Hoy Ecuador – Última Parte
En el año 2014 visitamos nos dimos una vuelta por Ecuador. Primero llegamos a Cuenca después de una aventura con el coche, después nos largamos a conocer Quito y más tarde la ciudad de Guayaquil. Este fue nuestro recorrido.
Camino a Quito
Dejamos Cuenca y nos dirigimos por la Ruta E35 hacia la ciudad de Quito, que está a unos 450 km, pero el trayecto por esta zona montañosa nos lleva como unas 8 horas de viaje recorriendo una de las zonas más lindas de Ecuador ya que atraviesa montañas, valles, parques nacionales, reservas ecológicas y grandes centros urbanos. A lo largo de ésta ruta existe lo que llaman La Avenida de los Volcanes que se extiende por unos 200 km y a lo largo de ésta ruta se encuentran unos 14 volcanes dormidos, algunos de ellos, todavía en actividad. El más alto de todos ellos es el Cotopaxi, pero también está el Pichincha, el Tungurahua, el Chimborazo, el Cayambe. La verdad son imágenes de postal por lo que te aconsejo tomarte tu tiempo, descansar un rato y tal vez visitar la pequeña ciudad de Baños de Agua Santa y disfrutar de sus aguas termales. Nosotros lo hicimos y además de las distintas piscinas de agua caliente disfrutamos de unos baños de lodo azul y luego otro de lodo rojo, de ahí pasamos a los baños de cajón, que es un sauna individual dentro de un gran cajón de madera, en donde solo tu cabeza queda fuera mientras te tiran chorros de vapor caliente. De ahí pasas a una pequeña cueva con ambiente romántico decorado con velas, música funcional y esencias aromáticas. Ahí te debes sumergir en una piscina de agua caliente y luego pasar a otra más pequeña de agua muy fría, para terminar con una sesión de masajes descontracturante. Toda ésta terapia estimula la circulación sanguínea y los nervios, relaja los músculos y purifica la piel. Vale la pena darse una vuelta por acá y disfrutar de un momento de relax después de manejar varias horas.
Una anécdota más antes de continuar viaje hacia Quito. El 24 de mayo de 1822 en las faldas del Volcán Pichincha el sueño de Simón Bolívar de liberar América tuvo uno de sus más grandes logros con la Batalla de Pichincha en donde el Ejército patriota, al mando del mariscal venezolano Antonio José de Sucre, dio la libertad a Ecuador. Esa victoria, no sólo marca la Independencia de Ecuador, sino también abre las puertas de avanzar hacia Perú, haciendo posible su posterior independencia. Luego de la batalla, Simón Bolívar llega a éstas tierras para anexionar sus territorios a la República de la Gran Colombia, conformada entonces por los actuales Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela, con capital en Bogotá. Entre las tropas independentistas había una división de 1.200 hombres enviados por el General José de San Martín, compuesta por peruanos, argentinos, chilenos, bolivianos al mando de Félix de Olazabal y un escuadrón de Granaderos a Caballo al mando del General Juan Lavalle. Hoy en la laderas del Pichincha hay un obelisco conmemorativo que recuerda los nombres de los patriotas y una placa dedicada al valor del soldado español. En los años 70, la dictadura militar que gobernó Ecuador, construyó allí un museo llamado el Templo de la Patria en donde se evocan los distintos episodios de la lucha por la Independencia del Ecuador y desde ahí se tiene una vista panorámica del centro histórico de Quito.
San Francisco de Quito
Es la ciudad más antigua de Sudamérica y el centro político, cultural y financiero del país. Alberga los organismos gubernamentales, administrativos, culturales, financieros y comerciales de la nación. Quito es una ciudad larga cuyo ancho no supera los 8 km y se encuentra enclavada entre varios valles cuyo terreno irregular tienen una altitud que oscila entre los 1.800 msnm y los 3.600 msnm, formando un valle principal sobre el que se asienta la ciudad, dentro de la cadena montañosa entre el cerro Panecillo y el volcán Pichincha. Debido a que la ciudad está a gran altura y sobre la línea ecuatorial, tiene climas primaverales todo el año, pero también recibe altos niveles de radiación solar.
El casco antiguo es tal vez el más lindo y cuidado de América Latina. Con sus calles angostas, sus casas coloniales, sus subidas y bajadas, su colorido. Lo lindo de Quito es disfrutar de su amable gente, perderse por sus calles y probar sus comidas típicas que se basa en maíz, plátano, arroz, cerdo y papas sin olvidarse del cuy que no es otro que nuestro cobayo. Caminar por el Centro Histórico de Quito es una experiencia placentera, con algunos lugares que debes visitar. Así que dedícate a recorrer desde la céntrica plaza de la Independencia, conocida como la plaza Grande, hasta la plaza de San Francisco o tal vez caminar por la calle de las Siete Cruces. Ahí muy concentrado vas a encontrar la mayor parte del patrimonio monumental de Quito, como la Iglesia de la Compañía de Jesús con una impresionante decoración barroca cubierta con panes de oro en sus paredes y techos, siendo el reflejo de la importancia que tuvo durante la época colonial la Compañía de Jesús en esta zona de América. Se estima que en total debe conservar hasta una tonelada de oro. Esta fue la forma que los jesuitas tuvieron para intentar de atraer a los indígenas para que acudieran a la iglesia y de este modo abrazaran la religión católica. El oro fue aportado por familias indígenas que compraban plazas para que sus hijos pudieran ir en el futuro a la universidad jesuita que posteriormente se construyó.
Otro de sus mayores edificios religiosos es su gran Basílica del Voto Nacional, del más puro estilo gótico y que se encuentra adornada con gárgola con formas de animales autóctonos como caimanes, tortugas galápagos, armadillos, monos aulladores o pumas. La Basílica del Voto Nacional es la obra más importante de la arquitectura neogótica ecuatoriana y una de las más representativas del continente americano, siendo a su vez la más grande en tierras del nuevo mundo. Por su estructura y estilo, es comparada con dos de las grandes catedrales de todo el mundo: la Catedral de San Patricio en Nueva York y la Catedral de Notre Dame en Paris. Aunque por dentro es muy sencilla, no está recargada de imágenes o metales preciosos. Sus dos torres frontales tienen 115 metros de altura y la convierten en el segundo edificio religioso más alto de Sudamérica, detrás de la Catedral de Maringá en Brasil. Esta Catedral está inconclusa y dice la leyenda que el día que se termine se producirá un gran cataclismo en el mundo, por lo que quedará sin terminar. Si en tu visita a la Catedral, además de recorrer el interior de su nave, podes subir a una de torre, vas a ver el Panecillo que en su cima tiene un gran monumento de la Inmaculada Concepción que al momento de su construcción generó controversias con los pueblos indígenas ya que el cerro es un lugar sagrado para ellos.
Un día fuimos a la ciudad Mitad del Mundo situado muy cerca de Quito, en un recinto turístico que parece un pueblito español. Ahí te vas a poder tomar la típica foto de turista sobre la línea ecuatorial con un pie en cada hemisferio y también visitar un centro de interpretación en donde podés conocer los curiosos efectos que se producen en esta zona de la Tierra donde la latitud es 0°0´0´´. La línea del Ecuador es un trazo imaginario pero significativo y marca el punto intermedio entre los dos polos geográficos, siendo el paralelo original del que parten todos los demás. Allí uno puede caminar entre los dos hemisferios o tratar de mantener el equilibrio sobre una línea con ojos cerrados y brazos extendidos, ver que pesas algo menos en un hemisferio que en otro, comprobar que el agua gira en distinto sentido en cada uno de los lados, llamado Efecto Coriolis o parar un huevo sobre la cabeza de un clavo en la misma línea del Ecuador, las experiencias son muy interesantes. La importancia de la línea del Ecuador, no sólo fue apreciada por científicos franceses y españoles desde 1736 que identificaron con exactitud cuál era la mitad del mundo, sino también los nativos que en ésta zona hacían sus ofrendas al Sol. Obviamente Ecuador como país debe su nombre a esta línea invisible que pasa por la mitad de su territorio.
Llegada a Guayaquil
Después de tener nuestras dudas con el coche, podemos decir que nos respondió bien, incluso para recorrer los últimos 400 km que separan Quito de Guayaquil, la ciudad más grande y poblada de Ecuador con unos 3 millones de habitantes, destacándose sobre las demás ciudades ecuatorianas por su tránsito masivo, su densidad total y su diversidad de población. El puerto de la ciudad es uno de los más importantes de la costa del Pacífico. Por su posición comercial, se la conoce como la capital económica del país, debido al número de empresas, fábricas y locales comerciales que existen en toda la ciudad.
El nombre de la ciudad de Santiago de Guayaquil está sujeto a varias teorías de las cuales los historiadores concuerdan que está ligado al nombre de Santiago el Mayor, aquel apóstol de Jesucristo, patrono de varias ciudades en Hispanoamérica fundadas en el período colonial, como Santiago en Chile. Otra teoría más romántica habla de la unión de nombres de un cacique llamado Guayas y su esposa Quil, símbolos de la resistencia autóctona que escogieron luchar hasta morir, incendiando incluso su propia aldea, antes de someterse al atropello impuesto por los conquistadores españoles. Su monumento también está en la ciudad.
Uno de los lugares para visitar en Guayaquil, es el Malecón Simón Bolívar que tiene una extensión de 2,5 km con centros comerciales, monumentos, jardines, museos, fuentes, restaurantes, miradores, patios de comida y un muelle de donde parten embarcaciones para pasear por el río. Tradicionalmente fue la primera imagen que la ciudad ofrecía a los viajeros que llegaban en barco y uno de sus nombres fue Paseo de la Colonias Extranjeras.
Uno de los lugares a visitar en el Malecón es el Monumento a la Entrevista de Guayaquil que representa el abrazo entre Simón Bolívar y José de San Martín siendo el gran ícono de la ciudad. El monumento muestra a ambos hombres vestidos con trajes militares rodeado de un pabellón con banderas de Sudamérica. Recordemos que el plan de San Martín, consistía en la liberación de Argentina, Chile y Perú del dominio colonial español. Y para lograrlo formó un ejército en Mendoza, cruzó la cordillera de los Andes y liberó esos países. La entrevista de Guayaquil se realizó los días 26 y 27 de julio de 1822, entre San Martín y Bolívar quienes tenían sus diferencias políticas y militares.
Bartolomé Mitre escribiría años más tarde: "El encuentro de los grandes hombres que ejercerán influencia decisiva en los destinos humanos, es tan raro como el punto de intersección de los cometas en las órbitas excéntricas que recorren. Sólo una vez se ha producido este fenómeno en el cielo, y en la tierra rarísimas veces…"
Todo comenzó el 9 de octubre de 1820, cuando Guayaquil logró la independencia de España constituyéndose en nación soberana bajo el nombre de Provincia Libre de Guayaquil, llamado Distrito del Sur. Bolívar quería que la ciudad se anexara a la Gran Colombia, tal como lo hicieran Cuenca y Quito. En julio de 1822 llegó a la ciudad para asumir el control político y militar y consolidar su independencia. Por su parte, el general San Martín buscaba la autodeterminación de los pueblos por lo que pensaba que los habitantes de Guayaquil deberían elegir su propio destino. Sin embargo, ese fue un paso hacia el objetivo mayor: el fin de la campaña independentista, cuyas batallas definitivas debían librarse en Perú, donde aún existían bastiones realistas que se aprovisionaban de los recursos.
Fue entonces que, según fuentes, José de San Martín le propuso a Simón Bolívar unir fuerzas para liberar el Perú y el deliberar sobre qué sistema debía adoptarse, pero como la entrevista entre ellos fue privado, se desconocen exactamente qué pasó ahí, pero se sabe que Bolívar no admitiría que vinieran Borbones, Austrias ni ninguna otra dinastía europea. En cuanto a España, afirmaba que no bastaba solo romper relaciones, sino que era indispensable romper con las tradiciones de gobierno y administración. Todo estaba dicho. Las diferencias eran insalvables. San Martín toma la decisión de retirarse de Guayaquil, le deja sus tropas a Bolívar para que continúe con su carrera de liberación, se embarca al Perú en donde deja su cargo de Protector y regresa a Argentina. Con la entrega del Callao el 22 de enero de 1826, en Perú, desaparece el último bastión español de América del Sur. En 1830, el Distrito del Sur se separó de la Gran Colombia y se creó la República del Ecuador, pasando Guayaquil a formar parte de ella el 19 de mayo. Bolívar moriría de tuberculosis el 17 diciembre de 1830 y San Martín moriría de viejo en su auto exilio el 17 de agosto de 1850.
Pero volvamos a la actualidad.
Otro de los lugares para visitar si tenes piernas para hacerlo es el Barrio Las Peñas, que tiene unos 400 años de antigüedad y su nombre se debe a la cantidad de peñascos y rocas calcáreas del Cerro Santa Ana en donde se encuentra asentado. Cuando llegaron los españoles en el siglo XVI, en sus orígenes fue el hogar de artesanos y pescadores, pero en siglo XX con la llegada de la bonanza por el boom del cacao, el sector fue ocupado por acaudalados empresarios que construyeron sus casas lujosas, que aún se conservan y son una reliquia. Allí vivieron ilustres personajes de Ecuador, once presidentes de la república, escritores, historiadores. Incluso se cuenta que Ernesto “Che” Guevara, vivió un tiempo, ayudando como médico pediatra en forma gratuita a sus moradores y que también fueron visitantes, el escritor Ernest Hemingway y el poeta Pablo Neruda.
Para llegar al barrio subir unos 450 escalones hasta llegar terminar a un Mirador desde donde podés apreciar la ciudad. El estilo arquitectónico de coloridas casas de madera y calles angostas y empedradas le dan un cierto aire bohemio.
Si aún te quedan energías después de haber subido los escalones del cerro Santa Ana y desfilado por las calles empedradas de Las Peñas te podés dar una vuelta por las Ciudad Blanca que es el Cementerio de Guayaquil que está catalogado como uno de los más hermosos del mundo y es un museo al aire libre. En este sitio se encuentran sepultados ocho próceres de la Independencia, 18 presidentes de la República, artistas, deportistas y más personajes que hicieron historia.
Torre Morisca “Torre del Reloj”
Su historia se remonta al siglo XVIII con varias construcciones en distintas ubicaciones. El primer Reloj Público data de 1800 y estuvo ubicado en la Casa de las Temporalidades. En 1842 el Gobernador de Guayaquil, Vicente Rocafuerte, lo trajo de Europa y obsequió a la ciudad el Reloj Público que está en lo alto de la Torre Morisca. En un principio estuvo en lo alto del cabildo colonial, pero después fue trasladado hasta la Torre del Mercado de la Orilla. Al desaparecer este edificio se levantó una torre en el mismo sector y permaneció hasta 1925, año en que fue retirado porque la construcción no ofrecía ninguna seguridad. En 1930, la Municipalidad dispuso la construcción de la Torre Morisca cuyos trabajos comenzaron el 1 de agosto de 1930, quedando inaugurada el 24 de mayo de 1931. Tras años sin funcionar, el 7 de junio de 2013, Guayaquil recobró esta joya urbana y éste reloj londinense volvió a marcar las horas y su campana de bronce volvió a sonar cada hora.
Antiguo Mercado Palacio de Cristal
En antaño fue declarado Monumento Histórico de la Ciudad por la entonces Junta Parroquial y en los tiempos actuales fue declarado Patrimonio Histórico de la ciudad. Fue construido como Mercado de abastos para ventas y negocios. Como Palacio de Cristal, fue reinaugurado el 26 de febrero de 2002, tras cumplirse con el proceso de regeneración urbana, implantado por la alcaldía de la ciudad. Este antiguo mercado fue remodelado en dos ocasiones, logrando mantenerse en pie durante casi un siglo, de ahí su importancia actual. Además por aquella época y hasta antes de la regeneración urbana, el sitio era un puesto de carga fluvial principalmente para la pesca artesanal. Su importancia radica en que el edificio es un bello ejemplo de la prefabricación en hierro.
Hasta acá llegamos con Ecuador y su belleza. La próxima semana visitaremos otro país que podrás disfrutar. Los esperamos.
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