Al llegar a Minori, fuimos al Hotel Europa, con una manager muy particular: Giuseppa. Una mujer entrada en sus 50 y tantos, con aspecto de sargento de caballería que hablaba a los gritos, como si te retara, una buena representante del sur.

El italiano y sobre todo el napolitano, tienen esa particularidad al hablar: con gritos.

Y si decís que no entendes, no les importa, te seguirán hablando de la misma forma y lo único que te preguntan es si hablas italiano o inglés. Si decís: español, se cierran y no te dan opciones: italiano o inglés? Porque para muchos y aunque cueste creerlo, te dirán que el idioma inglés, es la lengua madre.

Ellos te hablarán en un cocoliche enmarañado de palabras que entenderás de tanto en tanto, y si no? Giuseppa te las hacia entender.

Así que, amigo lector, si venís por ésta zona, te aconsejo aprender algunas frases.

Minori es una pequeña joya, famosa por su Villa Romana Marina del siglo I d.C, muy bien conservada, dónde se respira la belleza del pasado: mosaicos, piscinas termales y fresco, regalan una visión del pasado casi intacta. Este raro ejemplo de casa romana en el mar, es considerado uno de los monumentos romanos más importantes de la Costa Amalfitana.

Hoy Italia – Segunda Parte

En el hotel no solo nos llamó la atención la Sargento Giuseppa (así la bautizamos), con fotos de ella en todo el hotel poniendo cara de simpática, sino también el password del wi fi del hotel.

- La qué? Me grita ella con su dulzura característica.

- La password de internet? Le contesto escondido detrás de un sillón.

- Está en la habitación, arriba!!! Me grita Giuseppa. Un amor de persona.

Decido no preguntar nada más y subo corriendo a la habitación como chico que mandan a la cama sin cenar. Y allí estaba la famosa password.

- Me dictas la clave así la cargo al celu y la compu?

- Sí claro, anotá: 2kczpi04zli8mpxu5npqu8yz.

- Queeee???

- Simple no. La entendiste o te la repito??

Y por supuesto, en el pueblo, no podía faltar la chica que dirige el tráfico en la esquina. Parada sobre una curva cerrada, en bajada y muy transitada. Allí estaba ella. Con chaleco fosforescente y su cartel verde de un lado y rojo del otro, dándole paso a unos coches y frenando con la mano a los que venían en otra dirección, mientras tenía un audífono y enchufada a su celular conversaba con alguien a los gritos. Todo un personaje.

En un momento y escapándonos del hotel, sin que nos vea Giuseppa, salimos a dar un paseo por el pequeño pueblo. Muy cerquita hay una playa y un pequeño puerto con algunos botes pesqueros esperando para salir en algún momento y un poco más allá encontramos el paraíso: Sal de Riso, una heladería, pastelería y restaurante que es un placer, regenteado por Salvatore De Riso, un chef y pastelero muy famoso de Italia.

Por un lado, los helados con sabores que de solo nombrarlos, las papilas gustativas ya empiezan a generar ansias de saborearlos: Caprese, Café Expreso Illy, Nocciola, Cheese Cake al Frutti di Bosco, Torta Delizia Di Sorrento, Crema Vaniglia di Madagascar, Mango, Tiramisú, Pistacchio, Limone della Costiera, Melone, Fchi D´India, Melannurca Campana. Y los postres son la locura: Havana, Goloso al Ciocolato, Smeraldi, Elisir de San Marzano, Estasi, Bianca Neve, Tiramisu, Babamisu. Acá nació la Torta de Ricotta e Pere. El sitio estaba lleno de gente.

Con decirte que le entré a un postre Capuchino que literalmente es una taza armada con cucharita y todo, solo de chocolate, con una espuma chocolatosa que era un manjar.

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Pero lo que más nos sorprendió del restaurante, fue la noche cuando llegaron familias con chicos para cenar y cada uno pedía su propia pizza. Si, cada uno tenía su pizza grande de 8 porciones que, incluso los chicos, devoraban como termitas. Como dije, un paraíso.

A la mañana siguiente y antes de irnos, terminamos de desayunar y por las dudas, lavamos las vajillas del hotel y dejamos todo listo para los próximos clientes para que la sargento Giuseppa no se enoje.

Al marcharnos, Giuseppa salió a los gritos del hotel, haciendo gestos con las manos y gritando: Mascalzone, la chiave, la chiave!! Se la habíamos dejado en su escritorio y ella no las había visto, pero por las dudas salimos corriendo.

Muy cerca de Minori, está su ciudad hermana Maiori.

Uno de los pueblos más grandes de la Costa Amalfitana y un buen lugar para hospedarse ya que tiene muchos hoteles y es más económicos que otros pueblos y tiene playas muy amplias. En un tiempo fue un lugar muy importante, pero en 1954 el centro histórico fue destruido por una fuerte inundación, por lo que la mayor parte del pueblo ahora es bastante moderno perdiendo sus maravillosos palacios, pero aun así la ciudad es muy bella y vale la pena conocerla.

Hay más ciudades en la Costa Amalfitana como Atrani, Cetara, Conca del Marini, Furore, Praiano, Scala, Tramonti y Vietri sul Mare. Si estás con tiempo, podés visitarlos y vas a descubrir lo maravilloso que son todos, en donde cada uno de ellos y conocerás las historias y leyendas que guardan.

Nosotros seguimos viaje y vamos camino a Nápoles y mientras nos canta Laura Paussini, a la distancia se ve la Isla de Capri, donde vivió Pablo Neruda durante su exilio en Italia. Si bien el poeta estuvo radicado en esa isla, en la película Il Postino cuenta la vida de Mario, un hombre que no quiere ser pescador como su padre y su trabajo solo consiste en llevarle el correo a Neruda. Entablan amistad y lo ayudará a conquistar el corazón de Beatrice, una hermosa mujer que trabaja en la taberna del pueblo. La película se filmó en la isla de Procida, frente a las costas de Nápoles y en Salina, frente a Sicilia. “La poesía no es de quién la escribe…es del que la siente”.

Pompeya y el Vesubio

Alguien dijo por ahí “La vida no se mide por el número de respiraciones que tenemos, sino por los sitios y momentos que nos quitan la respiración”.

Y eso es lo que nos pasó a entrar al ingresar a las Ruinas de Pompeya por la Gran Puerta Marina. Cerrá los ojos y hacé de cuenta que viajas 2.000 años al pasado y de pronto todo se transforma: los turistas de distintas nacionalidades, se convierten en los habitantes de esta antigua ciudad y los ropajes modernos se transforman en túnicas blancas de lino y sandalias de cuero, el aire antiguo engulle la ciudad y todo es un gran bullicio de gente que viven en ésta ciudad netamente romana que supo gozar de buena prosperidad. Mentalmente, y aunque no quieras, la vida se transforma. Dejate llevar y disfrutalo.

Los orígenes de Pompeya aún se discuten. Los restos más antiguos hallados en la ciudad son del siglo IX aC., pero también se encontraron restos humanos de la Edad de Bronce. Con el correr de los años, la ciudad se transformó y crecieron palacios, monumentos, anfiteatros e imponentes jardines. En el año 62 d.C un violento terremoto destruyó la ciudad y el 24 de Agosto del 79 d.C, el Vesubio erupcionó y en poco tiempo cubrió Pompeya de cenizas y material incandescente. Todo terminó.

La ciudad permaneció enterrada y olvidada hasta 1748, durante el reinado de Nápoles de Carlos III de Borbón, cuando comenzaron las excavaciones que siguen hasta hoy. En 1738, aparecieron edificaciones de una ciudad vecina que también fue cubierta por las cenizas del Vesubio: Herculano.

Hoy ambas ciudades son emplazamientos arqueológicos que permiten investigar la cultura romana y la vida de unas ciudades que han permanecido sin alteraciones desde la Edad Antigua. El Vesubio entró en erupción muchas veces y es considerado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo, por la población de 3 millones de personas que viven en sus inmediaciones y la tendencia a tener erupciones explosivas.

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En el siglo I aC, Pompeya era solo una de las ciudades localizadas en la base del Vesubio y tenía una considerable población que se hizo próspera por la fertilidad de la tierra. Se estima que en Pompeya vivían de 25.000 personas,​ mientras que Herculano tenía una población de 5.000 habitantes.​ La erupción del 79 fue precedida por un terremoto unos años antes, causando destrucción en los alrededor de la bahía de Nápoles y en particular de Pompeya. Algunos de esos daños no habían sido aún reparados cuando el volcán entró en erupción.​ No se sabe exactamente cuántas personas murieron por la erupción, aunque si fueron recuperados unos 1150 cuerpos en Pompeya y unos 350 en Herculano.

Algunas víctimas de Pompeya fueron halladas en depósitos de cenizas y dentro de edificaciones. Se cree que murieron principalmente por el derrumbe de tejados. Fuera de los edificios se encontró un escaso número de víctimas, probablemente muertas por caídas de rocas proyectadas por el volcán. Esto difiere de la experiencia actual, puesto que en los últimos cuatrocientos años, muy pocas víctimas murieron por lluvia de cenizas durante erupciones explosivas. Un 60 % de los fallecidos en Pompeya fueron por las oleadas de depósitos piroclásticos y sucumbieron probablemente de asfixia por inhalación de ceniza. En contraste con víctimas halladas en Herculano, el examen de la ropa, los frescos y de los esqueletos demuestra que es poco probable que las altas temperaturas fueran una causa significativa de la muerte.

Herculano, mucho más cercano al cráter, se salvó de la avalancha de cenizas gracias a la dirección del viento, aunque quedó sepultada bajo 23 metros de material depositado por oleadas piroclásticas. Es probable que la mayoría murieran por dichas oleadas, particularmente por las pruebas de las altas temperaturas halladas en los esqueletos de las víctimas encontradas en las criptas abovedadas del antiguo puerto y la existencia de madera carbonizada en muchos de los edificios.

Pompeya y Herculano nunca fueron reconstruidas, aunque sobrevivieron habitantes de dichas ciudades y probablemente los saqueadores emprendieron un intensivo y salvaje trabajo tras las destrucciones provocadas por el volcán. La erupción cambió el curso del río Sarno y levantó la playa, razón por la que Pompeya no tiene hoy ningún río ni está adyacente a la costa. La localización de las ciudades fue olvidada hasta su accidental redescubrimiento en el siglo XVIII.

El Vesubio ha experimentado cambios en sus laderas desprovistas de vegetación y su cumbre se ha modificado, debido a la fuerza de la erupción y ha permanecido inactivo desde 1944, siendo el periodo actual de calma, el más largo de los últimos 500 años. Cuanto más tiempo esté sin erupcionar el Vesubio en un futuro inmediato, más probable es que el peligro de futuras erupciones sea alto.

El Vesubio es un volcán todavía activo aunque en descanso y actualmente solo produce vapor que emana desde sus grietas al pie del cráter. Este es el único volcán de tierra firme, del continente europeo que ha tenido erupciones en los últimos cien años.

La cumbre del Vesubio está abierta a los visitantes y existe una pequeña red de senderos alrededor de la montaña que es conservada por las autoridades del parque.

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Lugares para visitar en Pompeya?

Muchos y con tiempo, ya que son 60 hectáreas divididas en barrios y manzanas. El Foro era un lugar de culto y de actividad comercial; en La Basílica se administraba la ciudad y la justicia, en el sector llamado el Granero había un gran mercado de frutas y hoy es un depósito arqueológico con ánforas, recipientes de terracota y tablas de mármol. Pero sin dudas, lo más crudo para ver son algunas figuras humanas, e incluso un perro aún con cadenas que fueron encontrados bajo las cenizas. Aún hoy puede notarse en sus rostros sus expresiones de terror y dolor.

El lugar más pintoresco para visitar es El Lupanar: el Prostíbulo. La palabra Lupa quiere decir Loba y así se las conocían a las prostitutas del antiguo imperio. El edificio tenía dos pisos: en el superior estaban las habitaciones del dueño y de las esclavas distinguidas que atendían a los clientes de clase acomodada y en el inferior las habitaciones tenían camas de piedras y era el área en donde se atendía a los clientes de menores recursos. Mientras en las paredes del pasillo se podían ver pinturas con representaciones eróticas y en la calle había señaladores en forma de pene que indicaban el lugar en cuestión.

Por último El Anfiteatro, el más antiguo entre los conocidos del mundo romano, fue construido en el 70 aC y tenía capacidad para 20 mil espectadores. Lo interesante es que en 1972 el grupo Pink Floyd, dio uno recordado concierto. En 2019, el guitarrista David Gilmour volvió al mismo lugar.

Nápoles

Visitado Pompeya y el Vesubio vamos a Nápoles, la ciudad más grande del sur de Italia, con 6 millones de habitantes y donde convivir con el vecino es parte de su idiosincrasia y su estilo de vida, ya que la proximidad de los edificios y lo angosto de sus callejones hacen que te sientas próximo y puedas conversar con tu vecino, mientras colgás la ropa.

Hoy me desperté y mientras me desperezaba y estiraba los músculos y al mejor estilo Roberto Begnini en La Vida es Bella, desde mi balcón, saludé a mi vecina con una sonrisa y un “buongiorno principessa”.

- Ya sé, ya sé. No me digas nada, era una mujer escultural, como Sofía Loren?

- Mmmm no, no, no era como la Loren!!

- Ya sé, como la monumental María Grazia Cucinotta, en la película Il Postino? Me enamoré de ella en esa película!

- Mmmm no, no, tampoco era la Cucinotta!!

- Ah ya sé, me imagino una belleza de ojos claros como Ornella Mutti?

- No, no. No era ni la Loren, ni la Cucinotta, ni la Mutti. Era más bien como la sargento Giusseppa del hotel de Minori. Ella me miró de forma amenazante, con los ojos inyectados en sangre, me mostró su dentadura incompleta y mientras sacudía las sábanas de la cama desde el balcón, para desprender los ácaros que ahí habían anidado, me gritó: “vaffanculo”!!

Estamos en Nápoles pensé y antes de que venga La Camorra a visitarme y dejarme caer con amor por el balcón del cuarto piso en un “que parezca un achidente”, es mejor salir a visitar la ciudad. Así que, eso hicimos.

Cuenta la leyenda que Nápoles se construyó a corta distancia de una ciudad existente: Parténope o ciudad vieja. En la mitología griega, Parténope era la menor de las tres sirenas que desde las rocas de la Isla de Capri intentaron con sus cantos seducir a Ulises, quien fue atado al palo mayor del barco consiguiendo ser el único mortal en disfrutar de los bellos cantos de las sirenas sin morir ahogado. La sirena, desesperada por no poder cumplir su cometido, se ahogó de pena y su cuerpo llegó a la costa de la ciudad vieja. Sobre el cuerpo petrificado de Parténope, los colonos griegos crearon una ciudad que llamaron Neápolis o ciudad nueva. Más tarde el término pasó a pronunciarse Napule y en italiano, Napoli.

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Si tu deseo es circular en coche por la ciudad, lo más aconsejable es que te cargues de paciencia ya que la ciudad es caótica, desordenada y delirante, en donde cada uno tiene sus propias reglas de conducción. Hacer un trayecto corto, puede hacerte perder horas hasta que llegues a destino. Como dije: hay calles angostas y de doble circulación, coches detenidos en lugares indebidos, motos que se cruzan por delante o por detrás como si fueran moscas que revolotean el dulce. El primero que mete la trompa, aunque sea con semáforo en rojo, pasará y los demás tocarán bocinas. Si te pasaste de tu destino, no hay problemas, giras,  te insultarán, se meterán motos que no te dejaran mover y vos como si nada, retomas tu camino con tranquilidad. Una locura el tráfico.

Como dicen: “Nápoles tiene sus propias reglas, así que respira profundo y avanza”

Los sensores del coche se pondrán en alerta nuevamente y todo es un gran carnaval:

- Que hace ese camión parado en doble fila?

- Está descargando mercadería!

- Parece que no tienen ningún apuro??

- Y la Polizia no le dice nada!!! No, ellos están en la misma!!

- Y ese? Casi me como al de la moto que se metió delante!!!

- Y ese otro pasó en rojo, que hdp!!!

- Uhhh cuidado el peatón. Tienen prioridad de paso pero se tiran sobre el coche sin importar por donde crucen la calle.

- Esas motos de mierda que se meten por cualquier lado, me tienen loco!! El bus turístico pasará por acá?

- Parece que sí, todos los coches se mueven, pero con mucha paciencia!!

Uno de los lugares a visitar es la Capilla de San Severo en donde hay varias imágenes esculpidas en mármol que son hermosas, gracias a la calidad del artista. Una de la más bonita de todas es El Cristo Velado, un monumento creado por Giuseppe Sanmartino y muestra la imagen de un Cristo muerto, acostado y cubierto de un fino velo que se adhiere al cuerpo. El escultor muestra fue capaz de transmitir el  sufrimiento que Cristo vivió antes de la crucifixión. Bajo el velo se pueden ver marcas sobre la cara y el cuerpo, fruto del martirio padecido. Al pie de la escultura, el artista esculpe la corona de espinas, las pinzas y los enormes clavos. Durante siglos, los visitantes de la capilla, impresionados por el magnífico velo esculpido, pensaban que era el resultado de una petrificación efectuada por el maestro de Sanmartino, Raimondo di Sangro y que la obra era una estatua acostada bajo un verdadero velo que se habría transformado en mármol con el tiempo por un proceso alquímico, cosa que no es así, ya que el velo es parte del mismo bloque. Una obra para sentarse a contemplarla por un largo tiempo.

Otro lugar interesante para conocer son Las Catacumbas de San Gennaro, que muestra unos 3.000 nichos cavados en muros y suelos. El nivel inferior se remonta al siglo II y el superior al siglo V. Estas catacumbas son las más extensas del sur de Italia, ubicada cerca de los barrios más poblados y típicos de Nápoles, que están fuertemente vinculado a su patrono protector: San Gennaro, por quien los napolitanos sienten devoción y cuyos restos estuvieron acá hasta el siglo X que fueron trasladados a la Catedral de Nápoles.

Las Catacumbas fue el lugar de entierro de los obispos de Nápoles. Pero fueron cerradas debido a los saqueos en el siglo XVIII.

En la catedral de la ciudad, se conserva la reliquia de su sangre, sobre la que se produce un enigmático milagro. La Sangre de este mártir se torna líquida unos minutos al año. El fenómeno ocurre desde hace más de 400 años y se repite tres veces al año. En algunas ocasiones en las que la sangre no se licuó, la ciudad sufrió alguna desgracia y por eso toda la ciudad espera que ocurra el misterioso milagro.

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Pero San Gennaro no solo es famoso por el milagro de la sangre, sino también por su tesoro. Se dice que la gran fortuna donada por los devotos del santo a lo largo de los siglos supera al de la Reina de Inglaterra. Durante la Segunda Guerra Mundial el tesoro de San Gennaro se trasladó al Vaticano, donde estaría a salvo de ataques y saqueos. Tras el fin del conflicto, Nápoles reclamó y trató sin éxito de recuperar el tesoro del santo. Cuentan las malas lenguas, que el tesoro regresó a Nápoles gracias a la intervención de un miembro de La Camorra. Será verdad?

Nápoles es la única ciudad del mundo que cuenta con siete castillos en su perímetro urbano, los cuales formaban un sistema defensivo: Castel Dell ‘Ovo, Castel Nuovo, Castel Sant´Elmo, Castel Capuano, Castello del Carmine, Castello di Nisida y Forte di Vigliena. Eso le valió el apodo de “La ciudad de los Siete Castillos”. El Castel Dell ‘Ovo en el islote de Megaride, fue donde presumiblemente desembarcaron los colonos griegos en el siglo VII a. C. y fundarían Cumas y se llama así porque, porqué según la leyenda, Virgilio, escondió en el interior del castillo, un huevo que soportaría la estructura del edificio y que, de romperse, provocaría el hundimiento de la fortaleza y la ciudad sufriría grandes catástrofes.

Frente a Piazza Plebiscito, se encuentra la Basílica de San Francisco de Paula. La iglesia, por su forma circular, recuerda el Panteón de Agripa. Monumental. Y si queres ir de compras o sólo dar una vuelta y tomar un café, acercate a la Galleria Umberto I, que es un centro comercial construido en 1890, cubierto por una gran estructura de hierro y vidrio y rodeado de edificios.

Acá va nuestro video del viaje por la Costa Amalfitana y Nápoles.

En nuestro paseo por la ciudad, entramos en un pequeño bar para almorzar y el dueño del lugar al enterarse de donde veníamos, nos enseñó unos paquetes de carne de procedencia Argentina. Él estaba feliz y mientras comíamos fiambres y anchoas, nos pusimos a conversar de muchas cosas y por supuesto de Diego Maradona y nos cautivó el amor que aún tienen los napolitanos por El Diego.

Maradona y Nápoles

En mayo de 1984 Diego Armando Maradona ya no era feliz en el Barcelona y apareció la propuesta del Napoli, no para hacerse con sus servicios, sino para plantear un partido amistoso en Nápoles, con Maradona por supuesto. Aunque la idea era que jugara en el San Paolo con la casaca azul. Pero la historia sería muy distinta.

Maradona tenía enfrentamientos con la directiva del Barcelona y tenía una postura tan determinante para dejar el club como para irse a jugar al Napoli. Un club mediano del sur del país que peleaba los últimos puestos del campeonato italiano.

El pase se hizo en 300 millones de pesetas de la época (hoy serían unos 8 millones euros), un record y según dicen, el dinero lo prestaron los bancos napolitanos quienes acudieron a La Camorra napolitana. Mucho dinero pero valía la pena el esfuerzo.

Lo demás es historia conocida. Había que pelear el Scudetto con los equipos más grandes del norte. La Juventus tenía a Platini, Inter a Rummenigge y Passarella, en la Roma jugaban Boniek, Falcao y Toninho Cerezo, en Udinese estaba Zico, en Verona Briegel y Elkjaer-Larsen, el Milan tenía a Baresi y Maldini. Napoli sólo tenía a Maradona, pero incorporaron más jugadores y muchos de los que llegaron fueron convencidos por Diego, que  fue clave en los títulos del Napoli, tanto dentro como fuera de la cancha. En la primera temporada de Diego, el Napoli salió tercero, luego vinieron los años de gloria. Muchos dicen que fue la mejor época de Diego en el futbol, ganando campeonatos locales y copas internacionales.

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Para Nápoles, Diego Armando Maradona fue su hijo más querido y los napolitanos te abrirán su corazón si saben que sos argentino. El Diego hermanó a los pueblos, gracias a su magia dentro del campo de juego y muchas veces, su nombre fue un salvoconducto para salvar vidas. Para los que amamos el futbol, fue el ídolo máximo y está en El Olimpo junto a los dioses.

Caminar por la ciudad repleta de leyendas, altares y murales de Maradona, te hacen sentir distinto. Te hacen creer que estás en un lugar que quedará en tu corazón por mucho tiempo y ni la perdida física de Diego puede cambiar ese sentimiento. Esa pérdida causó pena en muchas partes del mundo donde se le rindió homenaje, pero sobre todo causó mucho dolor en Argentina y en Nápoles.

Desde acá y con el tema del Potro Rodrigo, va nuestro pequeño homenaje a Maradona. Olé, olé, olé, olé, ¡Diego, Diego! 

Hasta acá llegamos con Nápoles. La semana próxima seguiremos con la fantástica Italia. Los esperamos

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