Apasionado por la naturaleza, Felipe Lamanuzzi dejó su Córdoba natal y llegó a Iglesias a buscar el viento y el agua como motores esenciales en su vida.

En el comienzo de la entrevista de Diario 13 San Juan, Felipe dijo sobre sí mismo: “Hola soy Felipe Martín Lamanuzzi, tengo 51 años, nací el 11 de octubre de 1969 en Córdoba a las 16.30”, comenzó diciendo y luego agregó: Tengo un cuerpo y una mente alerta, en este envase me muevo, me desarrollo y convivo con el mundo pero el verdadero ser que habita y orbita en este envoltorio cárnico, confieso estar haciendo el intento por descubrirlo conocerlo y si es posible sentirlo”, dijo el entrevistado.

Felipe Lamanuzzi: “Intento aprender y entender algo de este inmenso y familiar cosmos”

“Me presentaría como un ente intentando aprender, entender algo de este inmenso y familiar cosmos”, completó Felipe su introducción.

Luego de definirse como sencillo, rústico, voluntarioso, servicial, sarcástico y lúdico, Lamanuzzi confirmó que lo que lo movió a dejar Córdoba para venir a San Juan, más precisamente a Rodeo fue el windsurf y el viento que sopla en el Cuesta del Viento: “El viento y el agua en mi vida significan que gracias a ellos me desarrollo generando mi oficio que es el windsurf, la relación es obvia, de ellos vivo por ellos vivo y para ellos vivo”, reflexionó sobre su actividad actual relacionada a los elementos naturales.

Felipe Lamanuzzi: “Intento aprender y entender algo de este inmenso y familiar cosmos”

Junto a su mujer y sus hijos, Felipe comentó sobre su lugar en la provincia: “Nunca soñé con vivir en Iglesia, ni con tener una familia que me acompañe, pero así se dieron las cosas y es algo hermoso”.

El contacto diario con la naturaleza hacen reflexionar a Felipe quien contó a Diario 13 San Juan sus vivencias de cada día: “Lo bueno de vivir más cerca de la naturaleza es esa cuestión de sentir siempre presente lo real, lo primitivo, lo ancestral, lo que siempre estuvo y siempre estará, el viento, la montaña, el agua, el gran señor sol que todos los días ilumina esta gran fiesta que es la vida. Vivir cerca de la naturaleza nos recuerda que somos ella y sino la preservamos morimos cada día con ella”, comentó profundo el windsurfista.

Felipe Lamanuzzi: “Intento aprender y entender algo de este inmenso y familiar cosmos”

Luego se refirió al encuentro que el lugar provoca y a la amistad entre grupos de pertenencia: “Esta naturaleza que vivimos aquí en ´Puerto de Palos´, junta y amontona a familias buscando lo que quizás antes era un clima hostil, como un zonda bajando de la cordillera a 80km por hora, secando y quemando para renovar el alma que se aquieta para no agitarse, porque mañana habrá que abrigarse porque el viento sur llegará y nos recordará que todo vuelve, que todo es un ciclo y hay que volver a empezar para comprender que a pesar de un final siempre vamos a continuar”.

Felipe Lamanuzzi: “Intento aprender y entender algo de este inmenso y familiar cosmos”

La llegada de la minería a la zona cambió la idiosincrasia del lugar y los habitantes tuvieron que adoptar nuevas costumbres, sobre este cambio Felipe dijo: “Antes de la minería el norte sanjuanino era un paraje olvidado por sus autoridades, lo que hacía a la poblaciones ser más creativas, trabajadoras de la tierra, solidarias y tranquilas. Después llego la actividad minera y por las regalías muchos productores dejaron de realizar sus actividades de siempre a cambio de otras menos relacionadas con la naturaleza”.

Felipe Lamanuzzi: “Intento aprender y entender algo de este inmenso y familiar cosmos”

La pasión de Felipe por el windsurf comenzó en Carlos Paz en 1985 y sobre ese comienzo el entrevistado dijo: “Mi tío, el gordo Lamanuzzi, me regaló un equipo completo de windsurf con la condición de que en marzo de 1986 participara del campeonato cordobés de windsurf y no saliera último. Participé y por suerte, salí penúltimo”, comentó divertido.

Felipe Lamanuzzi: “Intento aprender y entender algo de este inmenso y familiar cosmos”

Al frente de la playa “Puerto de Palos” sobre el dique Cuesta del Viento, Felipe y su hermano Franco se adaptaron al lugar y con el ánimo de disfrutar del viento levantaron la guardería, rental y escuela de windsurf: “No me hago cargo de que el lugar se haya convertido en el spot turístico que hoy es, solo vinimos a practicar el windsurf a un lugar único en el mundo por sus prestaciones, de regularidad e intensidad de viento, era inexorable que suceda el crecimiento turístico, como ocurrió en otras partes del mundo, similares a estas condiciones, Lago de Garda (Italia), Lago Calima (Colombia), Lago Arenales (Costa Rica) el Columbia River (EEUU)”, comento y luego reconoció su labor fundacional en el lugar:Si fuimos de los primeros en llegar y empezamos a navegar y hacer. Quizás también motivamos a otras personas y creo que demostramos que no todo lo que brilla es oro, agregó Felipe.

Felipe Lamanuzzi: “Intento aprender y entender algo de este inmenso y familiar cosmos”

En 2006, Lamanuzzi se convirtió en una pieza fundamental de búsqueda y rescate, luego de la tragedia de un grupo de pescadores a los que el viento sorprendió en el Cuesta del Viento. El cordobés advirtió la situación y logró rescatar a uno de los pescadores y participó activamente en la búsqueda de otros miembros del grupo:Participé del rescate de cinco seres humanos olvidados por las autoridades organizativas, solo intente ayudarlos llevarles la fe que habían perdido, hice lo que pude, siempre los recuerdo, me hubiera gustado mucho que todos sobrevivieran, pero en esta vida loca te toca lo que te toca”, recordó el entrevistado.

Felipe Lamanuzzi: “Intento aprender y entender algo de este inmenso y familiar cosmos”

Sin buscar el largo plazo, el windsurfista dijo: “Por suerte no hay nuevos proyectos, todavía me encuentro ejecutando los viejos proyectos de hacer dejar hacer y ser feliz”.

Al final de la entrevista, Felipe invitó a visitar el norte de la provincia y comentó las novedades para la nueva temporada: “Se viene lo de siempre: windsurf, muchas horas de luz, noches frescas que permiten descansar plácidamente, mucha gente feliz, mucho prana positivo, yoga y un tiempo en otro tiempo. En Puerto de Palos hay sol, agua, viento, montañas y familia, siempre te esperamos”.