Maxi se sube a cualquier colectivo del Gran San Juan, le pide permiso al chofer para presentarse. Le da play a un parlante que siempre lo acompaña, y cuando el beat empieza a atacar, el como el guerrero de la vida que es, comienza a escupir su poesía en forma de barras. Entonces, esa simbiosis entre pasajero/público y el artista comienza a ser un hecho. Y como un fuerte abrazo, el respeto por su arte y la felicidad que les da escucharlo se fusionan.

Esa sensación de bienestar, de estar en el lugar correcto, haciendo lo que le gusta hacer, la experimenta cada día que se presenta en los colectivos. Es tanto el amor y el agradecimiento que este rapero de pura cepa siente por los pasajeros que lo escuchan y respetan su arte, que este viernes en Tarde Trece se animó a definirlos como: ‘mis fans favoritos’

Maxi se emociona y no puede evitar que la sonrisa se apodere de su cara. Al hablar de lo que vive día a día con el pasillo de los colectivos como pasarela, es asegura que la gente que lo escucha y le colaboran, son sus fans preferidos, puesto que gracias a ellos su familia y él estan saliendo adelante.

'No tan solo me está viendo mi papá, porque hoy en los colectivos le dije a la gente, los pasajeros que iba a salir en Canal 13, y que les iba a mandatar un saludo grande, porque ellos siempre son y7 lo serán: mis fans preferidos, porque gracias a ellos estoy saliendo adelante para que mi familia también salga adelante', expresó en la extensa entrevista en Canal 13.

Como ya contó Maxi a Diario 13, el joven de 30 años es papá de una niña de 4 años que se llama Mia Nicole. Por ella, para mantenerla a ella, sale a’ ganarse unos mangos’ a la calle, se sube a los colectivos y rapea. Además, le ha escrito canciones a su pequeña, asegurando que es su motor en la vida.

Maxi tampoco se olvida de lo que hizo y hace su padre por él. 'Mi viejo es una persona que siempre me apoyó con el tema del trabajo. Yo trabajo con él cargando y descargando servicio de catering', comentó emocionado.

Es que este rapero sanjuanino, que se sube a los colectivos del Gran San Juan y le da rienda suelta a su imaginación en simetría con su lengua, está orgulloso y cómodo de ser quien es, y de ganarse la vida tirando barras con un parlante, en ese escenario que lo abraza, que es nada más y nada menos que el pasillo de un ‘bondi’.