La Mariú: de curiosa a cantante
Benditos Artistas Nuestros volvió a la pantalla de CANAL 13 de la mano del titiritero David Gardiol. En esta oportunidad en una entrevista a fondo con una mujer que la curiosidad de niña marcó su actualidad musical.
La Mariu es una artista con todas las letras, se dedica a crear sus propias canciones. En plena actividad, pasó por Benditos Artistas Nuestros para someterse ante las preguntas de David Gardiol. Él, como artista todo terreno esta vez se puso el traje de entrevistador. Disfrutá de la entrevista completa.
David Gardiol: - ¿Cómo llegó la música tuya? ¿Y qué momento de tu vida llegó la música?
La Mariu: - Mira como llegar no te sabría decir, teniendo aproximadamente unos ocho, nueve años, tenía mi padrino, unos tíos viviendo en Sarmiento. Bueno, obviamente mi niñez allá me deja los recuerdos más bonitos. Y un día, viste que uno entra lugares donde no son permitidos, me encuentro con una guitarra. Pregunté por esa guitarra, con tan mala suerte que mi padrino me comenta que esa guitarra era de mi mamá (risas). Y bueno, entre a investigar, entre lo que no sabía, que posibilidades había de traer esa guitarra porque era de mi mamá y estaba allá. Mi padrino tocaba un poco la guitarra. Y bueno, tanto, insistí como niña cansadora. Yo me traigo la guitarra, pero no sabía donde ir a aprender. En mi casa eran todas maestras, mi papá tampoco era músico, le gustaba, pero no tocaba nada. Así que mi mamá llama mi maestra de música de la escuela 11 de septiembre. Mi mamá la vice-directora, un peso grande que tenía yo. Asi que llegó Liliana Jorquera, una maestra de música que la quiero, hace muchísimo que no la veo. Llega mi casa un día, mi maestra y me dice, 'pero no vas a poder tocar la guitarra porque no te llegan los bracitos' (risas), hice fuerza y me llegaron los deditos a las cuerdas, bueno, ahí empieza todo. Obviamente me hacían tocar para las fiestas de la escuela, a mi no me gustaba mucho. Después con 12 años, otra maestra de música que tenía de la misma escuela, Leonor Cosinero, la tengo en mi cabeza, me llevo a la escuela de música, al coro pre, te imaginas chiquita, eran más adolescente, más grande, yo 12 años no me he hablaba con nadie, pero yo iba. Zulma Corso, fue mi maestra ahí y me vio crecer y es a quien también le tengo una cariño enorme. Y después con 15 años, se me da por estudiar flauta traversa, con el Renato Liguti hasta terminar el secundario con 17 años. En esa época producto del momento político, no podía comprar mis instrumento así que me fui a estudiar a Mendoza, pare un poco de la música, fueron pasando cosas, la vida, me fue pasando, pero siempre la música me daba vuelta mi cabeza, siempre era como que era una cosa pendiente. Así que volví a cantar música de distintos géneros, me daba el mismo placer cantar un blues que una tonada o una zamba. Ahí descubro que buscaba, que no quiere decir que lo hayan encontrado. Lo que busco es que si en algún lugar canto un tango, el que escucha, diga, 'ah, este esa es la Mariu'. Y si canto una cueca o tonada, digan lo mismo. Me encanta el cuyano. Pero si tengo que cantar tango, canto. Aunque los tangueros siempre me dicen, 'ya lo cuyaniaste'. Para ellos es cigarrillo y para mí es 'cigashillo'. Bueno es mi toque. La idea es que encontrar tu personalidad en lo que sea. Una tonada, un tango, un blues, lo que sea. Yo creo que es lo que apuntamos muchos interprete. El que interpreta busca eso. Por ahí el que escribe y hace sus cosas es más personales, con su sello.
DG: - ¿Qué día te despertaste y te encontraste con la Mariú intérprete?
LM: - Uf, sabes que me ha costado mucho encontrar eso, tampoco no voy a decir que hacen diez años que lo encontré. Estuve 11 años, donde solo hacía la percusión y cantaba un poquito. Un día me encuentro con mi amiga María Joser y me dice, 'basta ya de estas cosas, si vos sos cantante', y bueno me empecé a animar a cantar más.
DG: - Son esas personas que te ven antes que vos, ¿no?
LM: - Claro. Fue como un cachetazo y fue muy necesario en el momento. Una empujón importante porque sí, bueno, la verdad que me tenía que dejar de esconder. Yo solo cantaba un solo tema y me volvía para el fondo del escenario a tras de todo el set de percusión. Entonces, hasta que dije, 'bueno, basta, tengo que enfrentar esto y se me va pasando la vida, pues sí, es un día menos. Entonces, no, basta'. Tranquí, no me vuelvo loca.
DG: - Bueno, tranqui, ¿pero según entiendo tenés dos discos?
LM: - Claro todo empieza con pequeños proyectos, que por la pandemia que un proyecto de un año nos llevara mucho más tiempo.
DG: - Todo lo malo de la pandemia no lo vamos a poder borrar, pero hizo que hiciera más profundo un montón de cosas.
LM: - Muchas veces lo humano, el abrazo, y el estar atento del otro como el, '¿estás bien?, necesitas algo. ¿Te dejo esto en la puerta de tu casa?, ir a la puerta y dejarlo una cajita con cosa'. Esas cosas no las sabíamos. Y el dolor de la pérdida de alguien está ahí acompañar de lejos o llegar por ahí a escondidas. Fue bastante duro. Yo creo que para todos.
DG: - Pero eso también hizo más profundo el proceso de ese disco, ¿no?
LM: - En realidad empezamos a grabar 10 o 11 temas que se nos cortan con la pandemia, lo seguimos grabando y después descubrimos que estos primeros temas estaban grabados de una forma y los otros de otra forma. Y hablo de forma por decir, es lo que uno va cambiando, la voz de uno va cambiando. Yo en el medio me pongo a estudiar. Entonces, como que la primera parte era una cosa muy del alma y la otra, si bien fue del alma y todo, pero como que se veía que estaba teniendo otra impronta. No es que pierde el sentimiento. No estamos hablando de sentir, estamos hablando de cosas con otro estudio, cuando algo está más pulido, más ajustadito, con más detalles. Entonces dijimos, bueno, esto es una buena oportunidad para no perder estas cosas que estaban grabadas, que estaban masterisadas y todo. Porque siempre fue comentado con María José que es la que me empuja en todo esto. Ella es mi productora y me decía, 'el primer disco, no es excelencia, no es malo, no es bueno. El primer disco tiene que existir y es primer disco. Yo lo tome así, así que está bonito, está tratado con cosas del alma, tiene cositas viejas.
DG: - Digamos en nombre así, la gente de lo busca
LN: - 'Nacida en agua de guerra'. Nombre de la cueca de la Jachallera, de Eulogia Amanda Cortés que se fue a Córdoba y recibía a estudiantes en su casa. Y según dicen los comentarios que les hacía de comer. Cuentan que como los estudiantes no tenían mucha plata ellas les hacía empanadas o locro y los invitaba a almorzar. Además era la que levantaba el animo cuando los chicos extrañaban o les iba mal cuando rendían. Porque esa edad que son fuerte, pero no son tan fuerte por dentro, así que ahora gente que ayuda a esa etapa de la vida que es un juego, de una persona me parece genial. El servicio de amor. Y el segundo disco, entonces es de este 2023, se llama 'Sembrando Panes', un gatito norteño del Pica Juárez. ¿Por qué lo tomo como referente, como nombre? Porque por ahí hay temas que vos los escuchas muchas veces y te entran en la cabeza o te entran en el corazón. Y hay otros temas, canciones de lo que sea que los escuchas, y la primera vez, y te dan un golpe. Y bueno, Sembrando Panes, cuando lo escucho la primera vez, que me lo hace escuchar, Marcelo Bartolome, mi hermano, dije, 'es lo que quiero'. Y bueno, lo empecé a aprender. Me costó, porque me anudaba la garganta, me daba cosita. Me traía mi mamá a la cabeza y alma. Yo siempre digo, soy una fanática de los perfumes. El perfume, el olor a la jarrilla. Entrar a una casa y sentir el olor a adobe. Soy muy fanática de el olor a sopa. Entrar alguna casa y sentir el olor a sopa, no es que me encanta la sopa, pero el olor a sopa me traía a mi vieja a la cabeza, al alma. Entonces, ese tema fue así, dije, 'por acá tiene que venir'. Lo pusimos como nombre del disco, como primer corte, bonito temas, me gusta mucho el cuyano. Pero por ahí viste hay otras cositas también. Ahí vamos, caminando despacito, como se puede. Porque es muy, muy a pulmón en esto, recibimos acá, pedimos ayuda allá. Hay mucha ayuda, sí, obviamente. Pero por ahí, casi el 90% remo puro
DG: - Pero también se disfruta, ¿por qué?
LM: - Si mucho. Se disfruta de la gente que te acompaña, cuando hemos presentado los discos, la gente que la primera vuelta que era con barbijos, que nos podíamos saludar a la gente fue, aunque era duro. Bueno, era lo que nos permitían y lo hicimos. Ya en el segundo había otra forma, yo creo que uno va transitando de acuerdo a lo que la vida te deja.
DG: - ¿Cómo te ves en el futuro?
LM: - No muy vieja (risas). Últimamente, me estoy convenciendo que vivo el hoy. Y muy poquito, nada extraordinario. Nunca se me cruza por la cabeza, por ejemplo no voy a dejar de trabajar y me voy a dedicar. Me gusta mucho los animales. No me pudo quedar tranquila. Porque siempre ando apurada, así que un futuro no muy tranqui.
DG: - ¿No te encandila subir a grandes escenarios?
LM: - Sí, se da bienvenido, sea. Pero nada, uno es amante del trabajo, de las obligaciones, de que hay que poner el hombro y hacer, si hay que subir un parlante que se subirlo, una guitarra en el hombro, la llevamos. Uno se va criando así, entonces como que cuando vienen bonitas, bienvenida sea
DG: - Hermosa reflexión
LM: - Tranqui, si se dan las posibilidades de poder seguir haciendo música y seguir cantando, teniendo cosas que la gente conozca. Bienvenido, sea.