todo pero tristemente nosotros ya estábamos disueltos y trabajando en otra cosa, si no nos moríamos de hambre. Así entré a la música. Un día vine y tomé la decisión de vender todas mis cosas de músico guitarrista y me puse una productora de audio publicitario. Ahí nace mi relación con la publicidad.
DG: -Esa fue una de las primeras grandes transiciones.
JCR: -Claro, éramos muy jóvenes. Yo tenía un “secuencia”, un aparato, y Lucio Flores no tenía eso, por lo que no tenía como grabar. Un día, yo me pasé a una computadora y se lo regalé. Lucio lo tapaba con un trapo para que Ale Segovia no lo viera ¡Años después se descubrió todo eso!
DG: -En esa época ellos competían en el boliche “Signos” que ya no existe.
JCR: -Competían en todos lados. Ale era increíble. Los dos son tremendos artistas. Los escuché juntos en un homenaje a Charly imperdible, los dos tocando el piano. En estos días están por hacer un homenaje a Fito. Son tremendos.
DG: -Lujos que tenemos en San Juan.
JCR: -Sí, me encanta que homenajeen a las estrellas de rock. El homenaje a Spinetta es el primero de la serie de estos homenajes. Lo hace Javier Gómez, una persona que quiero reconocer públicamente porque empezó con esto. El homenaje a Spinetta llenó cinco veces el teatro. Él también produce con muy pocos recursos una serie de videos en el Teatro del Bicentenario que trascendieron al mundo de tal forma que uno de ellos, la versión de Barro Tal Vez de Cande Buasso, tiene 15 millones de visualizaciones. Para que te des una idea, el tema de Spinetta, cantado por él, con más visualizaciones tiene 300.000. El cover de Cande debe ser uno de los temas de música fusión con más visualizaciones que hay en Sudamérica. Todo eso se desprende de esos homenajes.
DG: -Lo bueno del formato de los homenajes es que juntaban a varios artistas en un buen escenario, con buenas luces.
JCR: -Sí, es una maravilla. Javier Gómez ha hecho un aporte increíble a la cultura.
DG: -Bueno Juan Carlos, ¿hay algo que quieras decirle a la gente?
JCR: -A mi gente, gracias. Ya voy a volver a tocar, sólo es cuestión de que encuentre a alguna víctima que pueda acompañarme. Tocar en público es lo que más me divierte.