La idea de visitar el Estado de Quintana Roo, era seguir disfrutando del turismo y la arqueología de éste estado mexicano y además teníamos en mente visitar algunos de los cientos de cenotes de la Península de Yucatán.

Esta parte del viaje fue tal vez la más arriesgada de todas, ya que sólo teníamos el pasaje de ida en avión desde CDMX, el alquiler de un coche en Cancún y el pasaje de vuelta una semana después. Sin ningún lugar reservado previamente y sin rumbo fijo. Queríamos experimentar otra cosa y sobre la marcha fuimos aprendiendo e improvisando. Esto nos sirvió mucho para los viajes que pudimos hacer en el futuro ya que muchas veces pueden suceder inconvenientes y lo ideal es saber resolverlos sobre la marcha sin que esto sea algo conflictivo. Pueden suceder cosas y hay que lidiar con ellas. Así que no está mal si alguna vez lo intentas.

Mientras tanto te cuento como nos fue en la Península de Yucatán.

Cancún y Playa del Carmen

Al llegar al Aeropuerto Internacional de Cancún, fuimos a retirar el coche y salimos por la ciudad de Cancún. Muy reconocida por sus centros turísticos, sus bellas playas, sus enormes hoteles y su vida nocturna. La ciudad tiene dos áreas muy definidas: la zona urbana y la franja costera con enormes hoteles con playas privadas, clubes nocturnos, tiendas y restaurantes, que la convierten en destino para ideal para millones de personas, que quieren disfrutar sus 22 km de playas, ubicadas a lo largo del Boulevard Kukulkán en la zona hotelera de Cancún.

Este destino de playa caribeño en la costa de México es un imán para pescadores, buzos, y aficionados de la historia o para quienes buscan simplemente descansar. Desde el boom turístico de 1980, Cancún se volvió destino popular. Ubicado en la Península de Yucatán, Cancún tiene vista al Golfo de México donde se encuentra un gran arrecife de coral, que proporciona a los visitantes algunos de los mejores lugares para bucear.

Cancún en lengua maya, es Kaan Kun y existen dos versiones sobre el origen del nombre, dependiendo de la pronunciación maya: la primera versión es Nido de Serpientes. La segunda hace referencia a Serpiente Dorada y se debe a que la isla de Cancún tiene forma de 7 y al amanecer aparenta una forma de serpiente dorada por el reflejo del sol. La zona comprendida por Cancún e Isla Mujeres fue explorada por Francisco Hernández de Córdoba en 1517, pero la historia de la ciudad, es el resultado del sueño de un grupo de banqueros que supo encontrar un punto geográfico donde se explotaría el turismo, convirtiendo su sueño en una realidad de niveles internacionales. En pocos años, tuvo una notable transformación, ya que de ser una isla de pescadores rodeada de selva virgen y playas desconocidas, en la actualidad es junto con Acapulco el centro turístico mexicano más reconocido en el mundo.

Muy cerca del Boulevard Kukulcán ya es posible ver una de las primeras construcciones mayas, Yamil Lu'um, cuyo monumento principal se conoce como El Templo del Alacrán, y se le da este nombre debido a los restos de una estructura de éste arácnido que fue encontrada en una de las paredes del templo. Un poco más alejada está la Zona llamada El Rey, que incluye cuarenta y siete estructuras y corresponde a una zona religiosa y administrativa en la que se llevaron a cabo ceremonias y vivieron los personajes de mayor estatus en la vida política de esa región.

En algunas de las estructuras palaciegas que hoy se pueden visitar, aún se conservan fragmentos de pintura mural que hacen alusión a dioses y elementos iconográficos relacionados con la vida religiosa de los mayas posclásicos del norte de Quintana Roo. Pero también podés visitar el Museo Maya que resguarda las colecciones arqueológicas más significativas de la cultura maya de México, pues no solo incluye piezas de la mayor relevancia que fueron encontradas en el Estado de Quintana Roo, sino también una selección de piezas de los sitios mayas de Palenque, Chichén Itzá y Comalcalco, entre otros yacimientos.

Pero si queres explorar los alrededores, Cancún también es puerta de entrada a otros destinos de la Riviera Maya como Tulum, Isla Mujeres, Cozumel o tal vez visitar sus zonas arqueológicas como Chichén Iztá, Cobá  o más y eso es hicimos. No nos quedamos en Cancún porque buscábamos algo más tranquilo y natural. Así que nos fuimos unos 70 km al sur y nos instalamos en Playa del Carmen y como no teníamos nada reservamos salimos a buscar y la verdad no fue tan difícil ni costoso.

Playa del Carmen es el corazón de Riviera Maya. Su ubicación estratégica  la convierten en puerta de entrada de viajeros nacionales y extranjeros que son seducidos por sus playas, cenotes, parques de aventuras y exclusivos resorts abrazados por la selva o envueltos por la atmósfera cosmopolita de la Quinta Avenida que es la calle principal de ésta pequeña ciudad balnearia.

Acá nos quedamos unas noches porque además la usamos de base para trasladarnos a distintos centros turísticos como Akumal declarada Área de Refugio para la protección de Especies Marinas, donde llegan a desovar cientos de tortugas marinas que solo podés ver desde el agua o tal vez visitar los parque acuáticos de Xcaret y Xel-Ha con sus juegos y cenotes para disfrutar.

En tiempos prehispánicos Playa del Carmen se llamaba Xaman-Ha que significa Agua del Norte y era punto de partida de los mayas en su peregrinaje al santuario de Ixchel en Cozumel.

Grutas de Aktun Chen y Ruinas de Tulum

Cerca de Playa del Carmen y antes de llegar a las ruinas de Tulum, se encuentra el parque natural Aktun Chen que en idioma maya significa Cueva con cenote en su interior. Te puedo asegurar que el tour comienza en el momento que abandonas la ruta y te internas en la selva tropical por un camino de 3.5 Km en el medio de una espesa vegetación, llegando hasta la recepción del parque, donde los monos araña y los coaties se mueven libremente.

Antes de comenzar el camino a la cueva, pasas por el Serpentario, donde hay unas 15 especies de serpientes del Estado. Desde las inofensivas arborícolas y ratoneras, hasta la mortal Nauyaca. Por supuesto, acá nos sacamos algunas fotos con ellas.

En el parque hay tres cuevas con cenotes en su interior y la principal fue adaptada con escalones tallados en la piedra de la cueva y se agregaron luces discretamente colocadas con el objetivo de dar mayor seguridad, comodidad y resaltar al máximo la belleza de las formaciones de carbonato de calcio, hechas por la lenta filtración del agua a través de millones de años. A éste sitio bajas con guía y casco de seguridad, cuidando de no caerte porque el piso es resbaloso. Al bajar a la caverna fuimos acompañados por un pequeño coatí que nos siguió todo el recorrido.

El guía te explica todo sobre las formaciones rocosas, edades, diferentes minerales y los usos que les daban los mayas. Hay varias figuras hechas por el agua en forma natural, la cual al ir goteando y escurriendo las paredes de la cueva, moldean la roca dejando a su paso figuras casi perfectas, las cuales disfrutas junto con las estalactitas y estalagmitas.

Casi al final del recorrido, llegas a una zona muy oscura que es atravesada por un puente. El guía reunió al grupo y nos pidió quedarnos en silencio en la oscuridad de la caverna. En ese momento el encendió las luces de esa inmensa cueva y apareció el bello cenote de Aktun Chen. El único cenote en la Riviera Maya donde no se permite nadar, debido a que tiene una circulación de agua muy lenta y una capa de sedimento de carbonato de calcio de 7 mts de espesor, la cual es tan frágil, que un mínimo movimiento del agua la enturbia y acaba con la belleza del santuario.

Pero también en Aktun Chen hay otro cenote con agua cristalina, ideal para snorkel y en donde incluso podrás ver conchas y fósiles de peces, o tal vez disfrutar de una tirolesa a través de la selva. La verdad un lugar muy bonito para visitar.

Dejamos Aktun-Chen y salimos en dirección a las famosas ruinas mayas de la ciudad amurallada de Tulum, la única ciudad maya construidas cerca del mar y cuyo atractivo principal es la combinación de playa con ruinas tan bien conservadas. 

Quizás el edificio más famoso es El Castillo, que es la construcción más alta, justo frente al mar y se cree que los mayas la usaban de faro para botes que venían desde Cozumel. Otro edificio para visitar es el Templo del Dios Descendente, con figuras talladas en la fachada y donde aún se ven murales hechos por los mayas en su interior. Un poco más allá, se ven pequeñas estructuras llamadas Grupo Kukulcán, con muchos templos y uno de ellos es El templo del Dios del Viento, con base redonda.

Se cree que su nombre original era Zama y fue un puerto importante para los mayas ya que en la zona se encontraron artefactos de Guatemala y de Centroamérica.

El pueblo de Tulum, se encuentra cerca de la ruta principal y tiene ambiente bohemio, cosmopolita y eco-friendly. Aquí viven extranjeros que llegan de todo el mundo para abrir su propio negocio en este rincón paradisíaco y por éste motivo la variedad de restaurantes, hoteles boutiques y tiendas de artesanías es bastante amplio. Pero Tulum también es un lugar atractivo para quienes practican yoga y meditación y encuentran en éste sitio un lugar ideal para descansar y conectarse con uno mismo en los varios centros de yoga y spas de la zona.

Nosotros decidimos pasar una noche en Tulum y encontramos un complejo de cabañas rústicas que estaban muy cerca del mar. A las 8 de la noche ya no había energía y a las 5 de la mañana, con los primeros rayos de sol, nos acercamos al borde del mar a esperar el desayuno y relajarnos, mientras un grupo de 50 personas corría por la arena.

La verdad fue una linda y romántica experiencia.

Ruinas de Coba

Después de disfrutar una noche en el paraíso, nuestro recorrido sigue unos 50 km y ya nos vamos hasta otra de las ciudades mayas: Coba. La ciudad está formada por 5 grupos de edificios, unidos por una red de caminos que interconectados entre sí que facilitaban el intercambio de bienes y servicios con el resto de la Península de Yucatán. Pero aún se sospecha que existen más de 6.000 estructuras enterradas en la densa selva y en los alrededores de Cobá

Durante su apogeo, la ciudad llegó a tener una población de 50.000 habitantes, lo que la convertía en una de las más importantes de la región en este período. Su pirámide de Nohoch Mul es la más alta de Yucatán, con 42 mts de altura. Pero a pesar de estar en peor conservación que su vecina Chichén Itzá, se pueden escalar sus empinados 120 escalones ayudándote con una cuerda. La escalada no es apta para quienes padezcan vértigo, pero la hazaña vale la pena, ya que desde las alturas disfrutas de las espectaculares vistas de Cobá, cubierta con su verde y exuberante manto de vegetación.

Hay estudios que dicen que a partir del año 1.000 d.C, Cobá entró en una larga disputa con Chichén Itzá, donde ésta última resultó, al vencer a importantes enclaves cobaeños como Yaxuná. Después de la guerra, la ciudad perdió importancia política, pero conservó su importancia simbólica y ritual, que le permitió recuperar cierta jerarquía y construir más edificios. Sin embargo, para esa época las construcciones se centraron más en los sitios costeros, por lo que Cobá se transformó en una ciudad de segundo orden.

Si bien es cierto que la ciudad nunca quedó en el olvido, la mayor parte de los estudios arqueológicos se realizaron recién a principios del siglo XX, por la dificultad que imponía la selva para llegar al lugar. En 1972 el Instituto Nacional de Antropología e Historia comenzó a desarrollar la zona y construir accesos para investigadores y visitantes. Y actualmente, sus ruinas son una de las principales atracciones turísticas de la región.

Como venimos haciendo a lo largo de éste recorrido sin ruta ni destino fijo, a unos 60 km de Coba se encuentra la ciudad de Valladolid. Y hacia allá fuimos a buscar un sitio donde pasar la noche. Ya en el camino vimos un camión accidentado que transportaba mercadería y estaba siendo saqueado por los vecinos. Esa situación nos dio un poco de preocupación pero seguimos viaje.

La ciudad, fundada por los españoles en 1543, fue nombrada Valladolid en homenaje a su homónima española y desde su fundación se convirtió en centro de desarrollo de la Península de Yucatán y esta importancia aún se aprecia en muchas de sus calles. Acá tuvo lugar la primera chispa de la Revolución Mexicana en 1910 y actualmente es conocida como La Capital del Oriente Maya.

En el centro de la ciudad, en la plaza central, los vecinos y visitantes se congregan para sentarse en sus bancos y disfrutar de la sombra de sus árboles y donde las mujeres con sus vestimentas típicas, venden sus productos tradicionales.

La Catedral de San Gervasio, es un gran punto de interés en el zócalo y una de las siete iglesias coloniales dispersas alrededor de la ciudad que comenzó a construirse tras la fundación de Valladolid. Una historia sangrienta hizo que en el siglo XVIII la iglesia se remodelara, conservando sólo el pórtico de la fachada principal que miraba hacia el poniente, con las esculturas de San Pedro y San Pablo.

Muy cerca de Valladolid hay varios cenotes de agua dulce que se pueden visitar. Los más conocidos y donde es posible nadar bajo un espectacular domo subterráneo con agua clara y un orificio en el techo son los Cenotes de Dzinup, donde se encuentran Samulá y Xkeken, así que si estás con tiempo te recomendamos visitar ambos. La entrada al lugar es estrecha y el descenso podés hacerlo por escaleras labradas en la roca que desembocan en un único salón donde hay un lago color azul turquesa, decorado con estalagmitas, que descienden de la bóveda y duplican su imagen. Al entrar en el cenote, te causa una sensación de aventura y adrenalina, ya que por ser un caverna subterránea el único acceso a ella es a través de un gruta estrecha de escalinatas.

Chichen Itzá

Es tal vez el más importante sitio arqueológico de la cultura maya en la Península de Yucatán. Su nombre deriva de las palabras mayas: Chi (Boca), Chen (Pozo) e Itzá (brujos de agua), al unir las palabras se obtiene Boca del Pozo de los Brujos de Agua. Nosotros al llegar a Chichen Itzá ya habíamos visto muchos sitios arqueológicos, pero éste era el más importante de todos y no podíamos dejarlo pasar. Pero ese día había llovido y las calles internas estaban inundadas. La visita de la ciudad iba a ser difícil, pero decidimos alquilar una de esas bicis que llevan un carro delante con un muchacho que pedalea, quien hizo de guía durante unas horas. Incluso pudimos comprar artesanías de madera que tuvimos que regatearle a uno de los tantos chicos que circulan por ahí.

El edificio más importante es el Templo de Kukulkán, conocido como una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno y donde está prohibido subir. En la base de la escalera norte se ven dos colosales cabezas de serpientes emplumadas, esfinges del dios Kukulcán y de acuerdo con evidencias, es posible que muchas de las construcciones principales de la ciudad hayan sido destruidas y reconstruidas más tarde.

Se puede decir que el declive de Chichén Itzá se dio en un contexto de violencia, que condujo a la pérdida de la hegemonía de la ciudad, donde el militarismo fue fundamento indispensable de esta cultura y esto se hace evidente en el edificio llamado Plataforma de las Calaveras donde exhibían, clavados en estacas, los cráneos de sus enemigos.

Existen varios templos más en la ciudad, como el del Jaguar, el del Hombre Barbado, el de las Águilas y Jaguares, el Templo de Venus, el de los Guerreros y el Templo del Juego de Pelotas, en donde se pueden ver aros de piedra que servían para los juegos.

También en la ciudad está el Cenote Sagrado donde se realizaban sacrificios humanos, generalmente de doncellas nobles, las cuales eran vestidas de blanco y se les colocaba una guirnalda de flores, para luego sacrificarlas en honor de Chaac, el dios de la lluvia. En el cenote, también se sacrificaban prisioneros de alto rango, para calmar la ira de los dioses. Los arqueólogos han encontrado allí cuchillos de obsidiana, gemas, piedras preciosas, tesoros y esqueletos, pero debido a la profundidad del cenote, aún no ha sido inspeccionado por completo.

Quizá una de las películas que reflejan un poco el mundo maya sea Apocalypto filmada en el año 2006, dirigida por Mel Gibson y hablada sólo en lengua maya. Allí se muestra la decadencia de la civilización y trata la historia de un hombre cautivo que hace un intento desesperado por escapar de la brutal tribu que planea usarlo como sacrificio humano. Si él logra sobrevivir, regresará con su familia y con la mujer que ama.

Para cerrar el día fuimos a la ciudad de Mérida a sólo 120 km, previo paso por la pequeña ciudad de Izamal, conocida como La Ciudad de los Cerros y por poseer en su territorio importantes vestigios arqueológicos entre los que destacan 5 pirámides mayas de gran tamaño que la convierten en uno de los conjuntos arqueológicos más impresionantes del siglo XVI en todo México.

La ciudad de Mérida fue construida sobre la ciudad maya de T´Hó y bautizada como su homónima española ya que muchos conquistadores venían de esa ciudad y los edificios hallados en la ciudad maya abandonada les hicieron recordar las ruinas romanas de Emérita Augusta, la actual Mérida española, donde las piedras cortadas y labradas de la ciudad maya fueron utilizadas por los europeos para construir los edificios de la nueva ciudad.

Actualmente Mérida es llamada Ciudad Blanca, ya que de ese color se pintaban muros y fachadas desde la época colonial hasta entrado el siglo XX. El punto central de la ciudad es la Plaza de la Independencia, que tiene a sus costados la Catedral de San Ildefonso, similar a una fortaleza y la Iglesia de la Tercera Orden, de caliza blanca. Ambas iglesias de la época colonial se construyeron con piedras de los antiguos templos.

Te recomiendo que pases una noche en Mérida y disfrutes de un buen desayuno como lo hicimos nosotros, en donde la fusión maya y la cultura hispana conviven. No te vas a arrepentir.

Algo que nos llamó la atención en Mérida, además de sus tradición, son las decoraciones y accesorios que usan algunas mujeres durante dias festivos, conocidos como Makesh. Un día entramos a una de las tantas tiendas y vimos que tenían una pecera, pero ahí no había peces. En su lugar había algunas ramas con hojas y unos cuantos escarabajos a los que les habían pegado pequeños brillantes de colores. A éstos insectos les ponen una pequeña cadena con un prendedor y luego lo sujetan a sus ropas, de tal forma que el insecto camina por la prenda y se convierte en una joya viva. Se dice que estos insectos son utilizados como amuletos para el amor e incluso como símbolo de longevidad.

Los insectos no crecen en cautiverio, viven en troncos, zonas con hongos y bajo las rocas, donde son capturados para ser vendidos en los mercados. Allí los decoraran y los dejan en frascos o peceras con troncos para que se alimenten. Pero la realidad al salir de su ambiente natural no viven mucho porque mueren de hambre y de a poco esta práctica va disminuyendo.

Pero detrás de ésta tradición hay un leyenda y cuenta que una princesa maya fue obligada a casarse en un matrimonio arreglado, pero la chica estaba enamorada de otro muchacho y vivían ese romance en silencio. Un día el padre de la princesa se enteró del amorío y ordenó sacrificar al joven. El llanto y el dolor de la princesa fueron tan grandes que el padre se apiada de él y en lugar de hacerlo sacrificar, lo convierte en escarabajo. Entonces ella lo decoró con piedras preciosas y aunque tuvo que casarse con el otro hombre, siempre llevó a su verdadero amor como broche en su corazón. Tierna historia, pero vos llevarías un escarabajo decorado que camine libremente por tu camisa?

Uxmal

Ya medio agotados de visitar centros arqueológicos, salimos de Mérida hasta Uxmal, a unos 80 km. de distancia. En la actualidad es uno de los más importantes yacimientos arqueológicos maya, junto a Chichen Itzá y Tikal. Sus edificios se destacan por su tamaño y decoración en estilo llamado Puuc, con muros bajos lisos, con frisos ornamentados con figuras trapezoidales o serpientes bicéfalas enlazadas o serpientes emplumadas con las fauces abiertas saliendo de los seres humanos. 

Una de las construcciones más importantes es la Pirámide del Adivino de 35 mts de altura y cinco niveles, con cinco estructuras diferentes construidas en diferentes épocas y cada una de ellas tiene su propio templo, todo alzado sobre un gran zócalo de piedras. En el templo inferior se encontró la escultura denominada la Reina de Uxmal que es una cabeza de serpiente con la boca abierta de la que sale un ser humano.

Detrás de la Pirámide del Adivino hay un gran patio situado sobre una gran plataforma cuadrada de 120 mts de lado y en cada lado se alzan edificios que tienen gran número de aposentos que se abren al patio. Esto llevo, a los españoles a comparar éste lugar con un convento, por lo que se la llamó La Casa de las Monjas. Pero también hay otros edificios que podés ver como el Cuadrángulo del Cementerio decorado con calaveras y huesos o la Estructura de los Falos que es un conjunto muy deteriorado con fachadas lisas y cornisas en forma de falos colocados en los techos con la función de desaguar las aguas de lluvia.

Ya en nuestro últimos dias en Yucatán, seguimos haciendo kilómetros y pasamos por Umán, Kabáh, Maní y Labná, que son pequeñas poblaciones al sur de Mérida y forman parte de los que se llama la Ruta Puuc, encontrándose también allí zonas arqueológicas tan grandes como Uxmal. Varias de estas antiguas ciudades estaban conectadas entre sí por senderos que tenían kilómetros de extensión y hoy se encuentran cubiertas por la selva. En algunas de ellas aún existen construcciones más o menos preservadas que aún mantienen un gran valor histórico.

Si recorres Yucatán te vas encontrar varios sitios arqueológicos y para los fanáticos del tema es un placer visitar. Pero también la península es como un gran queso gruyere con miles de cuevas, grutas, cavernas y cenotes que hacen de ella un destino turístico ideal.

Este recorrido nos sirvió de excusa para llegar hasta la Gruta de Loltún, que significa Flor de Piedra y son las más grandes cavernas al sur de Yucatán, que fueron acondicionadas para realizar un recorrido de aproximadamente 1.000 mts con seguridad por medio de senderos iluminados y donde podés ver la historia natural y cultural maya que abarca un período de unos 10.000 años.

Las salas, galerías y recámaras, están a casi 60 mts de profundidad y allí se encontraron piezas arqueológicas, cerámicas, artefactos de piedra, conchas marinas y petroglifos, correspondientes a la cultura maya en distintas etapas de desarrollo. También hallaron restos de fauna extinta, como huesos de mamut, bisontes y tigre diente de sable, que indican que existió un clima frío y una vegetación distinta a la actual.

Antes de despedirnos de Yucatán visitamos Celestún cerca de Mérida en donde hay una hermosa laguna que se pierde en los manglares y se caracteriza porque allí habitan miles de flamencos rosados. En ésta laguna se mezcla el agua dulce que viene de la Ría Celestún con el agua salada que llega del Golfo de México. Debido a su concentración de caroteno en el agua, los flamencos son los más rosados del mundo. Celestún está unido a tierra firme por un puente, desde donde parten los turistas en bote que recorren la laguna, para disfrutar de los bosques petrificados, pantanos y cenotes en los cuales es posible nadar.

Pero también es muy interesante el paseo por los bosques de manglares donde sus grandes copas forman una bóveda enorme de vegetación y sus raíces dan un intenso color rojo a las aguas. Aquí nos detuvimos en un pequeño camino de madera que se adentra en la reserva y que rodea un ojo de agua y pudimos ver la transparencia del agua que contrasta con la exuberante vegetación que la rodea. Por supuesto algunos tomaron un baño acá.

El bosque petrificado, es un impresionante paisaje de manglares blancos.

Los árboles tienen raíces tan profundas que soportan fuertes huracanes y gracias a la sal que absorben sus raíces los conserva literalmente petrificados. El lugar es impresionante porque después de ver tanta vegetación, al llegar a esta zona, ves los grandes troncos grises, como enormes fantasmas de un bosque que desapareció. El suelo es inestable y en algunos sitios puede ser peligroso ya que se comporta como arenas movedizas.

Hicimos más de 1.500 km y por supuesto queda mucho más por conocer en Península de Yucatán, pero a nosotros se nos acaba el tiempo y debemos tomar un vuelo de regreso a Buenos Aires. Así que el último día hicimos los últimos 300 km, llegamos a Cancún y de ahí volamos a CDMX, para luego abandonar el fabuloso México.

El tiempo también se nos acaba en esta nota.

Nos veremos la próxima semana para visitar otro destino del mundo. Los esperamos.

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