Charly García cumplió 73 años y parte del festejo fue reeditar en CD y vinilo su obra más reciente: La Lógica del Escorpión. Sin dudas uno de los acontecimientos argentinos más festejados del 2024 fue el lanzamiento de un nuevo disco de uno de los artistas más influyentes e importantes de Latinoamérica, como lo es el hombre del bigote bicolor.

Que García haya salido a escena con un trabajo discográfico es motivo suficiente para festejar. Más motivos de festejo se agregan al momento de encarar la escucha y darnos cuenta de que el compositor de obras de arte como Cinema Verite, Los Dinosaurios o Total Interferencia le dio vida a un disco en el que no se esconde detrás de la tecnología, ya que, en su decimocuarto disco de estudio, . No esconde lo que el paso del tiempo  y el Rock & Roll hizo con su voz. Las 13 canciones son un recorrido por su obra e influencias. ¿También contiene guiños el escenario argentino del 2024?

El disco arranca con Rompela, que son 1:44 de adrenalina, de agite. Uh platillo de introducción que se va expandiendo en la escucha con auriculares y arranca el tema. Directamente con el estribillo en el cual García no invita a ‘romper las tendencias, a no ser como los demás’. Con un riff con cositas de Rock & Roll Yo, para la apertura es una versión en español de ‘Break It Up’, uno de los temas que bucea en su laburo discográfico del 2010, Kill Gil.

Yo ya sé da años de vida al que la escucha. Es una canción con esperanza y los teclados y el ritmo tan Beatle son los culpables de eso. ‘Freud ha arruinado todo, como internet/ Hoy te quedaste solo/ Por ahí la ves’, reza el primer verso tras el estribillo de arranque. Luego, el La Máquina de Hacer Pájaros se despacha con otro verso en el que educa, tira data: ‘Dios te ha dejado solo, como internet/ Hoy que querías de todo/ Nada tenés. El más radiable del disco, uno de los hits.

Un blues en el que aparece el primer invitado, su compañero de Serú Girán, David Lebón. El Club de los 27 quizás sea una declaración, quizás una expresión de deseo, más allá de que el consagrado músico sabe que hace rato se le pasó ese tren. Quizás la clave acá reside en la frase: ‘Volaré sobre este mundo/ traicionero y digital’. El compositor de Fantasy nos demuestra que sigue filoso y provocador para las letras. Es acá donde aparecen grandes leyendas del rock que componen este club como Braian Jones y Kurt Kobain, y por otro lado John Lennon y The Rolling Stones. ‘Muchos pobres, pocos ricos/ Ellos nunca van a entrar’, es una declaración  también. El rock no es para ricos.

La segunda colaboración del hombre que inmortalizó Seminare, uno de los himnos fogoneros del rock argentino. La Medicina N°9  es Rock & Roll al ritmo de las calles de New York. ‘Y aunque no pierdo la esperanza/ A veces con vivir no alcanza/ Voy a tomar un poquito más/ Aquella Medicina N°9’, aquí tenemos a un García que devela el telón de sus miedos de estos años, con el extracto ‘Number Nine’, de la sicodélica obra de arte de The Beatles: ‘Revolución 9’, que atraviesa todo el tema.

Una daga al corazón. Te Recuero Invierno, es una perla hermosa de tiempos de Sui Generis. La canción comienza con la batería electrónica de Inconsciente Colectivo (otro guiño a su obra). Una de esas canciones que parece haber sido compuesta por un músico en el epílogo de su vida, pero no. Charly la craneó y dio vida cuando caminaba por el sendero de los veinte y compartía los escenarios con su amigo Nito Mestre. 'Te esperaré de pie/ Cuando el frío te traiga aquí/ Otra vez, como antes’, ¿es una conversación con la parca? Los sonidos de bandoneón en teclados son un exquisito y justo homenaje a Astor Piazzolla.

En Autofemicidio, García se muestra una vez más filoso, provocador, como en viejos tiempos. Con un estribillo bien a lo Charly, nos muestra parte de su visión de la sociedad actual: 'La grieta entre los humanos/ Se hace cada vez más grande/ Los chicos quieren ser chicos/ Las chicas quieren ser grandes. Las estrofas se resuelven de forma naif. 'Hay gente que se suicida/ Un acto muy egoísta/ Para salir en la tele/ En diarios y las revistas'.

La guitarra de doce cuerdas que suena durante todo el tema es una marca compositiva de su otro compañero de Serú que aparece en el disco. Pedro Aznar además de su voz, aportó parte de la letra (como en tiempo de Tanto y Tango 4). En América hay una apertura de la realidad del país a la de Latinoamérica.