El vóleibol argentino vivió ayer una jornada inolvidable, al conquistar el título sudamericano por segunda vez en su historia, y la primera desde 1964. El seleccionado dirigido por Marcelo Méndez dio una muestra de jerarquía, carácter y juego colectivo al vencer al poderoso Brasil, que jugaba de local y había ganado 33 de los 35 campeonatos disputados hasta el momento. El triunfo fue por un contundente 3-0, con parciales de 25-19, 29-27 y 25-22, y con una actuación sobresaliente de Luciano Vicentín, elegido el mejor jugador del torneo.

Entre los 14 jugadores que integraron el plantel campeón, hubo tres sanjuaninos que hicieron historia: Bruno Lima, Manuel Armoa Morel y Matías Sánchez. Los tres son referentes del vóleibol nacional y han sido protagonistas de los logros más importantes de los últimos años, como el Mundial Sub 23 y la Copa Panamericana en 2017, la Copa Panamericana en 2018, el oro Panamericano en Lima 2019 y el bronce olímpico en Tokio 2020.

El título sudamericano es un premio al trabajo, al sacrificio y al talento de este grupo de jugadores, que ha demostrado ser uno de los mejores del mundo. Con humildad y ambición, ya piensan en los próximos desafíos, como la Liga Mundial y los Juegos Olímpicos de París 2024, donde buscarán seguir haciendo historia y soñar con una medalla dorada.