Cartagena de Indias te envuelve con su calor apenas se abre la puerta del avión. El aire caribeño te invade, te agobia. Al caminar por ésta ciudad llena de callejones angostos, ves a la gente sentada en la vereda viendo pasar la vida, con sus puertas abiertas de par en par, mientras los chicos juegan en el callejón. De momentos te imaginas que estas en la época de las colonias, pero sabés que la ciudad tiene más de 1 millón de habitantes y te das cuenta que algo cambio.

Esta vieja ciudadela amurallada tiene más de 500 años y vivió desde las luchas de poder de las coronas europeas hasta la Inquisición y la Independencia española.  Hoy la  invasión pasa por el turismo de millones de turistas que la visitan anualmente y muchos, como nuestro anfitrión Markus (dueño del Bed & Breakfast en donde nos hospedamos) se quedaron para siempre para disfrutar de la vida de Cartagena. Rodeado de casas coloniales con tejas coloradas y grandes macetones llenos de flores multicolores que cuelgan de sus balcones, con pintorescas plazas, cúpulas renacentistas con techos en teja de barro y paredes gruesas de aquellos hogares que hoy muestran una ciudad con mucha tradición. Desde hace años es el escenario natural de series y películas como Tras la Esmeralda Perdida, División Miami, La Misión, El Amor en los Tiempos del Cólera, El Hilo Rojo, Proyecto Géminis y la lista sigue.

Seguro vas a divertirte viendo los bailes callejeros de cada esquina, o con sus Palanqueras, que son esas mujeres con largos vestidos con los colores de la bandera de Colombia, que llevan balanceando sobre sus cabezas grandes fuentones de aluminio con frutas tropicales, siempre con una sonrisa y dispuestas a abrazarte para tomarse una foto con ellas o caminando tal vez descubrís a los Escribientes Callejeros, con sus ruidosas máquinas de escribir, que redactan o copian grandes escritos para ganarse la vida o porque no, dar una vuelta en un carruaje tirado por caballos y terminar el día en la Plaza de Santo Domingo tomando una cerveza bien helada. En ésta plaza, llena de bares y restaurantes, hay una gran escultura de una mujer recostada desnuda llamada Gertrudis, realizada por Botero y colocada hace 20 años, con unos 650 kilos de peso. La obra se ha convertido en irresistible para todos, ya que existe un mito popular que dice que tocarle los senos a Gertrudis asegura largas relaciones amorosas. Sí, sí, asegura éxito en el amor. Por lo que esa parte de su cuerpo luce más desgastada que el resto, pero quien se resiste a una foto como esa no?

La historia de Cartagena de Indias está dividida en varios periodos que tienen como punto de partida la llegada de Cristóbal Colón hacia América y sigue con la colonización de España, los movimientos independentistas, la era republicana, los conflictos civiles, hasta llegar a la actualidad. Esta ciudad estuvo habitada por indígenas, pero fue fundada en 1533 por Don Pedro de Heredia llegando a ser un importante punto hispano en el Caribe colonial. A partir de su fundación en el siglo XVI y durante toda la época colonial española fue uno de los puertos más importantes de América hasta su independencia en 1811. Cartagena fue atacada por piratas y tropas inglesas, francesas y holandesas y por esto, el rey español Felipe II ordenó construir 11 km de fuerte murallas que sirvieron de defensa desde los siglos XVI al XVIII convirtiéndose en la fortificación más completa de América del Sur.

Desde su fundación en 1533 y durante la época colonial española, fue uno de los puertos más importantes de América. Desde allí salían las mayores riquezas que la Corona Española enviaba a sus puertos en España y por tal motivo era preciso construir murallas, con fuertes como El Castillo de San Felipe, para evitar que sean saqueados por lo que el puerto de Cartagena cobró importancia gracias a su bahía protegida, la construcción de los fuertes y murallas y escolleras submarinas. En 1741, la flota inglesa, la más poderosa de la época, comandada por el almirante Edward Vernon y compuesta por 180 navíos de guerra y 30.000 hombres atacó la ciudad, pero fueron derrotados gracias a las murallas y las fortificaciones de la ciudad. Los cartageneros resistieron y vencieron. Nueva Granada y Ecuador fueron algunas de las provincias que no solo financiaron la construcción de las murallas sino que además ayudaron con miles de esclavos que trabajaron en ella. Un mito dice que las piedras de las murallas de Cartagena se pegaron con cal y sangre de los esclavos pero no es cierta. 

Monumento a Miguel de Cervantes Saavedra:

Cuenta la historia que Miguel de Cervantes Saavedra, vivió cuando comenzaba una época de cambios en España bajo el dominio de los Austrias, entre finales del siglo XVI y comienzos del XVII, con Felipe II y luego con su hijo Felipe III. Fue una transición entre el Renacimiento y el Barroco, un momento de crisis ideológica en el mundo europeo y especialmente en el ámbito español. En ese contexto participó en varias expediciones militares como la batalla de Lepanto. Cervantes tenía 43 años en 1590 cuando le escribió una carta al Rey Felipe II, solicitando un empleo de contador de galeras en Cartagena de Indias. La ciudad había sido fundada cincuenta y siete años antes. Pero una de las razones que impidió que el escritor llegara a éstas tierras, fue su controvertido origen judío y uno de los requisitos de la Casa de Contratación en Sevilla, para viajar de España a cualquier lugar de América era no ser cristiano viejo, ni moro, ni judío, ni luterano, no tener problemas con la justicia y no tener deudas. Cervantes además de arruinado y desempleado, tenía conflictos con la justicia y tuvo que soportar quince juicios de sangre para demostrar que no era judío. Se cree que el mismo Cervantes había falsificado su certificación de nacimiento en 1593. Pero, como homenaje, en Cartagena de Indias existe una escultura en bronce que eterniza la memoria del escritor español y lo representa sentado en una silla de patas arqueadas, escribiendo sobre un escritorio con una pluma y un tintero. El pedestal de la estatua es de granito y tiene escenas de la obra Don Quijote de la Mancha.

Museo de la Inquisición

Este es un sitio de visita obligado, cuya imponente portada frente de la antigua Plaza Mayor es uno de los símbolos de la ciudad. En su interior se encuentra el Museo y el Archivo Histórico que muestran la historia cartagenera y uno de los centros más destacados del Caribe colombiano.

La Santa Inquisición fue impuesta por la Iglesia Católica en la Europa Medieval con el solo motivo de perseguir a los herejes. En ese entonces toda persona que no seguía el dogma de la Iglesia era perseguida por desvergonzado y procaz. En el siglo XII, el Papa Gregorio IX, le encomendó esta tarea a Franciscanos y Dominicos, entendiendo que ellos tenían la mejor formación teológica. El inquisidor más influyente de Europa y que también influía sobre los Virreinatos del Alto Perú y de México, fue el presbítero dominico Tomás de Torquemada. La Santa Inquisición desembarcó en 1568 en América y no se llevaron adelante asesinatos masivos como en Europa, pero sí feroces tormentos, torturas y vejámenes a las que eran sometidos los acusados.

El primer impacto al llegar al museo es visual y lo produce la arquitectura de esta casa construida en el siglo XVIII para el funcionamiento del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición y restaurada con la intención de recuperar sus valores originales, como sus portones, balcones, techos y ventanas. Dentro hay un gran patio en donde se inicia el recorrido en Salas de Inquisición, de Derechos Humanos y de Convivencia, estos espacios muestran quienes fueron los perseguidos de la época. En otra sala muestra las prácticas culturales de esos otros y un video animado sobre Paula de Eguiluz, una mulata acusada de brujería en el siglo XVII cuya historia ilustra a otros personajes anónimos que en su momento fueron parte de la sociedad. Los elementos de tortura que se ven en algunas salas son impresionantes y macabros y es inevitable no sentir escalofríos de solo verlos.

Convento de Santa Cruz de la Popa

Los españoles cuando lo descubrieron desde el mar lo bautizaron como Cerro la Galera y a su cima La Popa de la Galera. El Cerro de La Popa era en el siglo XVI un terreno cubierto de selva salvaje plagado de especies venenosas llena de leyendas urbanas ligadas a la presencia del demonio y espíritus malignos por lo que los habitantes de Cartagena rara vez se aventuraban. Una leyenda cuenta que el agustino fray Alonso de la Cruz Paredes en plena meditación tuvo la aparición de la Virgen y ésta le pidió que construyera una iglesia en el Cerro de la Popa para acabar con los tributos que se le ofrecían al espíritu maligno que habitaba allí, por lo que la construcción se inició en 1610 y desde ese momento el Convento fue testigo de eventos históricos. El convento de la Popa dejó de ser habitado por los Agustinos Recoletos desde 1822 hasta 1963 a causa de la desamortización ordenada por las autoridades españolas en donde se ponían en subasta pública las tierras y bienes de la Iglesia. Tiempo después los frailes recuperaron su convento que siempre fue el Santuario de la Virgen de la Candelaria, Patrona de Cartagena, cuya imagen es muy venerada por el Pueblo Católico de la ciudad. El Papa Juan Pablo II coronó canónicamente la Virgen el domingo 6 de julio de 1986 en su visita Apostólica a Cartagena.

Nosotros visitamos el Convento y no solo disfrutamos de la vista que desde ahí se tiene de la ciudad, sino que además, a la salida nos esperaba una sorpresa: unos perezosos que al momento de acercarte te abrazan. Esa es su forma de vida, aunque en la vida real ellos viven abrazados a los árboles y solo bajan una vez al día para hacer sus necesidades, sus movimientos son muy lentos y siempre es un placer abrazarlos aunque sientas que sus tremendas garras se hundan en tus brazos.

Santuario San Pedro Claver

Acá funciona desde el año 1950 un claustro Jesuita y el lugar está dedicado a honrar la memoria de San Pedro Claver, que durante la época de la colonia se dedicó a la protección de miles de esclavos que llegaban a la ciudad. Durante el siglo XVII, Cartagena fue el principal mercado de esclavos de Hispanoamérica llegando anualmente más de veinte naves, cada una con 300 africanos que eran expuestos en la Plaza de los Coches, para luego ser enviados a toda la Nueva Granada, Quito y Perú. En éste contexto Pedro Claver inició la labor que le hizo merecer el apelativo El Esclavo de los Esclavos y entre 1616 y 1654 (año que muere) se dedicó a la defensa, protección y cristianización de los miles de esclavos que llegaban de África. Tras su muerte, se inició el proceso para que fuese declarado santo, hecho que se consumó en 1888, cuando fue canonizado por el Papa León XIII.

Islas del Rosario

A unos 54 km se encuentra un grupo de 43 islas llamadas: Islas del Rosario, donde solo algunas están habitadas. Ahí visitamos el oceanario en San Martin de Pajarales en donde algunas especies marinas nos enseñan un poco su vida: las tortugas marinas, los tiburones nodriza que alimenta y acaricia su cuidador mientras se amontonan en una plataforma y por supuesto los delfines nariz de botella que con cada salto arrancan un montón de aplausos. 

Vuelta al bote y vamos todos con rumbo a Playa Blanca en la Isla Barú, en donde sí podes sobrevivir al insufrible acoso de vendedores ambulantes del lugar, es posible que puedas disfrutar de las cálidas aguas del Caribe Colombiano. Es una linda playa pero tanto vendedor dando vueltas por ahí acosándote, arruina el calificativo de paraíso. Al volver a la ciudad dimos una vuelta por el Portal de los Dulces y nos animamos a probar unos pinchos al carbón,  unas cocadas, unas bolitas de tamarindos y el raspadito, que es hielo picado con leche condensada y esencias frutales.


Santa Marta

"Santa Marta, Santa Marta tiene tren, Santa Marta tiene tren pero no tiene tranvía....." tema popularizados por el Cuarteto Imperial en los 70 y hoy la canta Carlos Vives. Santa Marta es uno de los destinos turísticos más visitados junto a Cartagena. La ciudad fue fundada en julio 1525 por Rodrigo de Bastidas y tiene el honor de ser la primera ciudad fundada en Colombia y la segunda en Sudamérica. Se encuentra a orillas del mar Caribe en una hermosa bahía, cercana a una cadena montañosa que le da diversidad turística. Esta pequeña con lindas playas, un acuario y grandes hoteles tiene dos lugares muy interesantes para visitar: uno es el Parque Tayrona con grandes atracciones dentro de sus 150 km2 sus hermosas playas de arenas blancas y arrecifes coralinos, ideales para hacer snorkelling y buceo o su Parque Nacional Natural Tayrona que es el hábitat natural de flora y fauna de grandes felinos como el Jaguar, el Ocelote, el Tigrillo y el Puma, también se puede hacer ecoturismo para el avistamiento de fauna y flora silvestre con infinidad de aves y manadas de monos aulladores que gritan sin parar o solo visitar sitios como su Laguna Sagrada.

Pero tal vez el lugar más importante de Santa Marta es la Quinta de San Pedro Alejandrino, un sitio dedicado al cultivo de la caña de azúcar y el lugar en donde falleció Simón Bolívar luego de pasar sus últimos 11 días. De momento los relatos se prestan a confusiones cuando se habla del Padre de la Patria o El Libertador de América, ya que para la mitad de los sudamericanos es José de San Martin y para el resto es Simón Bolívar.

La Quinta de San Pedro Alejandrino es una hacienda fundada el 2 de febrero de 1608 por Don Francisco De Godoy y Cortesía y es considerada Santuario de la Patria. En ella se ubica además una hacienda desde el siglo XVII dedicado a la producción de ron, miel y panela (que es azúcar sin refinar). Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, llegó el 6 de diciembre de 1830 a la hacienda ofrecida para su alojamiento por don Joaquín de Mier para descansar. La historia oficial cuenta que luego de renunciar a la presidencia y de recibir la noticia del asesinato de Antonio José de Sucre, Bolívar decide ir a Europa, pero su salud empeoró rápidamente por lo cual decide quedarse en ésta Quinta en donde murió el 17 de diciembre de 1830 de tuberculosis y pesando no más de 40 kgs.

Los datos sobre los últimos días del Libertador, están tomados del libro que el Dr. Reverend publicado en 1866, en París, sobre la muerte de Bolívar, titulado La última enfermedad, los últimos momentos y los funerales de Simón Bolívar, Libertador de Colombia y del Perú, donde detalla sobre la salud de Bolívar en sus últimos días, su muerte, autopsia y entierro. En ese libro, el Dr. Révérend cuenta que realizó la autopsia sobre el cuerpo, extrajo sus órganos para guardarlos en recipientes y estableció sin lugar a dudas que la causa de muerte fue una tisis tuberculosa, derivada de un catarro pulmonar mal curado, que se convirtió en crónico. Luego, el cuerpo fue cubierto de insignias militares, embalsamado y velado por dos días. El sepelio se realizó con un desfile militar hasta la catedral, donde fue enterrado sin la presencia del obispo.

En 2007 el historiador venezolano Jorge Mier Hoffman, descendiente de Joaquín de Mier y Benítez, el español en cuya casa Bolívar murió, publicó el libro La carta que cambiará la historia y en el plantea dudas en torno a la versión oficial de la causa y las circunstancias de la muerte de Simón Bolívar. Años después el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo que había leído el libro y que consideraba necesario exhumar los restos de Bolívar para establecer si se trataban realmente de los restos del Libertador y si era cierto que había muerto de tuberculosis. El 15 de julio de 2011, la unidad criminalística de Venezuela exhumó los restos de Bolívar e informó que la causa de muerte no fue tuberculosis como lo diagnosticó el médico que lo atendió en 1830. El ex vicepresidente Jaua declaró que no se encontraron rastros de tuberculosis crónica, aunque no descarto una tuberculosis sistémica mucho más virulenta que no habría llegado a penetrar los huesos.

Hasta acá Colombia. La próxima semana vamos a Panamá. Los esperamos

Mail: silviayoscarporelmundo@gmail.com

Blog: https://silviayoscarporelmundo.blogspot.com