Siempre vigente y reconocida, Rosita Yunes se sumó a la propuesta de Diario 13 San Juan de las Mujeres Activas y se presentó diciendo: Soy Rosita Yunes, una mujer común, madre, amante, esposa, abuela, hermana, tía, artista y eso… una mujer con una vida buena, con una vida intensa, profunda. Una mujer que le importan los otros”.

Luego la entrevistada se definió diciendo: “Soy intolerante, ansiosa, coherente, muy sensible y una comprometida militante a nivel ideológico político”.

Sobre sus comienzos en el arte teatral Yunes comentó: Mi pasión por el teatro comenzó en el 67, 68 yo era muy jovencita y cuando iba a la secundaria se hacían los intercolegiales de teatro y participaba todos los años. Después de ahí nos quedó eso de seguir juntándonos con los chicos y las chicas a hacer teatro de una manera muy vocacional. Ahí le tomé la pasión pero tenía que trabajar, eran épocas muy jodidas y el teatro quedó en el aire, muy suspendido y recién pude retomar más comprometida, más profesional en los años ‘90”, recordó Rosita.

Mi formación fue al comienzo muy autodidacta, me gustaba tanto el teatro que me comía los libros, no solo los de texto de autor sino todo lo que había en cuanto a la pedagogía teatral. Luego empecé a hacer talleres con Oscar Kümmel y cuando se abrió la carrera de estudios teatrales en la Facultad de Filosofía Humanidades y Artes, en el año 93, me inscribí e hice toda la carrera. Luego me sumaba a todos los talleres que llegaban a San Juan o los que podía hacer en Mendoza”.

Consultada sobre sus vivencias con el teatro, Rosita detalló a Diario 13 San Juan un gran momento que no puede olvidar: El mejor recuerdo que tengo como actriz es cuando actué en zonas alejadas, en lugares distantes de San Juan o Mendoza en donde la gente no tenía idea de lo que era el teatro y me producía una gran emoción, conmoción hacer una obra de teatro y ver la cara de la gente y escuchar sus devoluciones, sentía que tocaba el cielo con las manos. Darme cuenta ahí, en ese momento la función que yo tenía como actriz y la función que tiene el teatro como un vehículo de humanización y de transformación social. Ahí cobraba conciencia de lo enriquecedor y valioso que es la actividad teatral. Eran lugares en donde no existían ni antenas de televisión y solo escuchaban radio, ahí me he sentido muy plena como actriz diciendo ´he cumplido mi misión´”, comentó emocionada la artista.

Acerca de las ventajas o complicaciones que tiene la profesión actoral, Rosita comentó: “Es difícil ser artista en San Juan y en todo el país. Ser artista independiente es muy difícil en todas partes, que es muy distinto cuando sos artistas y tenés un padrino o producciones monstruosas con mucho dinero”, comentó.

Luego la actriz se refirió a los prejuicios que tiene la carrera y detalló: “Durante toda la época que yo he sido actriz aun directora desde mis comienzos hasta los años 2000, toda mi carrera, los talleres y todas las actividades teatrales estaban estigmatizadas o marcadas por la gran concurrencia de mujeres. El gran prejuicio estaba puesto en los padres de aquel varón que quería hacer teatro. Eran trabas sociales, sentían que si un varón iba a hacer teatro era para perder el tiempo, para conocer chicas, porque era gay. El teatro, durante muchos años ha estado muy lleno de mujeres, pero ahora cambió rotundamente esta realidad y no me ha costado ser artista en San Juan. Tampoco me he sentido discriminada en ningún momento, al contrario”, dijo la entrevistada.

La llegada de la pandemia por el coronavirus impactó en la carrera de la actriz quien detalló cómo afrontó este momento mundial de aislamiento: “Durante la pandemia, a nivel laboral, yo seguí en ejercicio de mi cargo que tengo en la Facultad de Filosofía en el departamento de Artes Visuales, hace 25 años que soy profesora de una materia que se llama Lenguajes Artísticos Teatro. Si bien no teníamos asistencia y estábamos en aislamiento seguíamos dando clases vía online aunque en el 2020 yo decidí no darlo en esa modalidad porque no lo comparto, ya que el teatro es la presencia del otro, la mirada del otro, el tacto con el otro. Estada comprometida con las reuniones pero no di teatro online. En el 2021, por una cuestión de salud, que no tuvo que ver con el Covid 19, yo estuve en licencia médica y la profesora adjunta dio las clases virtuales. Creo que el año próximo podrá hacerlo de manera presencial”.

Sobre sus actividades en tiempo de licencia y coronavirus, Yunes comentó: “Me dediqué fuertemente a la lectura y a la investigación de un tema que es muy caro para mí y por el cual me preparé mucho. Es un proyecto que convocó el Instituto Nacional del Teatro sobre Resistencias Teatrales en la época de la dictadura militar en San Juan. Para trabajar en el tema, investigué y leí muchísimo durante varios meses hasta que pude realizarlo y lo envié con la esperanza de que sea aprobado y poder continuar con ese tema. Nunca dejo de trabajar por más de no estar dando clases, actuando, no dejo de relacionarme con el teatro aunque sea a nivel investigativo. Para enriquecimiento personal y para ir ajironándome y sobre todo por si mis conocimientos puedo compartirlos con la comunidad”, comentó convencida de su pasión.

Hace algunas semanas el Teatro Sarmiento reabrió sus puertas luego de algunas mejoras y fue en ese contexto que Rosita volvió a subirse a las tablas para hacer lo que más ama: Mi regreso al teatro fue después de tres años en la reapertura del Sarmiento. Viví una comunión de emociones, miedo, pánico escénico, terror, dolor de estómago, preguntarme qué estoy haciendo acá, cómo no me quedé en mi casa y a su vez una gran emoción de enfrentarme al público, al aplauso, a las bonitas palabras y al acompañamiento de gente que quiero mucho y fundamentalmente al acompañamiento de gente a la cual no conozco personalmente pero que se acercó a felicitarme. Como lo dije en la misma noche del Teatro Sarmiento para todo ser humano y con mayor razón para una artista, el ser reconocido uno lo necesita, lo desea para poder seguir. Fue un montón de emocionesrecordó la actriz.

Al cierre de la charla, Rosita comentó sus desafíos y comentó: “Mis nuevos proyectos son: mi investigación propuesta para para el INT, que aún espero su decisión y en caso positivo deberé investigar en los 19 departamentos de la provincia, viajar, hablar, hacer entrevistas, contactar a familiares de desaparecidos, de muertos o algún artista de cualquier disciplina que haya sufrido las consecuencias del golpe militar. Otro proyecto que tengo ahí medio a la espera, es que tengo muchas ganas de hacer un fin de semana o un ciclo sobre mujeres que hicieron historia invisibilizadas por la historia como Juana Azurduy, Bartolina Sisa, Martina Chapanay que es muy nuestra. Eso sí me gustaría hacerlo, sólo espero el momento, por ahora obvio que tengo sueños y eso me permite mantenerme viva, despierta, activa pero trato de aferrarme y de pensarlos como sueños que son posibles, a los que yo pueda tomar con mis manos o con mi corazón, a los que pueda hacer realidad. A esta edad ya no idealizo tanto, vivo el hoy y trato de ir haciendo desde donde puedo y como puedo pero siempre haciendo”.