El 26 y 27 de marzo se correrá el IronMan en San Juan y entre los competidores que más se destacan en la previa, la persona e historia de Sebastián Fernández resalta entre muchos. El deportista sanjuanino quedó en silla de ruedas tras accidentarse corriendo en motocrós, superó la terapia intensiva, la rehabilitación y desde que se dio cuenta que podía a volver a competir, nadie lo puede parar.

En charla exclusiva con Canal 13, el ex motociclista contó que decidió participar de las pruebas de gran esfuerzo movilizado por el desafío de nunca quedarse quieto, y salir adelante haciendo lo que le gusta. ‘Vamos a correr algo muy importante’, augura el hombre desde su silla de ruedas, aquella que no lo limita, al contrario, es una herramienta más para desandar sus sueños en el deporte.

Sebastián participará de la prestigiosa competencia internacional con otras dos personas con discapacidad, aunque él será el único que lo hará con sillas de ruedas. El sanjuanino hará las mismas distancias y actividades que los demás competidores. ‘Voy a tener que cambiarme el traje cuando salga del agua, y vestirme de ciclista y todo lo que implica la competencia’, contó.

El deportista sanjuanino en base a su experiencia cuando tiene la oportunidad brinda sus consejos e historias de vidas para seguir instalando el sí se puede en todas las personas posibles. 'Tenga o no la persona una discapacidad hay que moverse porque si se quedan quietos se pierden muchas cosas. Si uno se deprime, se queda en su casa, y no quieren salir y de repente se encuentran que son viejos y se les paso la vida. Yo en poco tiempo poniéndole ganas no me quedo quieto, me muevo’ manifestó con la sonrisa cómplice de los que saben cuanta lucha cuesta el día a día del deporte adaptado.

Hace casi 11 años, Sebastián compitiendo en motocrós se accidentó y quedó en silla de ruedas. Antes de ese desafortunado día, el sanjuanino no se quedaba quieto y realizaba el deporte que los tiempos le daban, pero principalmente motociclismo y un poco de karate.

El accidente lo dejo en terapia intensiva, luego paso a internación común y a la hora del alta afrontó con ímpetu su recuperación. Quedó en silla de ruedas y se dijo a si mismo que no podía quedarse quieto porque si no envejecería mirando la vida pasar sin intentarlo. Fue entonces que empezó a intentarlo con la silla de ruedas como aliada en toda la tarea de descubrimiento.

'Cuando quedé en silla de ruedas me empecé a dar cuenta de cosas de la vida cotidiana que antes no me daba cuenta, como por ejemplo de la cantidad de rampa para personas con discapacidad que hay o no'.

 Realizando la rehabilitación en Córdoba se empezó a dar cuenta que podía hacer cosas que antes del accidente hacía, solo que debía adaptar la disciplina. ‘De montambiker pase a correr con un triciclo, de hacerlo con los pies a hacerlo con las manos. De a poco encontré los deportes, me fui descubriendo en todas estas cosas’, rememoró.