Catalina y Delfina Rodríguez, sos dos pequeñas hermanas sanjuaninas que tienen una pasión en común: el motocross. Las chicas de 7 y 9 años pasaron por Modo Siesta, donde hablaron de su pasión por el motociclismo, de las competiciones por delante, los lugares que conocieron gracias a las motos, sus sueños en lo deportivo y su rutina entre la escuela y los entrenamientos en Mendoza.

Ambas comenzaron a despuntar el vicio de andar en moto con rueditas a los 3 años. Ambas abrazaron el motocross como la disciplina que las hace sentir mucha pasión, adrenalina y, tras años de entrenamiento, llevan un buen tiempo compitiendo, incluso fuera del país, siendo dos de las más grandes promesas del motociclismo que tiene la provincia.

Catalina y Delfina, las hermanitas sanjuaninas que son promesas del motocross

Catalina contó que aprendió a andar en bicicleta sin la ayuda de las rueditas, y que al rato nomas se pasó a las motos, pero ayudada de las rueditas. Así estuvo un año, hasta que se animó y se soltó. Ahora, con 9 años maneja motos de hasta 7 cambios, y siente alegría con la adrenalina de quedar suspendida en el aire por una fracción de segundos cuando se enfrenta a un salto en una carrera.

Las pequeñas llegaron a competir en Chile y el sueño de ambas es hacerlo en Estados Unidos, aunque para eso, son conscientes de que les falta mucho entrenamiento y roce con la alta competencia. Por el momento, la actualidad las encuentra habiendo competido en Buenos Aires, Tucumán, Catamarca, Córdoba, La Costa, San Luis, entre otros puntos del país que tuvieron conocieron gracias al motocross.

Catalina y Delfina, las hermanitas sanjuaninas que son promesas del motocross

Al ser tan pequeñas, Delfina y Catalina compiten con chicos de 8 años en adelante, puesto que no hay niñas que compitan en sus categorías. Además, contaron que la pasión se las trasmitió un amigo de su padre y conocidísimo en el motociclismo sanjuanino como fue el ‘Wey’ Zapata. ‘Mi papá se hizo amigo del ‘Wey’ y de ahí comenzamos a acercanos al motocross’, contó la más grande de las hermanas.

La rutina de las chicas es muy exigente, ya que, salen a las 12 del mediodía del Colegio Saint Paul y sus padres las llevan a entrenarse al gimnasio de la UVT. Las jóvenes competidoras hacen pesas y salen a andar en bicicleta para estar en estado físico, a pesar de su corta edad.

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