Mario Robledo es un hombre que habla atrvés del arte. En plena actividad artística, pasó por Benditos Artistas Nuestros para someterse ante las preguntas de David Gardiol. Él, como artista todo terreno esta vez se puso el traje de entrevistador. Disfrutá de la entrevista completa

David Gardiol: - Mario Robledo: ¡Gracias!

DG: - Mario, ¿cuándo empieza tu romance con la música?

Mario Robledo: -Lo primero siempre fue la poesía, a mí lo que más me impactó siempre fue la poesía y después encontré que un medio para que la poesía se expanda es la música. Ahí empecé a tocar la guitarra y aprender junto a amigos con el rock de la época.

DG:  -Era muy generoso el rock en esa época, si alguien tenía algo lo compartía.

MR: -Era muy generoso. Yo aprendí con el “Gordo” Tony, con el “Rulo” Tejada, con Alejandro Sánchez,  gente con la que compartíamos bandas, instrumentos, equipos y aprendizaje. Todos aprendíamos de los más avanzados porque había gente que estudiaba a otro nivel y compartíamos todo eso. Ahí nació la música. Nos ayudó mucho, y eso hay que decirlo, la Escuela de Música, porque todos pasamos por la Escuela de Música gratuita, de gran nivel. Algunos siguieron su carrera y otros pasamos un par de años, pero ahí nació. Muy chico, muy chico.  La guitarra la conseguí porque cambié una bicicleta que me trajeron los reyes, imagínate lo que fue en mi casa. Desde ahí, desde los trece años.

DG: -Ahí te apasionaste con las cuerdas.

MR: -Ahí empecé con el contrabajo, con el chelo y la guitarra también un tiempo, pero tratando de escribir siempre. No tuve capacidad para sacar canciones, siempre quise sacar la poesía a través de un par de acordes.

DG: -Siempre fue tratar de decir algo.

MR: -Claro, sí, no me salía otra cosa. No es por vanidad esto, no, no. Era por un límite concreto, no me salía otra cosa. Me hubiera encantado hacer las canciones que hacía Spinetta pero no tenía capacidad. Lo que sí tenía era un fuego por cantar cosas de acá, muchas canciones. Hacía muchas canciones de San Juan, eso sí, eran muchas ganas de componer y componer.

DG: -La otra intriga que tengo es: ¿cómo encontraste a los títeres? ¿Cómo fue el encuentro con ese  mundo?

MR: -Fue con Enrique Velio, como vos me viste a mi más grande, yo lo vi a la Enrique Velio.

DG: -Enrique Velio y Laura Romera fueron la primera generación de titiriteros sanjuaninos en los años 70. Ellos tenían La Cuevita de los Títeres.

MR: -Sí, la Cuevita existió durante la dictadura, en el año 78, el 79. Yo empecé ahí, en La Cuevita de los Títeres, tocando la guitarra. Quedé  fascinado con todo eso, hasta que empecé a hacer títeres y después hicimos un grupo con Laura con el que nos fuimos a Buenos Aires en los años 80. Me transmitía lo que  veo  en muchos titiriteros: la multiplicidad. Es un arte  tan múltiple, con tantas facetas, donde podes hacer plástica, podes hacer teatro, podes hacer escritura. Para personas como yo, muy retraídas, también fue un vínculo  para poder hacerte teatro. El estar atrás del retablo me abrió un mundo. Mucha libertad.

DG: -La época que les tocó en Buenos Aires fue una de mucha efervescencia política y social.

MR: -Sí, nosotros llegamos en el 81, 82, y las elecciones fueron en el 83, cuando viene Alfonsín. En ese periodo fueron las grandes marchas que tiraron la dictadura.  Ahí nosotros estábamos muy influenciados por los “Bread and Puppets”, los “pan y títeres”, con mucha política y  muñecos grandes. Yo aprendí de Laura. Yo nunca pude hacer un títere lindo, nada, viste.  Yo de los manejo, les pongo  voces, escribo, pero no hacer títeres. Todo lo  hice con Laura, ella tiene un talento tremendo.

DG: -Ustedes ahí participaban en las marchas.

MR: -Íbamos a las marchas porque nosotros participábamos, ya hacíamos política. La otra es que el movimiento titiritero  fue muy solidario con nosotros. Tuvimos una gira pagada por el gobierno de Alfonsín que nos dieron en la Asociación Argentina de Actores, con la que vinimos de gira acá y ahí te conocí a vos.

DG: -Yo estaba empezando con los títeres y fui a verlos en la Plaza 25 y fue fabuloso.

MR: -Sí, yo me acuerdo de vos. Desde ahí seguimos haciendo títeres con Laura muchos años más y en el 88 me vine para acá y armé Manos en Movimiento. Ahora trabajo con Carla Castellazzo, que es la que haces los muñecos. Ahí entramos a trabajar por muchos años fuertes, siempre con los títeres.

DG: -¿Y la faceta de escritor?

MR: -Escribo poemas desde siempre. Ahora, lo de aventurarse a escribir una novela o un cuento, lo empecé en el 92, y desde ahí no pare. Es un camino muy largo, es muy duro. Trabajo de horas y horas, es mucha lectura y es una pasión. Hoy ya es mi pasión. Tengo muchas novelitas, ahora estoy por sacar un compilado con tres novelas, se llama Utópicos Anónimos. Una está inspirada en un hombre que construyó un Hollywood Park en San Juan, y está ubicada en la época de los “machos” Cantoni, que fue una época política muy interesante. El otro se llama “La Lupa de Humboldt” y es sobre conflictos políticos más actuales, pero siempre desde la ficción. El último es sobre un niño pobre que se crió en el Nazario Benavidez en la época de Perón,  que comienza como boxeador y termina como payaso. Un payaso peronista que sale de gira por el país justo cuando llega la Revolución Libertadora en el 55. Esas tres las he unido y voy a sacar un libro ahora.

DG: -¿Cómo es tu rutina como escritor?

MR: -Lloro todos los días (silencio), hace años que nos salgo a vender (risas). Yo me he pasado San Juan en bicicleta, vendiendo funciones de títeres. Era ir a visitar directoras de escuelas.

DG: -Y varias directoras se nos van jubilando.

MR: -Claro, pero con suerte siempre vamos conociendo a las nuevas que vienen y que llegan a ser directoras. A las escuelas, yo siempre agradecido,  todos los colegas titiriteros. La música es muy linda, la literatura es muy linda. Pero, vivir de la literatura y de la música es muy difícil, no solo en una provincia, es difícil en el mundo. En cambio, con el teatro infantil, si vos te esmeras, podes construir una familia, como nosotros que ya tenemos nuestros hijos  grandes y ha sido todo con los títeres. Emociona. Es un montón lo que hemos vivido y lo que hemos construido trabajando.

DG: -Y también sentís la gratitud de la gente, porque es muy directa para decirte “los felicitos”. Es muy bonito, no tiene valor. Es como uno Oscar.

MR: -Sí. Después de años sigo trabajando, pese a que hay siete elencos de titiriteros, sigue alimentándose eso. Todos trabajamos. Bueno, mi rutina, ahora que no salvo a vender, es escribir. Paso muchas horas escribiendo.

DG: -¿Lo haces en la mañana?

MR: -Sí, me levanto muy temprano. Mate y computadora. Llevamos a nuestro niño a la escuela, vuelvo y escribo  toda la mañana.

DG: -Ese es el momento literario

- Todas las mañanas, todos los días, se ve al final lo mismo. Vas construyendo algo, vas desechando y te va quedando algo. Porque esto es muy artesanal la escritura, es muy artesanal. Por lo menos la mía, no sé que soy autodidacta, ¿entandes? Lo mismo es leerle, leerle en una manera. Y después escribir, porque... ¿Qué se llevó a visto? La literatura... Alimentar la literatura. Así, la literatura se alimenta con literatura.

DG:-  Hay 4 horas, cada 8 horas.

MR: - ¿Por más que sepas conjugar y podas escribir? Si no has leído la literatura universal. ¿Te depone? Este... Y bueno, ¿no es?

DG:-¿Y con la música?

MR: - Y bueno, y no tengo todos los días en la salita. No, no es que los dedos viste. La voz. Y la composición,. Viste, o sea, es... Yo me paso muchas horas tratando de dominar un piano,  un bajo, viste poder entrarle a la literatura con efecto, a la criolla. Son mundos todos, pero hay que estar mucho ahí. Y después de un show, se ve cuando has estado y cuando no has estado. Es como una necesidad física. Que no la siento con los títeres, y te estoy re sincero, porque sé que vos unas apasionado de los títeres y los vivís de otra manera. Yo no siento, puedo estar meses sin hacer títeres. Pero  va y está todo bien. No, en el caso de la música, necesito sentarme. Necesito eso. Y que ahora se me ha vuelto la escritura también, así muy necesaria. Es, como te puedo decir, es como una manera de existir en el mundo, el arte también. Este es de comunicarse, pues a veces comunicamos socialmente, comunicarse, expresar lo que nos piensa y estar de una manera también poética, o sea, no sé cómo decirlo, pero... porque hay un mundo muy duro, un mundo muy tenso, mucha violencia, ¿verdad?. Muchos años he hecho política y me he dedicado muy a la política. Pero llegó un momento en que no, no la pude sostener más dentro de mí, en eso, lo que te exige la política, que es dura. Por un lado de superhombre. Y a mí eso me cuesta, viste,  de superhombre, me cuesta. Y una verdad muy lógica también, la política, sí, es muy necesaria, y yo la respeto muchísimo a la política. Pero te quiero decir, tener un momento para dedicarme al arte, viste que puedo dar más, incluso puedo ayudar más. Yo veo que desde la  política, no se ha ayudado mucho a la educación. Pero nosotros en una escuela, largando el tema, discutiendo con las maestras, aportamos la educación. Mirá nosotros sin que se apliquen la ESI, en San Juan, venimos tocando este tema hace años, todos los hemos tocando, medio ambiente, miles de temas, y hemos hecho a nuestro aporte. No te digo, pero, genera espacios de reflexión. Porque a la clara, es de reflexión, espacio crítico, yo de estar con muchos, cuando me preguntan de los títeres, viste de acá, San Juan. Yo creo que acá es el compromiso que tienen los titiriteros con la educación. Es muy interesante. Yo me acuerdo de haber ido a otros lugares, yo ver un títeres más pasatista, que busca más viste del entrenamiento fácil. Pero acá es un títere muy comprometido, con el medio ambiente, con la salud, con, bueno, con muchas cosas, con los derechos del niño. Entonces yo recato eso, y creo que eso tiene un valor. Aportamos un poquito, desde la educación no  formal. Claro, de la educación no formal.

DG: -Sí. Mario, mira, es para vos. No sé lo que quiera,

MR: - Bueno, primero, gracias por encontrarnos con vos, con Daniel Soler, que es un cariño que tengo con Daniel, porque con él hicimos noticlub, un programa infantil, con títeres, con mucho trabajo, mucho esfuerzo, así con mucha utopía, con mucha gana y poca elemento. Y bueno, y lo siempre lo he recordado con mucho cariños. Así que, gracias a Canal 13, soy escucha y lo  veo  todas las mañanas. Y bueno, muchas gracias. Gracias