“Lo individual conformado por lo social que no deja de ser social cuando   conforma lo individual”

Las disputas de los “Derechos Colectivos”, se definen como tales, si se realizan en “lo público”. La manifestación en el Dominio Público, es una exposición en voz alta, de lo inexplicable, aún del “Absurdo”, ya que “disputar” y “Derechos”, juntos o enfrentados conforman una contradicción.

Los Derechos del Sujeto, entre otros, son: “Trabajo”, que es su actividad en la construcción del Escenario de la Cultura, la Construcción de su Mundo Histórico y Hablante. “Salarios”, por aquel Trabajo. “Salud Pública”, “Educación Pública”, “Tranquilidad” en lo público, que es Propiedad Social - la Propiedad que no se privatiza. “Reconocimiento en el Otro”, como producción de la Intersubjetividad, en su ejercicio de Sociabilidad.

Además, la “Propiedad Social” es: en lo público.

Además, el Sujeto se desarrolla en lo público, por lo tanto, es “en lo Público” donde debe estar vigorizada la Razón. Entonces: a ese Dominio, con la Razón el Sujeto acude a quebrar lo contradictorio, a desarmar lo que siente como inexplicable (como apunté anteriormente: disputar sus Derechos)

La “Exterioridad” de los Sujetos, se representa desde lo público o en lo público. Y aquí apunto un concepto de mi Filosofía, primordial del Sujeto: “La Salubridad del “Hombre”, es la Interioridad exterior y lo exterior de su Interioridad”.

El Sujeto, disputa “su propiedad” en el Dominio de lo Público.

Siempre, los reclamos y las movilizaciones colectivas, son luchas: por reclamos de “des-pertenencias” o disputas por “inherencias” no consideradas, apropiadas por el “poder político que “administra”” al Sistema de Convivencia.

Acuño esta denominación de “Sistema de convivencia”, para: el poder económico, el poder político y el Imaginario Social. En este Imaginario Social está el pensamiento calculador, que obnubila y fascina al hombre, único practicado como movilidad de la cotidianeidad, que es movilidad y sostenimiento del capitalismo. Enajenación y alienación, frente a las taras del capitalismo.

Obnubilación y fascinación fortalecida permanentemente por los discursos del “poder político”.

Desde el diez de diciembre pasado, “las fuerzas del cielo” establecieron, una nueva definición para el “Sistema de convivencia” y una idiota actitud para establecer “significaciones”……. “aparentes significaciones”. Y declararon y declaran que, asistiremos: al mercado como “poder político”, oráculo como apropiador de la cotidianeidad de los hombres y mujeres, y el Imaginario Social, fue tomado, fue negado, por la invasión de los dogmas más dañinos para la Subjetividad: el religioso y el del “pensamiento calculador”.

Como ilustración, del deterioro de la Sociabilidad, hay un permanente estado “psicopático”, en los gestos y en los discursos, de los “ilustres” a cargo de la administración…….de la cotidianeidad de los hombres y mujeres, que caminamos las calles.  Calles que fueron “otras”, porque las resistimos, con compañeros desaparecidos, con niños robados, con libros quemados, habitando cotidianamente el horror……. hacen unos cuarenta años.

Las luchas sociales o los reclamos sociales colectivos. Por negación, apropiación (que es el acto más autoritario de los gobiernos), deterioro o destrucción de la Propiedad Social, por ejemplo: la exclusión del derecho inherente a trabajar, aún, en los conceptos de mierda del capitalismo, la pérdida del trabajo, la adecuación paupérrima de sus condiciones, la no atención por el Estado de la salud pública, la no atención por el Estado de la educación pública, la desertización por el envenenamiento de la Tierra o por contaminación de las aguas y del Aire.

Las luchas sociales son luchas contra el Sistema de Convivencia.

Sistema de Convivencia, igual a sistema capitalista.

Por lo tanto: las posibilidades de “rescatar”, de “reapropiarnos” con la actividad de las manifestaciones, es que el Poder Social que enfrenta al poder del sistema sea fortalecido por el poder social de cada uno de los habitantes de la comunidad que “debiera reclamar”.

“Debiera reclamar”, encierra la posibilidad de “conseguir”, en el reclamo y la disputa.

“Conseguir” en el reclamo, es: evitar la apropiación de la Propiedad Social su privatización, por el poder político.

Ocupar las calles con el reclamo, es la más próxima, la inmediata, la primera ocupación de lo público por los Sujetos, que de lo público tienen pertenencia.

Porque necesitan re-apropiarse, recuperar “lo público”. Y esto como concepto primitivo de la “Propiedad Social”……Hombres y mujeres que van por lo público.

La calle y la plaza, son lo inmediatamente público. La calle y la plaza son inherentes a la inmediata necesidad de expresión. Porque lo público,  también son las leyes, entonces: el Congreso, la Educación, la Salud, las decisiones de los administradores de lo público…….Por lo tanto: “lo público”.

En “lo público” se constituye la “Propiedad Social”.

“Propiedad Social”, es la Propiedad que no se privatiza”.

Por lo tanto: la Tranquilidad, en el concepto que doy: La “Tranquilidad”, en lo público, es “Propiedad Social”

Y me detengo en este concepto de la “Propiedad Social”:

Los Sujetos nos movilizamos porque nos invaden la “Propiedad Social”, porque nos la niegan, porque los que “gobiernan” (autoritariamente) se la apropian y falsamente la convierten en “su propiedad privada”.

Cada uno de los Sujetos somos habitantes de esa “Propiedad Social”

Y sobre esta:

La “Propiedad Social”, nos hace propietarios sin privar la propiedad.

Por lo tanto: entre los propietarios no hay: unos y otros. Entre los propietarios hay sólo “unos” o sólo “otros”.

Descubrimos que esa propiedad no nos divide en Hombres con mayor o menor posibilidad adquisitiva, ni por religiones, ni por ideologías, ni por colores, ni por oficios. Nos fortalece en la propiedad y por lo tanto en su defensa.

Y esto es muy hermoso: lo individual conformado por lo social que no deja de ser social cuando conforma lo individual.

Por eso la Tranquilidad es “Propiedad Social”.

La “Propiedad Social”, en el Hombre, es la Tranquilidad y ahí está el Pensamiento y por lo tanto la Palabra y la Salubridad.

Tranquilidad: conformada por objetos esenciales de la Vida, como: Salud, Relación: con el Otro y con el otro, Trabajo -no en el concepto capitalista- o al menos teniendo esto en disputa. Tiene como sinónimo popular, establecido: “Felicidad”.

Tranquilidad es el concepto.

Tranquilidad es la esencia de eso que denominamos con el término “Felicidad”.

Felicidad: un sinónimo; que se relativiza, se frivoliza, se desgasta y confunde, se utiliza. Es objeto de intercambio del mercado. Es un vocablo debilitado en los discursos del poder político.

La Salubridad del Hombre es una sola: es la interioridad exterior y es lo exterior de nuestra interioridad.

La Tranquilidad es procurada, determinada, armada, conformada por cada uno para habitarla.

Entonces:

La Tranquilidad es individual conformada por lo social, que apunto.

La Tranquilidad es interior conformada por lo exterior.

El adversario, en la disputa - el sistema de convivencia - es poderoso, es fuerte, no le interesa el “Hombre”, y las Vidas son sólo el contenido de sus estadísticas.

El gobierno es un interlocutor que arma sus discursos con argumentaciones exentas de razón, exentas de empatía por el otro.

La razón y los sentimientos son inherentes a los “Hombres” y no al pensamiento calculador del Sistema.

El gobierno es parte de ese Sistema, lo sostiene y se sostiene en él. Es la representación personalizada del Sistema.

Lo único que fortalece la lucha y le da posibilidades de triunfo es la incorporación, inherente, propia, de todos los Sujetos que son afectados en la invasión de su Propiedad Social.

El Poder Social en las manifestaciones es tan fuerte, que une a los Sujetos por la causa de la lucha, despojándolos de las diferencias políticas, religiosas, de oficios. La diversidad sólo se explicita en los comentarios y en los estados de calma.

La conceptualización de Sujetos, es en sí misma la inherencia y la pertenencia al colectivo que disputa y que lucha. Que disputa y lucha por la Propiedad Social.

Que disputa, y lucha por la Vida.

Miguel Montoya Jamed