El delantero de Boca, Ramón Avila, que ayer malogró un penal, habló de la difícil situación que vive.

Tras el triunfo ante Newell's, "Vengo golpeado hace varios meses, porque tuve la mala suerte de que mi hermano se quitara la vida en la casa. Había que pedir ayuda, porque tenía depresión. El dolor es mucho y tenemos mucha tristeza en mi familia. Hay mucha gente que la pasa mal y no la puede contar, y eso es muy triste", dijo el futbolista al borde de las lágrimas.

"Por eso le digo a la gente que hay que pedir ayuda. La salida siempre es hablar y ofrecerte a las personas que te quieren de verdad para salir de esa angustia", confesó.

Y después habló de Diego. "Nos enteramos en el almuerzo en Brasil y cuando tuvimos la confirmación la tristeza fue inmediata y no teníamos ganas de jugar el partido con Inter", recordó.

"Pero estoy agradecido de estar en Boca y darle este homenaje del lado de adentro. Vamos a recordarlo por siempre y ojalá todo el mundo lo haga", cerró.