‘Se pusieron la 10’: la Selección Argentina visitó a los chicos de Las Piedritas
En la previa de su participación del Mundial de Hockey sobre Patines, la Albiceleste se hizo presente en las instalaciones del Club Estrella y jugó con los pequeños albardoneros.
Un humilde club de Albardón recibió este miércoles por la tarde una visita de lujo. Es que la Selección Argentina de Hockey sobre Patines visitó las instalaciones del Club Estrella de la pequeña localidad de Las Piedritas. La visita en la previa de su participación en el mundial que se jugará en la provincia, tiene una explicación: la solidaridad. Además, tiene un responsable: José Luis Páez, el técnico de la Albiceleste que fue uno de los organizadores de este encuentro.
El evento solidario fue organizado por tres columnas vitales. El Club Estrella, la Asociación Civil Amanecer Cuyano y el DT del seleccionado argentino. La idea fue que los jugadores pasen un momento de distensión jugando con los chicos que asisten a la humilde escuelita de fútbol ‘Los Grillitos’.
'Es un orgullo recibir semejante visita', expresó Víctor Elizondo el presidente del Club Estrella, que en el rol de anfitrión fue el que recibió al seleccionado y a su amigo ‘El Negro’ Páez. Sobre el evento destacó la alegría y predisposición con que los dirigidos por el ídolo del hockey de la provincia, llegaron hasta Las Piedritas.
Además, reveló que están muy contentos y agradecidos por haber recibido a la Selección en la que ellos consideran su casa. ‘Hace tiempo venimos trabajando con esta escuelita por el bien de los niños, y a pesar de que todo se armó muy rápido, todo esto me parece muy bonito porque los chicos pueden disfrutar con los jugadores’, contó Víctor.
El presidente del club albardonero detalló que además de contar con la ayuda que les brinda la municipalidad, otras organizaciones les acercan ropa, calzado y otros elementos que forman parte del gran grupo de donaciones que reciben.
‘Esto lo hacemos a pulmón, con lo poco que rescatamos. Lo traemos a la institución y se lo regalamos a los chicos. Antes de la pandemia teníamos en mente hacer más actividades como esta y crecer desde lo deportivo. Pegar el salto, como quien dice. La llegada de la pandemia fue lo que retrasó eso, pero ahora estamos firmes con el objetivo de seguir acrecentando estas iniciativas y poder llegar a la Liga Albardonera.
Uno de los cerebros de la solidaria actividad de la Selección, el DT Páez contó que la inquietud de ayudar a los niños y niñas de San Juan nació desde el recuerdo que él tiene de su infancia, en donde pasó algunas necesidades. ‘Lo que viví me inspiró y decidí hacer esto. Me llena de alegría y satisfacción. Una vez salí a repartir caramelos y me encantó’, expresó.
Páez destacó la actividad del Club Estrella que con la escuelita de fútbol Los Grillitos le dan la posibilidad de que los niños y niñas de la zona se alejen de la calle y se acerquen al deporte. Además, pidió a los sanjuaninos animarse a ayudarlos cada vez que puedan, señalando que les falta mucho para asistir a todos los chicos de la zona, pero el corazón con que lo hacen es enorme.
Por su parte, el presidente de la Asociación Civil Amanecer Cuyano contó que además de estar trabajando con los niños y niñas de esta localidad, también lo están haciendo con jóvenes de otras zonas alejadas. ‘Queremos trasmitirles que en esta sociedad que hay oportunidades fuera de la droga y el alcohol. Todo lo que hacemos, es hecho por la asociación y nos cuesta, pero vamos a seguir estando porque nos gusta mucho’, aseguró.
‘Que la selección argentina esté en un rinconcito de Albardón es grandioso. Le hace bien a los chicos y a estas personas, porque les hace ver que no están olvidados’, cerró Jorge.
Por último, el capitán de la selección, Carlos Nicolía expresó: ‘Estas visitas nos tocan el alma’. El experimentado del combinado nacional lució junto a sus compañeros una notable sonrisa con la cual expresaron su alegría de haber compartido la tarde con los chicos de la escuelita de fútbol. Apostados en medio del campo de juego se animaron junto a los pequeños a patear al arco y los anfitriones se mostraron increíblemente felices.