Nos siguen pegando abajo: un puñado de canciones contra el abuso policial
Las bandas y solistas de una parte de la música argentina enfrentaron siempre desde sus letras y melodías a la Policía. Cuando el enojo se origina por el no cumplimiento del deber.
Es bien sabido que el rock y la Policía tienen una tirante relación que tuvo su génesis en el contexto de dictadura y represión en el que los primeros músicos de un género naciente sufrieron abusos de parte de la fuerza por los gobiernos de facto de la Argentina. Esas noches de comisaria solo por tener el pelo largo (‘Aunque guadañen mi pelo a la fuerza en un coiffeur seccional- Pedro y Pablo), o por asistir a un recital dieron vida a las primeras canciones con las cuales soñaban ir en búsqueda de la libertad.
Ni hablar cuando en marzo de 1976 llegó la más cruenta y salvaje de las dictaduras cívico-militar argentinas. El contexto para los Charly García, León Gieco, Litto Nebia, Luis Alberto Spinetta era complicado por la cantidad de amenaza y violencia explícita de los uniformados. Paradójicamente, la Guerra de Malvinas, que se significó el final de este gobierno de facto, sacó a flote al rock argentino.
Ya en democracia con la primavera alfonsinista hubo una liberación en cuanto a temáticas, pero como en la sociedad quedaron vestigios de la dictadura (algunos hasta el día de hoy perduran) las bandas y solistas se preocuparon y ocuparon de plasmar el escenario nacional de canciones contra los abusos policiales.
Para los noventa, esa temática no cambiaría, sino que, con la llegada de nuevos ritmos, muchas veces más fusionados volverían a contarse historias de bastones y amigos que se hicieron parte de la fuerza y ‘ya no eran iguales que antes’. Desde ese tiempo a la fecha, la temática lamentablemente siguió cosechando episodios musicales que denunciaban el mismo accionar de siempre en barrios y villas marginales, o en manifestaciones, sin importar que el ‘enemigo’ fuese un joven militante, una jubilada o un docente.
Por eso, siempre es menester un repaso de un puñado de canciones que denunciaron a los gritos el abuso policial.
El primer tema es de Charly García y pertenece a su segundo disco solista Clics Modernos. El ritmo bailable puede por momentos disfrazar la crítica a las actitudes de los uniformados en la naciente democracia de 1983. ‘Nos siguen pegando abajo’ dice entre sus tan celebrados versos: ‘No fueron las pastillas fueron los hombres de gris’ y ‘Desde el piso los pude ver/ Locos de placer alejándose’.
En los noventa, Los Piojos sacaron a la luz un poderoso disco como Ay ay ay y el tema que ubica la cuarta colocación es Pistolas. Así que desde el título de la canción en 1994 la banda liderada por Ciro Martinez ya escupía con rabia: Pistolas que se disparan solas/ Caídos, todos desconocidos/ Bastones, que pegan sin razones/ La muerte es una cuestión de suerte. Esta versión ayornada con la lírica escupida de Wos no tiene desperdicio.
Para 1999, Los Tipitos tenían en sus manos las canciones de su álbum Cocrouchis, el cual entre sus 12 temas se desprende ‘El Poli’, en el cual hay un clamoroso pedido de reconocimiento al contexto donde los efectivos patrullaban, pero también robaban, disparaban, pero sin cerciorase del todo si lo hacían contra un ladrón o un pibe del barrio. ‘Aquí no hay manos de paja/ aquí no hay balas de plata/ aquí no hay un fierro que te espere/ Todos los días lo mismo/ todos los días lo mismo/ afinar con miedo a que me cacen tus amigos/ esa negra tribu y no da'.
Los últimos dos ejemplos de artistas de nuestro rock despotricando contra las actitudes de la Policía son de bandas punks.
Flema en 1997 nos retrataba la historia de una amistad rota porque uno de ellos se unió a la fuerza. Del disco ‘Si el placer es un pecado, bienvenidos al infierno’, la canción de referencia es ‘Nunca seré policía’, y entre sus versos más recordados dice así: ‘Todos sabemos que los amigos de verdad/ nunca te mandaron preso, y nunca lo harán'.
Desde Valentina Alsina al mundo, los muchachos de 2 Minutos gritan ‘Ya no sos igual’. Un tema perteneciente a su álbum Novedades de 1999. El citado tema reza entre sus versos: 'Carlos se vendió al barrio de Lanus/ el barrio que lo vio crecer/ Ya no vino nunca más/ por el bar de Fabián/ y se olvidó de pelearse/ los domingos en la cancha/Por las noches patrulla la ciudad/ molestando y levantando a los demás'.