No fue viernes 13, pero Boca vivió una noche de pesadilla. Fue una dura derrota de los dirigidos por Sebastián Battaglia ante Banfield que lo goleó, y por momentos los bailó, en la Bombonera por la Fecha 6º de la Liga Profesional. El Xeneize saltó al campo de juego con un once inicial suplente, pero casi ninguno de ellos estuvo a la altura.

El partido empezó con los de Brandsen 805 entusiasmados juntando pases precisos, comandados con el buen pie del pibe Aaron Molinas. Sin embargo, eso solo duró unos seis minutos, porque los de Vivas empezaron a adueñarse del partido. Y llegaron los goles casi en una ráfaga, a los 21’ Giulano Galoppo le puso la frutilla a un exquisito ataque con una media tijera. 1-0 y dudas en la joven saga central Xeneize.

El segundo y el tercero fueron marcados por Ramiro Enrique (hijo del campeón del mundo), tras muy buenas asociaciones que provocaron llegadas solidas que terminaron con destino de pelota en la red. 3-0 y desconcierto del equipo suplente del local.

Ya en la segunda mitad se vio un Boca sin ideas, un Battaglia sin ánimos de arriesgar de cara a la vuelta de octavos de final con Corinthians en el mismo escenario, pero el martes. Banfield controló casi todo el juego en los segundos 45 minutos. Molinas fue el más atrevido del Xeneize, el que más intentó. Entre Bologna y el travesaño en dos ocasiones le negaron su gol de tiro libre.

En concreto, Boca padeció el no tener aunquesa un central con experiencia. Aranda y Ávila se desentendieron durante todo el partido. Luego, hubo puntos muy bajos como Orsini, Ramirez, Weingandt, Sandez y Medina. Vázquez no fue asistido, pero tampoco fue muy claro a la hora de descarga.

Un Xeneize al que el Taladro lo obligó a jugar mal, en una noche en la que lo bailó y aprovechó las oportunidades que tenía que aprovechar. Una gran victoria de los muchachos de Vivas.