El 19 de julio de 2007, nos dejaba Roberto Fontanarrosa. Ilustrador, humorista, novelista, cuentista, guionista y, por sobre todo, rosarino, así lo recuerda con un poema Juan Sasturain, el director de la Biblioteca Nacional, quien resalta que el Negro no fue debidamente reconocido como el gran escritor que fue.

Muy joven todavía -tenía 62 años- y después de enfrentar durante cuatro años una dura enfermedad, el jueves 19 de julio moría en su ciudad, Rosario, Roberto Fontanarrosa.

Creador de grandes personajes de la historieta como Boogie, El Aceitoso, y sobre todo, Inodoro Pereyra y su ladero canino, Mendieta, el Negro hizo de todo, y todo lo hizo bien: Ilustrador, historietista, humorista, novelista, cuentista, guionista y hasta actor, cuando interpretó a un juez en la película "¿Quién se robó el portaligas?", dirigida por otro rosarino y fanático de Central, Fito Páez.

Juan Sasturain sostiene que Fontanarrosa nunca fue valorado en su carácter de escritor. "Es una asignatura pendiente que todos tenemos hacia él, reconocerlo como escritor, a secas.", afirma sobre el autor de "Best Seller" y "El área 18", dos de sus novelas.

Por eso, Sasturain le dedicó "De la ceguera académica", un poema de su libro "El Versero" que trata de saldar esa deuda con el Negro, y que aquí publica Télam.

 

De la ceguera académica



Para Roberto Fontanarrosa

Los dichos de Inodoro y de Mendieta
se saben de memoria. El ominoso,
duro perfil de Boogie, el aceitoso,
hoy es un ícono de la historieta.

El Negro disfrutó de una discreta
fama y, sin embargo, el culturoso
poder tiene con él –sino penoso-
una deuda que es pública y secreta.

Nunca vieron que sabía escribir.
Para una mirada acartonada,
cometió el error de hacer reír

y de tener lectores. Casi nada.
Aviso a los curiosos por venir:
la crítica ha vivido equivocada.


Juan Sasturain

Fuente: TELAM