Hace solo una semana la plataforma de contenidos Netflix, estrenó la serie argentina “El Reino” y más allá de su tratamiento simplista sobre los manejos turbios de una familia evangelista y su relación con el poder, logró que la historia fuera lo más visto de los últimos días al punto de generar repudio de ciertos sectores de la sociedad.

En la serie hay acción con un gran despliegue de producción, suspenso, intriga y un conflicto instalado que se vuelve atractivo para el espectador.

La nueva serie argentina original de Netflix a cargo de Marcelo Piñeyro y la escritora Claudia Piñeiro (ambos a cargo del guion, mientras que él se reparte la dirección de los ocho episodios con Miguel Cohan) es una propuesta jugada que mezcla a la política y religión.

La trama trata de la familia de los Vázquez Pena, un grupo evangelista a cargo de la Iglesia de la Luz, que a la vez surve como fachada de manejos de todo tipo.

El pastor Emilio (Diego Peretti) con una poderosa influencia en la sociedad se postula como vicepresidente de la futura fórmula ganadora junto al empresario Armando Badajoz (Daniel Kuzniecka) quien es asesinado por Remigio Cárdenas (Nico García), un hombre vinculado a la iglesia.

Acá comienza el lado interesante de la historia cuando entra en escena la fiscal de la causa Roberta Candia (Nancy Dupláa) y su joven asistente Ramiro (Santiago Korovsky) con la intención de arrinconar a la familia y exponer sus más oscuros secretos en plena campaña electoral. Porque ahora el pastor va para presidente.

A pesar del excelente reparto, el gran problema para la crítica especializada es el guion y la dirección: con diálogos neutrales y acartonados, abundan las obviedades y lugares comunes. Tampoco hay humor y el tratamiento es tan literal y solemne que por momentos pierde la seriedad que tanto reclama.

A una semana de su estreno y como era de esperar, sectores conservadores y grupos evangelistas se quejaron por la serie y acusaron a Claudia Piñeiro por fascista en el intento de retratar a su congregación como corrupta y mentirosa. Lo más llamativo es que todos los ataques van hacia la única mujer de un gran grupo de productores y empresas relacionadas con la historia.

Si bien la historia no es de las mejores, la polémica generada por el tema y los protagonistas será noticia por un largo tiempo.