Boca volvió a dar el golpe de autoridad en Brasil. Venció a Palmeiras por 4-2 en la definición donde más se ha sentido cómodo: los penales. El Xeneize jugará la final de la Copa Libertadores el 4 de noviembre en el Maracaná gracias a la gigante actuación de ‘Chiquito’ Romero que tapó dos remates en la definición desde los doce pasos.

El equipo argentino salió decidió al campo de juego a jugar una nueva final. Esta vez fue la vuelta de semifinal. Tras la ida 0-0, los dirigidos por Jorge Almirón demostraron que este era el partido. Jugó mejor el primer tiempo, y aunque cedió el control de la pelota estuvo férreo en las segundas jugadas, atento, punzante e inteligente para darse cuenta que, su juego era lastimar al conjunto dirigido por Abel Ferreira con contras, y así llegó el gol. Tras una buena y rápida escalada de Miguel Merentiel por izquierda, el uruguayo tiró el centro rasante para que conecte su compatriota. Edisón Cavani solo tuvo que empujarla como no pudo hacer en La Bombonera y llegó la alegría azul y oro. 1-0 y ventaja justa.

El primer tiempo terminó con un Verdao nervioso por el tanto en contra, porque no podía crear situaciones claras de gol y porque el club de La Rivera ganaba en cada jugada dividida. Incluso, tras el gol, los locales tuvieron unos minutos perdidos en el campo de juego, denotando que sintieron el golpe.

En el segundo tiempo debió haber venido un fuerte reto del técnico multicampeón con Palmeiras, porque los brasileros salieron a comerse a Boca. En los primeros minutos parecía que el Xeneize continuaba sintiéndose cómodo, pero de a poco el rival fue metiéndolo contra su arco. Romero empezaba a sacar chapa de héroe descolgando centros y tapando algunas situaciones claras.

Almirón equivocó la lectura del juego sacando a Merentiel para mandar a la cancha al paraguayo Bruno Valdez. La idea del DT era defenderse con 5 para aguantar la arremetida de Palmeiras, pero el 10 se quedó sin su compañero de ataque. Para colmo de males, a Boca se le vino la noche con la expulsión por doble amarilla de Marcos Rojo a los 66’ (lo habían amonestado a los 51’ por una acción desmedida). Esta expulsión obligó al técnico a sacar a una de sus figuras, ‘Colo’ Barco y darle ingreso a Nicolás Valentini.

Con uno menos, el Xeneize estaba contra las cuerdas, con un Verdao que convertía en figura al ex arquero de la Selección Argentina. No pudo aguantar la embestida verde, y el local llegó al empate con un potente y precioso disparo de afuera del área del uruguayo Joaquín Piquerez. 1-1 y panorama negro para el conjunto argentino.

Con el 1-1 los de Ferreira se envalentonaron, y con la gente exigiéndole ir para adelante y matar a Boca, las situaciones de gol comenzaron a llover. Ante todas esas adversidades que tuvieron que enfrentar los de Almirón, la respuesta fue la solidez de Romero cerrando el arco con tapadas trascendentales para mantener el empate en los 90’ y llevar la definición a los penales, donde él se siente más que cómodo.

En la tanda desde los doce pasos el visitante comenzó pateando primero y Cavani erró el suyo. Panorama complicado para ‘Chiquito’ que se hizo gigante por primera vez tapándoselo a Rphael Veiga dejando las cosas en parda tras la primera ronda de penales. En la segunda, Valdez lo metió y Romero se hizo gigante por segunda vez tapando el remate de Gustavo Gómez. En la tercera tanda gol del pibe Valentini y golazo de Kevin, en la cuarta convirtieron Nicolás Figal y Joaquín Piquerez. Y en la quinta ronda, el que quedó como capitán y tanto lo necesitaba, Pol Fernández, metió el penal y puso a Boca en la final del 4 de noviembre en el mítico Maracaná.