Murió a sus 101 años la creadora de la Danzaterapia
Se trata de María Fux, su contribución a la danza como una forma de comunicación no verbal y como herramienta terapéutica dejó una huella imborrable en la historia de la danza contemporánea.
El pasado 31 de julio, María Fux, la querida bailarina y coreógrafa argentina, conocida como pionera de la danza moderna y creadora de la “danzaterapia”, falleció a sus 101 años, dejando un legado cultural en el campo de las danzas argentinas y mundiales.
María Fux fue recordada con cariño por su escuela de danza tras conocerse la noticia de su muerte, y sus allegados, familia y amigos convocaron a una despedida en el Rosedal, un parque emblemático de la provincia de Buenos Aires, donde se la homenajeará con danzas.
“Lamentamos profundamente despedir a la maestra María Fux. Es muy reciente y estamos conmovidos. Ella, dejó una huella imborrable en nuestras vidas y en la vida de tantas personas en la Argentina y el mundo. Ella nos enseñó que la danza es vida, y así la recordaremos siempre”, expresaron desde la academia.
Ella, es reconocida entre sus talentos por haber desarrollado un método innovador de danzaterapia, que según sus dichos fue inspirado por la hija hipoacúsica de una amiga suya. Por esta razón, se volvió una de las primeras en innovar en el campo de la danza inclusiva. Y en consecuencia, esto permitió que muchas personas con discapacidades hallaran en la danza una forma de expresión y recuperación psicofísica.
El legado de María Fux trascendió fronteras, ya que su método Fux para la recuperación mediante el movimiento creativo ha sido enseñado en diferentes países como España, Italia, Brasil y Chile, capacitando a docentes y terapeutas de diversas disciplinas. Y si bien, su última presentación en un escenario fue a sus 89 años, mantuvo su espíritu activo y comprometido con la danza y la enseñanza hasta los 100, según indicaron sus allegados.
Nacida el 2 de enero de 1922 en Buenos Aires, María Fux llevó consigo las historias de sus abuelos, quienes huyeron de la persecución a los judíos en Odessa y emigraron a Argentina antes de su nacimiento.
Desde temprana edad, María mostró un gran interés por la danza, pero fue a los 13 años cuando su pasión tomó un nuevo rumbo tras leer la autobiografía de la bailarina estadounidense Isadora Duncan, lo que la llevó a explorar la danza como una forma de comunicación y expresión no verbal.
En 1953, recibió una beca para estudiar en Estados Unidos con la renombrada maestra Martha Graham, quien la alentó a encontrar su propio camino y a regresar a su país para seguir creando y desarrollando su estilo único.
Durante su tiempo como solista en el Teatro Colón de Buenos Aires, la bailarina se destacó por su talento y dedicación a la danza, pero fue en su posterior carrera como creadora y maestra de danzaterapia donde realmente dejó una huella en el mundo.