Los colores, tamaños, texturas y ubicación… todo se tiene en cuenta a la hora de componer un lugar, decorar un espacio, recrear un ambiente, crear un clima.

Carlos Gisbert sabe hacerlo como nadie. El arquitecto, vidrierista y diseñador conoce el lugar exacto de las cosas que, según su punto de vista y sus conocimientos de movimientos artísticos, nunca falla, siempre gusta.

Invitado a sumarse a la sección de “Varones en vanguardia”, el entrevistado se presentó y dijo sobre sí mismo: “Soy Carlitos cómo me dicen todos, o San Cayetano también, porque los hago trabajar (jaja!). Soy amiguero, y apasionado en lo que hago. Me recibí de arquitecto y trabajo en lo visual fundamentalmente. Mi misión es hacer magia en los locales comerciales siempre y cuando me lo permitan (jaja)”, comenzó diciendo el invitado.

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Animado a definirse en cinco adjetivos, Carlos dijo ser: “Ansioso, pasional, inquieto, espontáneo y creativo”. Acerca de sus comienzos en el diseño relató: “Vengo de una familia de constructores, tata marmolero. Mamá, nona y abuela fascinadas por la moda, zapatos y vidrieras.Papá con su amor por la arquitectura y sus fierros y, tías vinculadas al arte… Y yo salí un mix!”, comenzó diciendo y luego agregó: “Me di cuenta de mi pasión, un día en la biblioteca de la facu, antes de recibirme, cuando me mostraron un libro de locales, vidrieras y escaparates comerciales y me enamoré...”, comentó Carlos apasionado.

Acerca de su elección por estudiar para arquitecto Carlos contó cuál fue la motivación para hacerlo: “Siempre me llamaron la atención las casas, en especial, con estilo e historias. Soy defensor a ultranza de la preservación y la inclusión; en los nuevos proyectos”, detalló.

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Con varios años a cargo del diseño de vidrieras y estilos en las secciones del local Falabella, Carlos comentó: “Yo sólo fui un eslabón más de esa maravillosa empresa... que me formó y mostró un nuevo mundo. Tuve jefes y gerentes generosos que apostaron y creyeron en mí...encontré una verdadera familia”, dijo el entrevistado y luego se refirió al cierre del local comercial en marzo de este año: “Fue un shock, más allá  de mi situación personal. Un atraso, una pérdida enorme para el país y en especial para la provincia, se fue una multinacional que brindaba y generaba fuentes de trabajo”, recordó nostálgico.

Activado y siempre mirando para adelante, Carlitos nos contó de sus proyectos inmediatos: “Seguir laburando en lo visual, capacitar equipos y brindar mis conocimientos a todos; asesoramiento, ambientaciones y cambios de imagen comercial. Además junto a dos socias, Carina y Gisella tenemos un emprendimiento de decoración llamado ´19 días de abril´”.

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En una provincia tradicional como San Juan, Carlos se refirió a los estilos elegidos por particulares y comerciantes a la hora de decorar o remodelar y comentó: “El sanjuanino tiene en cuenta el diseño, aunque es muy clásico, por ahí le falta arriesgarse y la inclusión (lo antiguo y su fusión con lo moderno), yo propongo siempre ´agionarse´ con la tendencia sobre todo en las vidrieras”, detalló el entrevistado.

Sobre sus preferencias a la hora de poner ´manos a la obra´, el diseñador dijo: “Siempre priorizo el lugar, lo que transmite, lo que se debe revalorizar, mantener y salvar. Después con choques de energía, color, textura...todo se transforma y se mejora”, comentó convencido.

Para finalizar Carlitos habló de sus sueños y contó: “Más allá de mi edad, me encanta la idea de ser pasante en tiendas por departamento en Nueva York, París, Madrid… y plasmarlo después acá”.

Carlos Gisbert

19 días de abril