Bauhaus: los 100 años de la escuela alemana que revolucionó el vínculo entre diseño y vida
“El mundo entero es una Bauhaus“, la exposición dedicada a los 100 años de la escuela alemana que revolucionó la forma de pensar el vínculo entre diseño, arte y vida, abrió sus puertas a todo público en el Museo Nacional de Arte Decorativo como primera escala de una itinerancia que seguirá por México, primero, y Alemania, después, para los festejos oficiales que tendrán lugar en ese país en abril de 2019.
“El mundo entero es una Bauhaus“, la exposición dedicada a los 100 años de la escuela alemana que revolucionó la forma de pensar el vínculo entre diseño, arte y vida, abrió sus puertas a todo público en el Museo Nacional de Arte Decorativo como primera escala de una itinerancia que seguirá por México, primero, y Alemania, después, para los festejos oficiales que tendrán lugar en ese país en abril de 2019.
Organizada por el Goethe-Institut, la Embajada de la República Federal de Alemania, el Ministerio de Cultura de la Nación y el museo que la aloja, la muestra reúne objetos originales, fotografías, obras sobre papel, documentos, maquetas, revistas y películas, que proponen conocer el surgimiento, la historia y las implicancias de este centro de enseñanza devenido movimiento artístico.
“En esta exposición quise mostrar objetos que se habían producido, surgido y originado en la Bauhaus. Son innumerables las influencias al día de hoy que tenemos en la vida cotidiana de aquellos diseños pero creo que lo se puede mostrar de manera más viva son justamente las piezas, diseños, ideas y reflexiones que se originaron en esa escuela”, señaló el curador de la muestra Boris Friedewald, durante una recorrida para la prensa.
La escuela que durante su existencia -entre 1919 y 1933- llegó a convertirse en un admirado y controvertido símbolo del diseño moderno y de las expresiones de vanguardia, con sedes en Weimar, Dessau y Berlín encarnó, como quizá ninguna otra institución, el espíritu de la modernidad y la voluntad de ruptura y cambio.
La Bauhaus, que no tuvo en el mundo un centro de enseñanza equiparable, que vendía sus diseños a varios países, editó libros, poseía un alumnado internacional y que incluso fue visitada por personalidades como Marcel Duchamp o Solomon Guggenheim, dictaba materias como orfebrería, artes gráficas, encuadernación y tejido, cerámica, pintura, escultura, carpintería y escenografía teatral, entre otras, en contraste con las academias clásicas.
Dividida en ocho áreas temáticas que indagan, entre otros temas, en la pedagogía, las concepciones artísticas y las ideas en torno al ser humano que concibió la Bauhaus, la exposición aborda la historia y el legado de la escuela en la que se formaron 1300 estudiantes.
“Cada capítulo tiene su foco temático, pero no hay un orden para recorrer la muestra. Se puede comenzar en el punto que uno quiera. Todos los temas están vinculados entre sí”, agregó el curador y señaló que en 1922 ingresó un joven fotógrafo a estudiar allí “que seguramente conozcan, Horacio Coppola”, de quien se exhiben varias fotografías.
El título de la exposición -que también remite a su carácter itinerante- está tomado de una frase de Fritz Kuhr (primero alumno y más tarde profesor de la escuela), y juega con la idea de disolución de los límites entre arte, artesanía y técnica, uno de los principios promovidos por su fundador Walter Gropius.
“La Bauhaus desea preparar arquitectos, pintores y escultores de todos los niveles para que se conviertan, según sus capacidades, en artesanos hábiles o bien en artistas o creadores independientes y fundar una comunidad de trabajo compuesta por maestros y aprendices”, escribió Gropius en el Programa de la escuela, según se puede leer en los textos de sala, cuyo plantel docente incluía artistas como Josef Albers o Laszlo Moholy-Nagy.
Si bien desde sus comienzos se acusó a la escuela de que se dedicaba exclusivamente a experimentar y que la propia institución no era “más que un mero experimento”, uno de los núcleos de la muestra está dedicado justamente a este ítem. “Experimentación” es el núcleo que reúne objetos creados a partir del minucioso estudio de las dimensiones y proporciones, así como de los límites del material, desde muebles realizados con tubos de metal curvados como el alto grado de trabajo de la técnica fotográfica.
En el apartado “Obra de arte total” la atención se centra en la síntesis de la fusión entre la ciencia y las artes, mientras que la vida cotidiana y las legendarias fiestas de la Bauhaus se abordan en la sección “Comunidad”, a través de fotografías y documentos.
El núcleo “El hombre nuevo” aborda aquellas concepciones que apuntaban a transformación radical de las condiciones concretas de la vida social, mientras que “Arte, artesanía y técnica” ofrece una mirada al interior de los talleres y a sus productos.
En “Pedagogía radical” se muestran la estructura y la dinámica de la enseñanza de la escuela, que bien podría pensarse como el corazón de la institución.
El área de “Encuentros”, finalmente, permite apreciar las referencias transculturales que estuvieron presentes en la actividad de la Bauhaus a través de visitas y conferencias de invitados internacionales, así como del amplio fondo de la biblioteca de la escuela.
“Hay una tradición en la Argentina con la que nos sentimos interpelados y es el desafío de pensar el diseño y las artes al servicio de la transformación”, dijo por su parte el ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, durante el acto de presentación que contó también con el director del museo, Martín Marcos y autoridades del Ifa (Instituto para las Relaciones Culturales Internacionales de Alemania).
“El mundo entero es una Bauhaus“, que a lo largo de los dos meses ofrecerá una serie de talleres, charlas y actividades, se podrá visitar hasta el 12 de agosto, de martes a domingos de 12.30 a 19 en el Museo Nacional de Arte Decorativo, Avenida del Libertador 1902 (Ciudad de Buenos Aires), con entrada libre y gratuita.