Chau chau adiós, un técnico argentino renunció a su cargo
El entrenador decidió abandonar la conducción de su equipo en la previa del partido con el Xeneize.
Se veía venir. Por la floja campaña del equipo en el Apertura paraguayo, por las dos derrotas en fila en la Copa Libertadores y por las propias palabras de Ramón Díaz tras la caída de este miércoles frente a Caracas por el Grupo H de la Copa. El ex DT de River acordó su salida de Libertad de común acuerdo con la dirigencia y no dirigirá el partido del miércoles frente a Boca en la Bombonera. En su reemplazo estará Juan Samudio, ex goleador del club que conduce la Reserva.
"En el fútbol todo pasa y hay que seguir proyectándose para el futuro. Desde mi punto de vista, hay muchas cosas por corregir. Ahora, cuando voy para Paraguay, me voy a juntar con los dirigentes porque tengo que hablar algunas cosas con ellos...", había dicho Ramón luego de la derrota 2-1 frente al Caracas, una de las sorpresas del torneo (ganaba 1-0 y perdió sobre la hora). Dicho y hecho, este jueves presentó la renuncia y la Comisión Directiva del club no puso reparos. Libertad se ubica tercero en la tabla con seis unidades, a tres de Boca (tiene un partido menos) y a uno de los venezolanos.
La pandemia fue un antes y un después para Ramón. Antes del parate, su equipo marchaba puntero en el Apertura guaraní y también en el Grupo H de la Copa, donde además tenía puntaje ideal. Sin embargo, el Gumarelo arrancó el semestre con el pie izquierdo y nunca pudo levantarse. En el campeonato local entró en una racha negativa y quedó a seis puntos del líder Cerro con sólo dos fechas por disputarse, mientras que en la Libertadores deberá sumar de a tres cuanto antes para tener alguna esperanza de clasificarse a octavos.
En medio de todo eso, la derrota 2-0 frente a Boca, en la que su equipo dejó una muy pálida imagen y mereció perder por más goles, fue el quiebre definitivo en la relación con los hinchas y con los dirigentes, que ya venía desgastada de antemano. El Pelado pegó el portazo antes de afrontar un partido chivísimo en el Templo. Otra vez, volvió a decir "Yo no...".