La llegada a Ciampino desde Catania estuvo tranquila así que alquilamos un coche para dirigirnos hacia el sur, porque la idea es arrancar por la Costa Amalfitana, para luego visitar Nápoles.

Se sabe que desde Roma hacia el sur de Italia, el país cambia.

La experiencia de vivir en el norte o en el sur es distinta, ya que la cultura cambia. El norte industrializado y rico, con grandes centros de producción e innovación, donde la moda y el dejarse ver como si fuera una pasarela es lo cotidiano. Contra el sur pasional y pobre con varios dialectos, donde se acortan las palabras, los gritos son una forma de comunicación, la forma de conducir es caótica y la tasa de desempleo es record.

El sur también existe

Hay muchas diferencias entre norte y la brecha económica, social y cultural entre el norte y sur de Italia es grande. No hace falta acudir a los números, solo hay que viajar por este país para constatarlo. Te comento algunos ejemplos:

Las bodas en el norte son breves, con ceremonias íntimas, con familiares y amigos, algún brindis, fotos y baile de novios, todo muy tranquilo. Mientras en el sur, las celebraciones comienzan un par de días antes, participa casi todo el pueblo, la fiesta dura casi toda la noche y las fotos familiares son miles.

Hoy Italia – Primera Parte

En vacaciones, en el norte eligen un hotel o un resort y por lo general está incluidos visitas, paseos en barco o clases de esquí. Mientras en el sur, no importan cuantos sean, van todos juntos, incluso dormir muchos en un pequeño lugar sin importan donde sea. Mientras haya comida y bebida está todo bien.

Los domingos día de descanso? Tal vez en el norte, porque en el sur es reunión familiar. Y las fiestas de fin de año? En el sur duran 10 dias, donde amigos y vecinos se reúnen y comparten lo que se cocina, tal vez en alguna casa o sólo en la calle.

Si en el norte tenes una cita laboral o de amistad, seguro te encontraras a la hora exacta. Pero en el sur, será distinto, y te encontraras media hora tarde del horario establecido.

Ni hablar del tránsito vehicular. En el norte, si bien se circula con velocidad, se respetan las normas de tránsito. Mientras en el sur, nadie respetará su carril, no pondrán una luz de giro y se estacionarán en cualquier lado sin importar quien venga atrás.

Las diferencias entre habitantes del norte y del sur existen desde antes de la unificación italiana en 1861.

Los italianos del sur dicen: "Garibaldi fue un mercenario que conquistó militarmente el Reino de las dos Sicilias porque aquí había más riqueza. La banca napolitana era la más fuerte de Italia. Él y la Casa Saboya se llevaron toda esa riqueza a su tierra, el norte. Nos saquearon¨. Este mensaje, más allá de la anécdota, es compartido por parte de un sur cansado de ser señalado con el dedo por el norte como corrupto y poco trabajador. "El norte no sería rico sin la mano de obra del sur", recuerdan muchos.

Algunos estudios económicos, incluido uno del Banco de Italia, dicen que en 1861, año de la unificación de Italia, Nápoles y Sicilia tenían una industrialización y riqueza similar o superior a Lombardía y Piamonte. Pero en renta per cápita, desde hace años, la media de ingresos en el norte es de unos 35.000 euros al año, mientras en el sur está cerca de 18.500 euros.

Por lo que siempre se habla de corrupción en el sur versus el egoísmo del norte.

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Muchas voces del norte creen que el sur es un pozo sin fondo que gasta sus recursos sin alcanzar ningún objetivo entre corruptelas y amiguismos. Pero de todas formas, no hace falta acudir a muchos números, sólo hay que hacer un viaje por Italia para verificarla. Las carreteras, el tratamiento de basuras, las edificaciones o el transporte público en algunos puntos del sur contrastan con el norte, donde se ofrece un panorama parecido al de los países más avanzados europeos como Suiza o Alemania.

Pero te puedo asegurar que a cada lugar que vayas, sea el norte o sea el sur, te recibirán con una Spritz, que es una bebida espirituosa como nuestro Gancia o nuestro Fernet. Así que disfrutalo y arranquemos.

Sorrento

Atrás quedó el pequeño coche de Sicilia y ahora nos movemos por la península en un coche un poco más grande. Un Opel Insignia que más que un coche, es una lancha de 5 mts de largo. Simple para manejar en ruta, pero complicado para pequeños callejones de italianos. Al principio costo conocerlo, pero de a poco nos fuimos haciendo amigos y por el volumen es un coche que impone respeto.

El camino desde Roma, con mucho tráfico y bajo una lluvia intensa, hizo que el viaje de 260 km se hiciera lento. Al llegar a destino, la ruta se hace más angosta pero también se aumenta la velocidad del tránsito al tomar curvas y contra curvas. Sorrento dá nombre a la península o Costa de Sorrento, un territorio que se extiende desde Vico Equense hasta la punta de la Campanella y pertenece completamente a la provincia de Nápoles.

Así que, después de dar algunas vueltas, al fin llegamos al Tower Hotel en Sorrento, donde nos dan una habitación con vista al mar y decidimos ir a visitar la ciudad.

La lluvia disminuye su intensidad, pero igual se hace difícil caminar por los callejones en la ciudad, por donde, los coches circulan tan cerca, que casi te raspan, mientras del otro lado pasa una viejita petiza que casi me arranca un ojo con su paraguas. Mucha gente y una loca experiencia para conocer. Y si esto es así en temporada baja, imagínate la locura que es durante el verano, cuando la ciudad de apenas 16.000 habitantes se ve invadida por miles de turistas de todo el mundo.

Entre los cientos de tiendas de ropa y restaurantes de la ciudad, hay algunos rubros que se destacan por sobre el resto: las heladerías, los sitios de venta de chocolates y los de venta de lemoncello. Ya que Sorrento no sólo es conocida por su historia, sino también por sus limones.  Pero, si tenés la suerte de encontrar ese lugar, donde se combinen los helados, el chocolate y el lemoncello, te aseguro que llegaste al Paraíso.

Y eso nos pasó.

Entramos a un lugar que se especializa en licores y chocolates. Y ahí notamos la maldad de la gente, sobre todo de los vendedores. Que nos hacían éstos tipos? Nos ofrecían degustaciones gratis y uno que también es de paladar fácil, caía preso de los placeres: chocolates rellenos de pistachos, almendras, avellanas o cascaras de limón y naranjas cubiertas de chocolates amargo o blanco. Pero ellos tienen más maldad y te torturan invitándote unos tragos de lemoncello o narancello.

No contentos con esto, te vuelven a castigar y te ofrecen un licor suave y cremoso de limón, pero también licores de melón o de naranjas y para finalizar su faena, te dan unos caramelos congelados rellenos con licor que se derretían en la boca.

La verdad, una tremenda tortura, que me hacía volver varias veces al lugar, con el sólo motivo de probar mi fuerza de voluntad y no volver a sucumbir ante las mieles del placer.

Pero ahí estaba el tipo otra vez, quien me miraba fijamente y mostrándome una nueva confitura cubierta de chocolate me hipnotizaba y me desafiaba, como invitándome a un duelo. Y yo me volvía a tentar sin lograr zafar de ese cruel destino y volvía a caer en sus redes muchas veces más. Un sufrimiento.

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Hasta que a la décima mini copa de licor, tuve un acto de lucidez y me escapé de ese centro de perdición, pero al vendedor le tuvimos que comprar algo para el camino, como una forma de recompensar su insistencia.

Ante de irnos le preguntamos por la Catedral de Sorrento y su respuesta fue tajante:

- Está por acá cerca, creo que a 200 metros, no sé muy bien donde, pero seguro la van a encontrar enseguida. Igual yo no voy mucho a la Iglesia!!!

Y mientras se abrazaba y acariciaba a una botella de lemoncello nos decía:

- Este es mi dios. Este y Maradona!!!

Y con ésta frase te dás cuenta en qué lugar de Italia estás, en el sur, en la zona de turismo internacional de la Costa Amalfitana, muy cerca de Nápoles, donde Diego Armando Maradona dejó un recuerdo imborrable en todos aquellos que tuvieron la oportunidad de verlo jugar y dejando muy claro en el mapa de Italia, donde está la ciudad de Nápoles.

Pero hacia allá iremos más adelante, por ahora sigamos por Sorrento.

Al llegar a la catedral, de das cuenta que su vista exterior no representa su interior, llena de colorida decoraciones y rica en detalles. El edificio dá a una calle, al lado del palacio del obispo, sin una plaza en frente, que minimiza el impacto visual inmediato que tiene sobre el visitante. Sin embargo, tiene una bonita fachada, aunque no sugiera grandeza. La catedral, construida en el siglo XI y reconstruida en el siglo XV en estilo Románico, fue originalmente una pequeña iglesia.

Para terminar el día, un paseo en esos pequeños trencitos que recorren los lugares más emblemáticos de la cuna de Enrico Carusso y que explican el tour a través de un audio guía, mientras de fondo se escucha Torna a Sorrento interpretada por el gran Luciano Pavarotti.

Vide ‘o mare quant’è bello

Spira tantu sentimento,

Comme tu a chi tiene a’ mente

Ca scetato ‘o faie sunnà…

Ma nun me lassà,

Nun darme stu turmiento!

Torna a Surriento,

Famme campà!

A todos les gusta escuchar esas canzonetas que siguen con Funiculí, Funiculá y termina con la versión de O Sole Mío interpretada por Los Tres Tenores en el concierto de Caracalla hace años, donde Luciano deja a todos asombrados con el timbre de su voz. Emocionante.

Cuenta la leyenda que el nombre de Sorrento deriva de las míticas sirenas, que forzaban a los navegantes a naufragar contra las rocas, obnubilados por su dulce voz. Según La Odisea escrita por Homero, Ulises en su regreso a Ítaca, después de años de terminada la Guerra de Troya, pasa por La isla de las Sirenas, que son las pequeñas Islas Sirenusas, próximas al golfo de Nápoles y a la ciudad de Sorrento.

Ya que el canto de las sirenas hacia que los navegante estrellaran sus barcos contra las rocas, Ulises tapona con cera los oídos de su tripulación, pero él quiere escuchar esos cantos misteriosos y seductores, por lo que pide ser atado al mástil de su  barco. El oye el canto de las sirenas que lo llamaban y les grita a sus hombres para ser liberado, pero ellos, al no escucharlo, continúan viaje hacia su destino final. Ulises será el único hombre que presumirá de haber escuchado aquella hermosa música venenosa y seguir vivo.

Controlada por los romanos desde el 89 aC, fue residencia veraniega de los emperadores Augusto y Tiberio, por eso numerosas inscripciones sepulcrales de esclavos imperiales y de hombres libres fueron encontradas en Surrentum. Una de ellas muestra a Tito restaurando distintos edificios de la ciudad. Los templos más importantes de Surrentum eran los de Atenea y el de las Sirenas. En la antigüedad, Surrentum, era famosa por sus vinos, su pesca y sus vasos de figuras rojas. Y el descubrimiento de monedas de Massalia, de la Galia y las Islas Baleares indica una actividad comercial con otros pueblos.

Durante la época prerromana, Sorrento fue influenciada por la civilización griega, a ello se debe la presencia del Atenaion, un santuario que según la leyenda, fue fundado por Ulises y estuvo dedicado al culto de las Sirenas. Surrentum era muy segura, debido a su ubicación cerca de acantilados la disposición de las actuales calles guarda relación con la ciudad antigua.

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El punto de partida ideal para visitar Sorrento es la Piazza Tasso, desde donde se respira el mar pero no se ve y en los alrededor de la plaza gira la ciudad rodeada de bares históricos y estatuas dedicadas a San Antonio y Torquato Tasso. Con cientos de tiendas y boutiques de artesanías, regalos y productos típicos. Muy cerca de allí podes ver el jardín municipal, el puerto, la Iglesia de San Francisco y murales dedicados a Lucio Dalla, Enrico Caruso y Sofía Loren.

En una de las paredes del Grand Hotel Excelsior Vittoria, que se encuentra al borde del acantilado, se puede observar una placa dedicada al tenor Enrico Caruso que dice:

Al gran tenor Enrico Caruso 
De la terraza de este albergue, 
Uniendo en el amor y en la belleza 
Nápoles y Sorrento, 
Pasó días felices

Ofreciendo el último testimonio 
De su bello canto

Caruso pasó los últimos dos meses de su vida aquí y aún se conservan intactos, sus libros, sus fotos y su piano.

Se sabe que en 1921, Caruso estaba alejado de su esposa e hija y mientras contemplaba el Golfo de Sorrento veía que su vida se apagaba. Pero él se aferró al último suspiro de vida, con su arte, mientras cantaba y daba clases de piano a una muchacha de Sorrento, de quien luego se enamoró.

Una noche, no quiso renunciar a cantarle a esa mujer que admiraba, se acercó al balcón con vistas a la bahía de Nápoles y el monte Vesubio y su canto fue una declaración de amor. Su voz era tan potente y bella, que los pescadores volvieron al puerto solo para escucharlo. Las luces de las barcazas eran estrellas flotando en el mar. Caruso no perdió sus fuerzas y cantó prendado de los ojos de la muchacha apoyada en su piano. Esa noche su estado de salud empeoró.

Al día siguiente, la esposa de Caruso, Dorothy, llegaría a Sorrento y lo trasladaría al Hotel Vesuvio Nápoles, para evitar el bochorno público del amorío, donde moriría dos dias más tarde. Tenía sólo 48 años de edad.

El video oficial de la conocida canción escrita por Lucio Dalla, fue filmado en el mismo hotel, donde murió Enrico Caruso.

República Amalfitana

Pero sigamos por la Costa Amalfitana, con su mezcla de naturaleza y arquitectura de gran belleza, que atrajo a poetas, artistas y viajeros de todo el mundo. De hecho, fue el lugar de intercambio entre el mundo islámico y Occidente, muy rico en contrastes.

Con su sol Mediterráneo, sus acantilados, su frondosa vegetación y su gente. Rodeada de un aura misteriosa la Costa Amalfitana es Patrimonio de la UNESCO desde 1997, que premia la belleza de la costa, pero también la arquitectura de ciudades como Amalfi y Ravello donde, no sólo el equilibrio con la naturaleza es notable, sino también el respeto de las zonas de cultivos, con sus viñedos y huertos colgados de las laderas de los cerros, con áreas de pastoreo en las alturas.

La República Amalfitana, fue una de las repúblicas marineras italianas que dominaron el Mediterráneo en torno al Siglo XII y le otorgó a Amalfi el título de capital de la república, erigiéndose en importante destino turístico desde la época romana. De ahí muchas construcciones que aún existen en las ciudades de la antigua República y sus pequeñas localidades encadenadas a lo largo de la costa, que hacen de ésta zona una de las más elegidas por todo el mundo. Pero en 1343, un violento maremoto destruyó totalmente la ciudad y desde entonces Amalfi se redujo a un pueblo de poca importancia. Pero desde la unificación del Reino de Italia en 1861, la ciudad volvió a crecer y hoy es centro turístico de fama internacional.

Un paseo por la Costa

Hoy salimos de Sorrento bajo un cielo soleado. Los vestigios de lluvia se fueron así que tomamos la Strada Statale 163, en dirección sur, que nos llevaría a recorrer las ciudades  de Positano, Amalfi, Ravello, hasta llegar a nuestro destino final: Minori.

La ruta es angosta en varios lugares y de momento sólo cabe un coche que debe pasar sin rozar la montaña o caer al precipicio. Los choferes de buses de turismo conocen el camino y pueden circular sin arrancar espejos retrovisores, pero para los que venimos por primera vez, la zigzagueante ruta de montaña puede darte náuseas y sorprenderte en cada curva con un camión o cientos de motos y autos que vienen de frente y vos esperas pasar sin problemas por un lugar angosto. A decir verdad, vas cortando clavos.

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Nuestro vehículo es un concierto de sensores que durante todo el viaje, te marca la cercanía de coches, buses, bicicletas, personas y toda mosca que pasa cerca. Si a eso le agregas las bocinas y los insultos callejeros, cartón lleno.

- Pero que hace ese que pasa por ahí? Estos tanos están locos. Ahora entiendo porque usan esos autitos chiquitos. Se meten por todos lados!!!

- Cuidado el espejo que le pasaste muy finito!!!

- Encima estacionan en doble fila, pegados al borde y achican la ruta!!

- Esperá que pase ese bus porque nos deja pegados en el radiador!!!

- Que quiere el de atrás que toca bocina, que carajo le pasa?? Pasá por arriba!!

- Van a los pedos por la ruta!!! Y éste parado ahí, no les importa nada, que hace?

- Paran el coche en cualquier lado, no ponen balizas y se bajan a sacar fotos!!

- Que curva cerrada, la puta madre, que peligro!! Y este coche con tantas alarmas me tiene cansado!!!

- Y a mí también!!

Positano, junto a Amalfi y Ravello, son los pueblos más conocidos y visitados de la zona, pero también son los más caros, por si tenes idea de ir en plan de compras.

Positano era un pueblo tranquilo hasta que su suerte cambió en los años 1950 gracias al turismo que vino a disfrutar de su clima privilegiado, sus hermosas playas, su mar cristalino. Encantan sus casas coloradas colgadas en la montaña, sus innumerables escaleras y las vistas panorámicas que regala. Te recomiendo que des una vuelta en la plaza central: Piazza Flavio Gioia frente a la iglesia dedicada a Santa María Assunta. Y por supuesto conocer también las Torri Saracene, de la época medieval.

Positano es tal vez el pueblo que más caracteriza a la Costa Amalfitana, el más popular, más pintoresco y el más visitado de todos. Perderse en sus callejuelas llenas de negocios y talleres artesanales es un placer. Entre los productos de Positano se puede encontrar artesanías,  moda, cerámica y por supuesto el limoncello.

Pocos pueblos en el mundo presentan una panorámica tan pintoresca como Positano. Es como si hubieran recibido la eterna bendición de los dioses. Los que alguna vez pasaron por ahí dicen: "Positano te marca. Es un lugar de ensueño que no parece real mientras se está allí, pero que se hace real en la nostalgia cuando te has ido".

Amalfi es el pueblo más importante de la Costa Amalfitana, tanto que dá el nombre a la Costa y en un tiempo formaba parte de las Repúblicas Marítimas junto a Venecia, Pisa y Génova.

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Jugó un rol importante en la historia, incluso desde el momento de su creación: la leyenda cuenta que el mismo Hércules funda la ciudad como regalo a una amante princesa que tenía los ojos tan azules como el azul del mar. Verdad o leyenda, la ciudad fue siempre un centro marino importante. Es por eso que su historia y sus paisajes hacen de esta ciudadela una meta tan famosa y turística. En su escudo se ve la inscripción “Descendit ex patribus Romanorum” (Descendemos de Patrimonio Romano). En el año 839, la ciudad llego a tener casi 70.000 habitantes. Fue atacada por normandos, pisanos y otras repúblicas y su importancia declinó rápidamente.

El centro histórico es un conjunto de callejuelas, pasadizos, escaleras, casas típicas y mucha belleza. A pesar que vinimos en temporada baja, hay mucho tránsito.

Algunas personas que vienen en verano hablan de la imposibilidad de pasear por acá. Confirmo que nosotros tampoco pudimos, pese a la época. Salvo que dejes el coche sobre la ruta y comiences a descender a pie unos cientos de metros, hasta encontrar un lugar en donde puedas tomar un café o comer algo. Ni hablar de compras. Los precios son prohibitivos. Como muestra: un imán que en Roma o Nápoles puede costar 2 o 3 euros acá cuesta 6 o 7 euros. Olvidate de comprar ropa: te recomiendo sacarte una foto tocando con un vestido, subirla a Facebook y decir que la compraste en Amalfi, pero que no queres mostrarlo en público para evitar envidias.

No pudimos visitar la cripta de la Catedral de Amalfi, porque estaba cerrada.

Allí se encuentran las reliquias del Apóstol San Andrés, hermano de Simón Pedro, a quien muchos conocieron como el apóstol de los griegos, ya que predicó allá y fue martirizado y crucificado en Patras, Grecia, en una cruz con forma de X, para no ser crucificado como Cristo. De ahí lo de Cruz de San Andrés. Con el tiempo sus reliquias fueron llevadas a la catedral del Duomo en Amalfi en donde descansan.

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Por último, Ravello, con apenas 2.500 habitantes y a 365 mts sobre el nivel del mar, con varios sitios para visitar, y al igual que otros pueblos, con poco lugar para circular en coche, pero se puede conocer la Basílica de Santa María Assunta, la Iglesia San Pantaleone, conocido como el Duomo de Ravello y la Villa Rufolo construida en 1270 al borde de un acantilado sobre la costa, con uno de los jardines más bellos del país.

Italia tiene la particularidad de realizar obras o construcciones monumentales dentro de pequeños lugares y los pueblos de la Costa Amalfitana no escapan a esa regla, así que Iglesias, Templos y Castillos, son enormes a comparación con el lugar en donde fueron construidos. La ciudad se convirtió en lugar de retiro de artistas, músicos y escritores como: Giovanni Boccaccio, Richard Wagner, Virginia Woolf o Greta Garbo.

Ravello fue escenario de varias películas como: El destino de Sissi, de Ernst Marischka (1957), El Decamerón, de Pier Paolo Pasolini (1971) o Wonder Woman, de Patty Jenkins (2017). Anualmente se lleva a cabo un festival musical y por eso se siente un aire artístico e intelectual, con sus numerosos atelieres perdidos entre las callejuelas.  El escritor Gore Vidal, adquirió aquí su mansión que fue visitada por amigos como Greta Garbo, Paul Newman, Jackie Kennedy, Rudolf Nureyev, Mick Jagger, Andy Warhol, Truman Capote, Orson Welles o Hillary Clinton.

La historia cuenta que en 1944 y durante la Segunda Guerra Mundial, el Rey de Italia, Vittorio Emanuelle II vivió casi medio año en Ravello, esperando poder trasladarse a Roma. Ahí le entregó la Regencia del poder a su hijo, retirándose a la vida privada.

Pero hasta acá llegamos hoy con algunos de los pueblos de ésta maravillosa Costa Amalfitana. La semana que vine visitaremos otros pueblos más para finalmente volver a Nápoles. Los esperamos.

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