Camino a Chicago

Wayne nos llevaría hasta Chicago, donde se quedaría con nosotros algunos días. Teníamos que cubrir los 500 km de distancia que separa las dos ciudades, así que fuimos tranquilos, disfrutando del viaje.

Ya desde hacía unos días atrás, cuando habíamos comenzado éste viaje, en el vuelo que nos llevaba desde Nueva York a Chicago, notamos algo distinto. Varios pasajeros del avión estaban felices porque se enteraron que los Chicago Cubs habían ganado el Campeonato de Béisbol después de 108 años, así que es posible que ninguna persona en la ciudad lo haya visto campeón antes. Los Chicago White Sox son sus rivales en la ciudad. Y al igual que el béisbol, el basquetbol también tiene su gran equipo multicampeón de los 90. Los Chicago Bulls que fueron liderados por años por el gran Michael Jordan, acompañado por Scottie Pipen, Dennis Rodman, Tony Kukoc y varios más. Eran un equipo imparable.

La Ciudad de los Vientos es considerada la ciudad donde nacieron los rascacielos, como las Willis Tower, que con sus 530 mts de altura y 9 edificios unidos son la gran atracción de la ciudad, donde la mayoría de los 1.100 edificios son vidriados y metálicos y se reflejan sobre el Rio que divide la ciudad.

El nombre Chicago se deriva de una traducción francesa de la palabra nativa Shikaakwa, que puede traducirse como Cebolla Olorosa y la primera mención conocida a la actual ciudad fue Checagou en 1679, cuando el explorador francés Robert de la Salle incursionó la zona de los Grandes Lagos. Y ya con el desarrollo del ferrocarril, la ciudad se convirtió en líder del comercio porque conectaba los lagos con todo el territorio. Para 1850 llegaría unos cien mil inmigrantes por año atraídos por ésta ciudad de oportunidades y a partir de la época de postguerra, Chicago prosperó tanto que su crecimiento fue imparable a tal punto que su población creció, los comerciantes prosperaron y se duplicaron los envíos de mercadería por el país.

Uno de los grandes sucesos sucedió en 1871 cuando un Gran Incendio destruyó por completo la ciudad. Según cuenta la historia, una vaca en un granero, tiró una lámpara de aceite encendido y el fuego se expandió por toda la ciudad ayudado por los fuertes vientos de la zona. La ciudad fue consumida por completo, cientos de personas perdieron la vida y miles quedaron sin hogar. Nadie pudo comprobar quien inició el incendio pero todos recuerdan el día que comenzó.

Ciudad de oportunidades

Millones de personas de distintas nacionalidades viven en la ciudad, aunque en la Ciudad de los Vientos todos los días hay sirenas de ambulancias y bomberos que recorren las calles, helicópteros que sobrevuelan la ciudad y en el momento que nosotros llegamos, días después de las elecciones generales, muchas personas protestaban frente a las Trump Towers demostrando su desagrado por el nuevo presidente electo y por el sistema electoral del país, cantando El Pueblo Unido Jamás Será Vencido.

Pero, por otra parte, la ciudad te dá la sensación de estar en un set de filmación, donde el tren elevado que recorre la ciudad y el Chicago Tribune que ves al circular el Río Chicago, te hace imaginar que estás en una película y tenes la sensación que en cualquier momento aparece Peter Parker y se transforma en El Hombre Araña, aunque en realidad trabajaba en el Daily Bugle.

Acá se filmaron muchas películas y series y seguro viste varias producciones como Ladrón (1981), Negocios Riesgosos (1983), Los Intocables (1987), Mi Pobre Angelito (1990), El Fugitivo (1993), Mientras Dormías (1995), Space Jam (1996), La Boda de mi Mejor Amigo (1997), Spider-Man 2 (2004), Batman: El caballero de la Noche (2008), Divergente (2014), Transformers: Lado Oscuro de la Luna (2011).

Y si hablamos de series también se filmaron muchas acá como Prisión Break (2005),  Mike y Molly (2010), Chicago Code (2011), Chicago Fire (2012), Chicago P.D (2014), Chicago Med (2015), El Último Baile (2020).

De paseo por la ciudad

Chicago es la tercera ciudad más poblada del país y uno de esos lugares donde no podés aburrirte nunca. Por supuesto podes hacer una visita a la ciudad por tu cuenta, pero es importante que sepas que hay un grupo de voluntarios que hacen tours gratis, llamado Chicago Greeter. Estas personas son locales que te enseñan la ciudad y no admiten propinas ni pagos de ningún tipo, solo están felices mostrándote su ciudad.

También podés comprar unos pases que te permiten recorrer distintos sitios de la ciudad y que no sólo te va a resultar cómodos, sino también más económico.

Un sitio donde va todo el mundo es el Millennium Park, allí se encuentra el Auditorio del Millennium, un lugar de conciertos al aire libre, con espacio para 4.000 personas sentadas y 7.000 en el césped, donde podés disfrutar y divertirte con las Fuentes Crown que son dos torres que proyectan caras de ciudadanos de Chicago que miran, sonríen y que de vez en cuando, abren la boca y sueltan un chorro de agua. Pero tal vez el elemento más famoso del parque sea The Bean (El Poroto) también llamado Cloud Gate (La Puerta de la Nube), que es una enorme estructura formada por 168 placas de acero inoxidable pulidas de tal forma que parece un espejo y donde no se notan las uniones en ninguna parte. Allí miles de personas se acercan, lo tocan, ven su propia imagen, se toman fotos en extrañas posiciones y ven los reflejos de los edificios de toda la ciudad. Es difícil encontrar el lugar sin gente y una de las mejores horas para visitarlo es cuando comienza a oscurecer, porque se realza con las luces que vienen de los edificios.

Chicago en algún momento fue una ciudad gris y peligrosa que describían las crónicas de ayer, pero hoy es la ciudad con la mejor arquitectura del país.  

También podes visitar las Willis Tower, un rascacielos formado por 9 edificios unidos, cuyo edificio más bajo tiene 50 pisos y que por 20 años fue el edificio más alto del mundo. En la torre mayor, en su piso 103 podes disfrutar de las mejores vistas de la ciudad, subir en el ascensor que sólo tarda 60 segundo en llegar a la cima, donde se te taparán los oídos, tal vez asomarte a una saliente con piso vidriado llamada La Cornisa, experimentar la sensación de estar en el aire a cientos de metros de altura. Estas cajas vidriadas pueden soportar unas 5 toneladas de peso, pero te puedo asegurar que cuando vos estás ahí no queres que suba nadie más, por las dudas. Desde esa altura y en dias despejado podés ver a cientos de kilómetros de distancia y experimentar cómo se balancea el edificio en un día ventoso. No apto para personas con vértigo.

Tal vez puedas visitar el edificio John Hancock y en 40 segundos llegar hasta el piso 94 a uno 300 mts de altura, que lo convierte en el tercer rascacielos más alto de la ciudad. Allí poder comer en su restaurante llamado 360° a donde fuimos a comer con Wayne y nuestro nuevo amigo Parker y donde hace algunos años se introdujo una nueva atracción llamada TILT, que consiste en una serie de ventanas del suelo al techo que se inclinan lentamente hacia fuera del edificio hasta los 30° mientras la gente se sostiene de unas barras y en donde se escuchan más gritos y sonrisas nerviosas.

También podés disfrutar de una piscina elevada en el piso 44, pero te recomendamos, cuando bajes, que te des una vuelta por Cheesecake Factory en la planta baja del edificio y disfrutar de tortas, panqueques y esos manjares que tanto nos gustan a todos.

Otro lindo lugar para visitar es Navy Pier. Un muelle famoso por la importancia histórica para la ciudad. Hoy es un lugar con vistas maravillosas y donde podés quedarte en un bar, hacer compras, disfrutar de la gigantesca Noria Centennial Wheel con 60 mts de altura y con cápsulas cerradas y climatizadas, o tal vez tomar un ferry y navegar el Lago Michigan o un Water Taxi para recorrer el Río Chicago, mientras pasas por debajo de los puentes levadizos que se desparraman a lo largo de la ciudad. Esta es una linda alternativa para ver Chicago, ya que se aprecian los edificios más emblemáticos, mientras aprendes la historia de la ciudad contada durante el paseo y vas haciendo fotos de recuerdo.

Y si queres disfrutar de un espectáculo teatral, podes ir al Chicago Theatre, que es todo un emblema de la ciudad, pues este edificio, fue declarado lugar histórico y fue construido en 1921 para proyectar películas mudas.

Por supuesto también podés visitar museos o disfrutar de la Avenida Míchigan conocida como Magnificent Mile que es la zona más emblemática para ir de compras, con grande tiendas, restaurantes, edificios históricos, centro comerciales y teatros

Tuvimos oportunidad de hacer algunas visitas a tal punto que deseamos volver.

De jazz y gansters

Muchas personas dicen que Chicago tiene música propia y esa apreciación no escapa a la realidad ya que junto a Nueva Orleans y Memphis y a lo largo de toda la Ruta 61 están las raíces del blues, el jazz, el soul y el rock.

Algunos dicen que llegar a Chicago es como llegar a la tierra prometida, porque te ofrece gran variedad de lugares donde se desarrollan esos ritmos musicales, sobre todo al norte de la ciudad, en la parte vieja, donde está Green Mill, el sitio preferido por los músicos. Este es el lugar de jazz por excelencia, donde hay un pequeño escenario, una enorme barra, luz tenue, mesas y sillas amontonadas, mucha gente y buena música. Acá no sólo se viene a pasar un rato agradable sino a escuchar buen jazz.

Green Mill abrió en 1907 y se lo nombró así en homenaje a Moulin Rouge de París y cuando la Ley Seca llegó a Chicago en los años 20’, Green Mill fue uno de los pocos lugares donde se hacía la vista gorda, así que en el lugar no sólo había buena música sino también había libertad.

Del Green Mill salieron estrellas como Billie Holliday y fue el bar elegido por gánsters como Al Capone, a tal punto que durante años, buscó y escogió a los músicos que tocaban ahí. Una leyenda urbana cuenta que bajo la barra, hay un túnel que conectaba el bar con un edificio del otro lado de la calle, para que los mafiosos pudieran escapar si llegaba la policía. En realidad no es una leyenda, exactamente bajo la barra se encuentra un extenso laberinto de túneles que se dirigen hacia varios puntos en la ciudad.

Como dijimos, Al Capone quien fue conocido como Scarface, fue el gánster más famoso, el enemigo público número uno y quien dominó los bajos fondos de la ciudad durante años a base de asesinatos y sobornos, para terminar encarcelado y acusado de evadir impuestos por ingresos que se obtenían de manera ilícita. Al capone fue detenido en 1931 y enviado a una prisión de Atlanta, pero desde ahí seguía supervisando sus negocios.

Luego sería trasladado a Alcatraz en 1934 y al revocarse la Ley Seca lo liberaron en 1939. Terminó en la ruina y dependiendo de sus hermanos y cayó víctima de demencia senil a consecuencia de una sífilis contraída durante su juventud.

El gánster más famoso, falleció en su propiedad de Miami Beach, Florida. Tenía sólo 48 años.

Cuando se menciona el nombre de Chicago es inevitable no asociarlo con su violento pasado de gánsters, crímenes y alcohol y aunque a los habitantes de la metrópoli no les gusta hacer hincapié en esta época que prefieren olvidar, muchos turistas se empeñan en buscar en cada rincón algún detalle que los transporte directamente a la década de los 20.

Si estás interesado, te cuento que hay una empresa turística que desarrolló un circuito de dos horas de duración y recorren los lugares emblemáticos donde persisten recuerdos de personajes como John Dillinger, Al Capone, Dion O’Bannion y George Bugs Moran.

Este circuito se realiza a bordo de un viejo autobús escolar pintado de negro y conducido por dos hombres vestidos a la usanza de aquellos años que brindan toda la información de los lugares a visitar, relatando los sucesos con el típico acento de Chicago.

El tour recorre el lado sur de la ciudad visitando Cicerón y la Pequeña Italia que fueron las principales zonas de actividad mafiosa italiana, al igual que en el lado norte en la Costa de Oro y Lincoln Park. Luego visitan la Catedral del Santo Nombre, donde estaba la floristería de Dion O’Bannion, un gánster que fue asesinado en 1924 provocando violencia, además de sitios donde sucedieron hechos violentos como hoteles, teatros, burdeles y clubes de jazz, hasta llegar al sitio donde ocurrió la masacre del Día de San Valentín en 1929 cuando hombres de Capone disfrazados de policías mataron a siete secuaces de Moran.

Un dato curioso a tener en cuenta es que la ciudad prefiere promocionarse ofreciendo actos culturales y sitios arquitectónicos en lugar de recurrir a su pasado de gánsters, tal es así que no existen letreros ni señales oficiales en toda la ciudad que indiquen que por ahí pasaron Capone y Dillinger.

Pero volviendo a la música, te cuento que el blues fue el ritmo que definió a Chicago después de la Segunda Guerra Mundial, cuando soldados que volvían a Estados Unidos se dedicaron a tomar trabajos que eran para los negros, causando una oleada de migrantes. Aparecieron artistas de la talla de Muddy Waters o Buddy Guy, quien aún tiene su bar en The Loop, una zona llena de bares, restaurantes, teatros y parques que toma su nombre del circuito que hace el tren elevado que circula por la ciudad.

El blues creció y Chicago se convirtió en una ciudad con ritmo en la sangre, evolucionando a tal punto que dejó de ser música de marginados para influenciar en grandes bandas de la talla de The Rolling Stones o Led Zeppelin, cuyo rock está muy ligado al blues.

Hay sitios por donde pasaron grandes bandas y uno de ellos es el Cabaret Metro que tuvo el agrado de recibir a REM, New Order, Billy Idol, The Smashing Pumpkins, Blind Melon, Nirvana o Bob Dylan y donde se dice que sus escenarios y sus escaleras huelen a cigarrillo, mezclado con concierto de la noche anterior y sus empleados son fanáticos de la música.

Pero hasta acá llegamos hoy con nuestro recorrido por la bella Traverse City en Michigan y la espectacular Chicago.

Los esperamos la próxima semana

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