Del Fondo Editorial  lanzó la nueva obra de Juan Cabezón, 'Los que se quedan', una novela que sumerge al lector en un viaje emocional donde el dolor y la pérdida se entrelazan con la esperanza y la redención.

La historia nos presenta a Fabián, un alma que ha dejado este mundo sin haber cumplido sus objetivos de vida. Ahora, se encuentra en un camino que comparte con otros espíritus que también partieron, en busca de su elevación hacia la luz. Durante su travesía, Fabián explora cómo las personas que aún viven enfrentan el dolor y las pérdidas, y descubre que quienes permanecen en este plano también tienen metas y sueños por cumplir. Entre los personajes conmovedores que encontramos en esta narrativa, destaca el tierno Octavio, un niño que teme abandonar a su madre; Dora, cuyo único deseo es reunir a sus hijas; y Lorenzo y Martina, quienes deben desentrañar el misterio que les impide completar sus propias metas.

'Los que se quedan' es una novela impregnada de intensos sentimientos que invita a reflexionar sobre la trascendencia de la muerte y el propósito de la vida. Con una prosa sencilla pero emotiva, Cabezón nos lleva en un viaje de autodescubrimiento y aceptación.

ENTREVISTA MANO A MANO CON JUAN CABEZON

- ¿Que te inspiró para hacer este libro ?
La trascendencia y la otra vida son temas que siempre me han atraído, pero no fue hasta 2013, cuando perdí a un amigo muy cercano, que tuve la valentía de explorar lo que surgía de ese vacío individual e inexplicable que aparece cuando alguien que querés ya no está. Si bien yo tenía una idea general, previa a este suceso doloroso, mi forma de sacar fuera todo eso que sentía fue hacer lo que mejor se me da: escribir hasta que sintiera que todo lo volcado allí me había empezado a sanar.

- Mezclas un poco con le policial ¿Es un género que te atrae?
Te confieso que me gustan los libros, películas y series donde hay un misterio a resolver, porque es lo que te mantiene en vilo hasta que finalmente se resuelve. En mi caso particular, soy de los que ama romperse la cabeza para desentrañar el misterio antes, o inclusive imaginar como lo hubiera cerrado yo. Por eso cuando escribo suelo dejar migajas del final que luego, ante una segunda lectura o una posible vuelta a páginas anteriores te quedes como hipnotizado mirando la hoja. El año pasado terminé de escribir un policial que tiene mucho de misterio y me desafió porque es una historia muy oscura con reflexiones difíciles de procesar. Por otro lado mi libro "9 noches sin dormir" tiene ese tinte policial, cargado de mucha crudeza en sus relatos y creo que allí pude volcar bastante de esa atracción a la que te referís (y de la cual me hago cargo).

- Cuando hablas de como transitar las perdidas ¿ Debiste investigar mucho para profundizarlo ?
Sí, o más bien aceptar cosas que me estaban pasando ante la innegable verdad de que nunca terminamos de conocer lo que al otro le pasa interiormente, y sobre todo que no tenemos el control de las decisiones que toma. Pero al mismo tiempo saber que si comenzamos mirándonos a nosotros mismos, reconociendo eso que nos habita podemos ir más allá y abrirnos a la emocionalidad y ser más transparentes. Una pérdida no tiene porqué ser un punto final, en mi opinión, pero si puede ser una oportunidad para hablar con nuestros familiares y amigos y ser vulnerables, sinceros, humanos.

- ¿Por qué elegiste la mirada de alguien que ya no estaba en el plano de los vivo ?
Si bien "Los que se quedan" es una novela contemporánea, tiene también un toque de realismo mágico. Usar elementos o situaciones del día a día que no tienen una explicación, o bien la existente es media difusa. Creo que todo parte de las emociones. Soy coach ontológico, no hay forma que pueda despegarme de ellas. Creo que las emociones son eso que queda en el espacio físico y también energético cuando alguien muere. Nos quedan sus recuerdos, sus sonrisas, su voz, todo aquello que compartimos con ellos. Y esas memorias, aunque tristes, me hacen pensar que hay una especie de tren que parte lento, traqueteo a traqueteo, en el momento en que las personas fallecen, dejándonos a nosotros en el andén viendolos alejarse, hacia nuevo destino. Entonces digo... ¿qué nos hace pensar que si nosotros estamos habitados aún por ellos, ellos no pueden aún tener un poquito de vida a través de nosotros? 

- ¿Con que personaje te sentís más identificado?
Los cinco que se quedan tienen mucho de esa etapa difícil que tuve que transitar y por eso les agradezco al final del libro, ¿no? Pero creo que si tuviera que elegir uno en particular sería Octavio. Si pudiera volver en el tiempo y encontrarme conmigo mismo a los 8 años, sin duda me encontraría con muchas similitudes. Siempre fui un nene muy curioso. Es más, fue esa misma curiosidad la que poco después me llevó a querer contar lo que veía del mundo a otros, tratando de interpelarlos, como hoy día intento tanto en mis talleres de escritura, en mis sesiones de coaching, como en mis libros.