Estación de ferrocarril Dunedin (Nueva Zelanda)

Se dice que es el edificio más fotografiado de este país oceánico. Se inauguró en 1906 y su gran salón tiene un suelo de mosaico elaborado con más de 750.000 azulejos de porcelana Royal Doulton. Su plataforma principal, de un kilómetro, es la más larga del país y cada año, en octubre, se convierte en la mayor pasarela de moda del mundo.

Chhatrapati Shivaji Terminal (Bombay, India)

Patrimonio de la Humanidad desde 2004, a esta estación también se le conoce como Victoria Terminus, nombre que adquirió en honor a la Reina Victoria de Reino Unido, emperatriz de la India. Combina un estilo neogótico de la época victoriana con otro tradicional indio. Esta mezcla de culturas hace que la fachada de esta estación se asemeje mucho a la de un castillo.

Estación de St. Pancras (Londres, Reino Unido)

Se ubica al norte de Londres, en el distrito de Camden. En los años 60 se planeó demolerla, algo que evitaron las protestas ciudadanas. Dentro se puede contemplar una escultura de bronce, de nueve metros de altura, que retrata a dos jóvenes besándose. Su fachada gótica aparece en la saga de películas de Harry Potter como si se tratase de King’s Cross, lugar de donde parte el expreso de Hogwarts.

Estación central de Míchigan (Detroit, EEUU)

Para muchos, la estación más bonita de todo el mundo. Pero tiene un contrapunto: está abandonada. Construida en 1913, nació como una gran promesa para la ciudad, pese a estar alejada del centro histórico. Se quería revitalizar la periferia, creando un segundo centro neurálgico. Algo que no surgió efecto. Sus malas conexiones acabaron por desgastar este proyecto, que vio partir su último tren en 1988.

Estación de Hua Hin (Tailandia)

No es un monumento, pero aparece en la mayoría de guías turísticas de Tailandia como punto de interés a visitar. Data de 1920, durante el reinado de Rama VI. El complejo, de madera, destaca por estar adornado con acabados en rojo y paredes de color crema. También por sus enormes ventanales. Cuando cae la noche, su encanto se multiplica ya que es iluminado por cientos de bombillas.

Estación Internacional de Canfranc (Huesca)

En la actualidad, gran parte de sus instalaciones están vacías. Es por eso que su fachada, de apariencia abandonada, es un reclamo para muchos amantes de la fotografía que quieren retratar la que un día fue una esplendorosa estación inaugurada por el rey Alfonso XIII junto al presidente de la República Francesa, Gaston Doumergue. Hoy en día sólo recibe trenes regionales.

Estación de Kanazawa (Japón)

Estamos ante la primera estación ecológica de Japón. Sus paneles solares alimentan gran parte del edificio. Una gigantesca cúpula de vidrio recrea reflejos infinitos en su interior. Aunque lo que más llama la atención en este espacio es su espectacular ‘torii’ -una puerta que da acceso a los santuarios-, que tiene más de cuatro metros de altura.

Estación Central de Ámsterdam (Holanda)

Una de las construcciones más emblemáticas de la ciudad. Edificada en 1889 con un estilo renacentista holandés, por su interior transitan 250.000 pasajeros al día. Pierre Cuypers, el arquitecto que levantó este proyecto, quiso que esta estación supusiera una nueva puerta para la ciudad. Y lo consiguió. Es el sitio por el entra la mayoría de turistas que llega a la capital holandesa.

Union Station (Washington, EEUU)

Inaugurado en 1907, estamos ante un imponente edificio desde el punto de vista arquitectónico. La fachada principal del edificio, de 180 metros de longitud, adapta el esquema del famoso arco de triunfo romano.

Estación de Atocha (Madrid)

110 millones de pasajeros transitan por sus pasillos cada año. Inaugurada en 1851, ha sido remodelada muchas veces a lo largo de la historia, la última en 2010. Adornada con un curioso invernadero en su interior, durante la Guerra Civil fue utilizada por el bando republicano como una improvisada cárcel.

Fuente: El Mundo