Algunos curiosos artistas de la música no se conforman con subirse a un escenario, sino que van más allá y se atreven a dirigir películas. En este caso, compartimos algunas historias para tener en cuenta.

Vidas privadas

2001 – Dir: Fito Páez

Carmen -interpretada por Cecilia Roth– es capturada y torturada durante la dictadura argentina, episodio en el que da luz a un hijo que cree muerto. Su huída a Madrid para escapar del trauma dura hasta que la convalecencia de un familiar la obliga a volver, ya durante el retorno a la democracia. Entre retorcidos ritos sexuales, contrata a Gustavo, un chico mucho más joven e hijo de desaparecidos, cuya voz la erotiza. Todo conduce hacia el tabú máximo y transversal a todas las culturas: el incesto.

El romance del autor de El amor después del amor con el cine iba más allá de su pareja, que estaba trabajando con directores de la talla de Pedro Almodóvar y Adolfo Aristarain: pasaba las noches analizando la obra de directores como Igmar Bergman, John Ford, Erich von Stroheim. Esta pasión lo llevó a rodar, en sus palabras, “mi Edipo con mi madre muerta representado por quien era mi mujer”.

Halloween

2007 – Dir: Rob Zombie

Rob Zombie no es un director ocasional: es un artista multifacético que dejó una marca tanto en la música como en el cine de terror. El metal y el slasher se trenzan con lo visceral y lo macabro para desplegarse en dos dimensiones artísticas plenamente desarrolladas.

Nunca vas a estar solo

2016 – Dir: Alex Anwandter

En su ópera prima, Alex Anwandter produce una crítica al conservadurismo de la sociedad chilena que se siente como una continuación de la resistencia y provocación que marcan su carrera como músico. La denuncia y la ridiculización de una sociedad regida por la moral cristiana inunda la pantalla con tintes estéticos almodovarianos. Nunca vas a estar solo es un testimonio del compromiso artístico del embajador anticlerical del pop.

True Stories

1986 – Dir: David Byrne

David Byrne volcó toda su excentricidad en True Stories, donde él interpreta a un extraño con sombrero y sin nombre que visita una ciudad ficticia en Texas. Allí, sus habitantes se preparan para “la celebración de lo especial” con motivo del 150 aniversario de la independencia de su Estado en un evento patrocinado por la Varicorp Corporation, una planta local de fabricación de computadoras. 

La agudeza sarcástica de los Talking Heads para explorar la idiosincrasia de la Norteamérica contemporánea se esparce en cada fotograma. En el álbum homónimo que la banda publicó para acompañar a la película, sus canciones juegan con el sueño estadounidense, uno de los grandes temas de su discografía. Si no fue uno de los discos más exitosos de la banda neoyorkina, sí alcanzó la trascendencia de una forma curiosa: su última canción le dio el nombre a Radiohead. 

Kuso

2017 – Dir: Flying Lotus

Una experiencia delirante transmitida a través de una red improvisada de televisiones, Kuso infestó los cines con un Los Ángeles postapocalíptico tras el peor terremoto de su historia. La película fue descrita como la más repugnante jamás filmada; los críticos la calificaron como grosera, aberrante y molesta para el espectador.

God Help the Girl

2014 – Dir: Stuart Murdoch

God Help the Girl es exactamente lo que se esperaría del líder de Belle and Sebastian: una historia entrañable de complacencia pop y romanticismo que roza la cursilería. En el encanto torpe de la adolescencia, la atormentada Eve deja la universidad, se fuga del psiquiátrico y une su composición y canto a los talentos de James y Cassie, dos chicos que también tienen ganas de crear y disyuntivas que tiñen ese impulso artístico.

El llamado cinematográfico de Murdoch empezó en 2004 durante la gira de presentación del álbum Dear Catastrophe Waitress; primero nacieron las canciones y después la historia que las unió.

Fuente: IndieHoy