Dos amigas, apenas comenzó la cuarentena en el año 2020 y frente a la imposibilidad de verse, comenzaron a enviarse mails hablando de la nueva realidad e intentando, acompañarse y entender este momento complicado y único.

Olivia Gallo y Tamara Talesnik, luego de ese intercambio interminable crearon el newsleter "Intranquilas y venenosas", a partir de cual editaron un libro con el intercambio epistolar. En ese ida y vuelta, las mujeres también invitaron a otras 22 autoras más que se sumaron a esta idea como Tamara Tenenbaum, Marina Mariasch, ValeriaTentoni, Adriana Riva, Ana Navajas, Ana Ojeda, Nadine Lifschtiz y Silvina Giaganti, entre otras.

“El newsletter nació cuando todavía reinaba esa suerte de humor social que nos alentaba a hacer algo productivo durante el encierro. Y bueno, nos pusimos a escribir. En algún momento pensamos en trabajar las voces de dos personajes ficticios pero en seguida nos resultó más genuino que el intercambio fuera nuestro”, recuerda Tamara Talesnik (1994), estudiante de guión en la ENERC, periodista y gestora cultural.

Olivia Gallo (1995), estudiante de Letras y autora del libro de cuentos “Las chicas no lloran”, cuenta que decidieron convocar a otras escritoras para que la experiencia del encierro forzoso tomara otro espesor. “Queríamos que participaran otras autoras. Cada mail de por medio teníamos un mail que se mezclaba con nuestro intercambio. Convocamos a amigas, a conocidas y a autoras que habíamos leído en algún taller y cada una sumó lo suyo”, reconstruye Olivia.



Así nació el newsletter "Intranquilas y venenosas" con mil suscriptores que las leían y 22 escritoras invitadas. El primer mail es del martes 17 de marzo y el último del 3 de octubre. A veces los intercambios eran diarios y en otros momentos estuvieron más de un mes en silencio. Sin ningún tipo de jactancia o impostura, cuentan que el nombre del libro editado por el sello Odelia está inspirado una cita del diario de Franz Kafka que no leyeron, pero que Florencia Kirchner compartió en su cuenta de Instagram, con el que encontraron sintonía. Dice Kafka: “Estoy intranquilo y venenoso. Ayer antes de dormirme tenía en la parte superior de la cabeza una llamita vacilante y fría. Ya se ha instalado encima de mi ojo izquierdo una tensión permanente”.

Fuente: TÉLAM