El Estadio Aldo Cantoni presentó un marco imponente en la final del Mundial de Hockey sobre Patines disputado en San Juan en 1978. Este jueves, se cumplen 42 años de aquel hito nacional, donde Argentina venció por 3 a 1 a España. ‘El estadio así de lleno, no se vio nunca y nunca más se repitió’, recordó Mario Agüero, uno de los campeones del mundo, en una entrevista brindada a Compacto 13.

El ex jugador, contó que para la cita mundialista él llegaba con 20 años, como muchos de sus compañeros de la categoría 57 y 58, con los que se conocían muy bien, ya que todos jugaban en el país. En el plantel campeón, también había jugadores de experiencia, los que se complementaban con los jóvenes, haciendo un seleccionado fuerte, pero también desconocido para los gigantes de Europa como Portugal y España.

‘Nos juntamos jugadores con hambre de ganar’, indicó Agüero y añadió que los sanjuaninos de ese seleccionado eran pibes de barrio, y por eso la gente se identificó tanto con ellos.

El ex campeón del mundo aseguró con orgullo que aquel equipo, que compitió en el pasado mundial del 1976 y ya había dado una muestra de su poderío, además de aquel mundial del 1978 ganado en suelo sanjuanino, merecía ganar más.

‘Ellos no nos conocían, no nos tenían bien identificados, por eso sorprendimos, aunque éramos un equipo duro, seguro con buena defensa e imparable ataque’, definió Agüero. Las potencias mundiales como España y Portugal, así como los demás equipos de Europa, llegaban con sitcks y elementos actuales para la época. En cambio, el equipamiento del seleccionado argentino contaba con equipamiento viejo. Sin embargo, eso no les impidió desplegar su juego, mostrando su fuego sagrado y su amor por la celeste y blanca.

‘Ese mundial fue un antes y después, abrió la puerta al éxodo de jugadores muy grandes. Desde ahí muchos jugadores se fueron a jugar a Europa quedándose mucho tiempo en el viejo continente’, contó el ex campeón del mundo, quien tras el hito deportivo tuvo la oportunidad de irse a jugar al exterior.

Agüero recordó que ese equipo no le permitía relajarse a ninguno de los que eran titular, ya que había dos jugadores más por puesto, en la competencia sana que fortaleció al plantel que luego en un Aldo Cantoni gritaría campeón.