La arbitra de Rugby que hace de la autoexigencia un repelente a las críticas
Amelia Zavalla es una ex jugadora que en muchas oportunidades la mandaron a lavar los platos por ser mujer, cuando estaba dirigiendo un partido. Aprendió a hacerle frente a cualquier prejuicio con su desempeño.
Amelia Zavalla es arbitra de rugby y dirige en San Juan. Está bien considerada por sus colegas mujeres y hombres, incluso fuera de la provincia. Y aunque esta actualidad la ponga orgullosa y la aliente a seguir creciendo en lo que hace, no puede olvidarse todo lo que le costó llegar hasta donde llegó y cómo lo consiguió.
En su visita a La Pelota Afuera, la ex jugadora contó que desde chica descubrió su amor por el rugby. Su hermano mayor sin querer fue el encargado de trasmitirle dicha pasión, puesto que tuvo un paso fugaz por la disciplina cuando vivían en Estados Unidos con toda su familia.
Allí, donde Amelia se crio, le empezó a picar ‘el bichito’ de empezar a competir, y si bien en su casa no le hicieron problema ya que el rugby femenino para esa época ya era cosa seria, siempre le costó las diferencias que hacían los hombres para con ellas.
De regreso a San Juan, con la adultez sobre la espalda y siendo ya ex jugadora, quiso fundar escuelitas de rugby femenino, o por lo menos categorías para sentar los cimientos. Le fue realmente muy difícil. Los clubes le cerraron las puertas, solo Josckey Club San Juan y Huaziul les levantó el pulgar.
Con ese afirmativo el rugby femenino empezó a practicarse y luego a jugarse en la provincia. Ella fue muy responsable de que la disciplina creciera en estas tierras. Sin ella seguramente hubiese costado mucho más, pero, a pesar de innumerables críticas decidió seguir.
Luego vendría el momento de hacerse arbitra y de nuevo las críticas volvieron a escena. Obviamente, lo medular de las acusaciones era el género, aunque a veces los clubes trataban de disfrazar sus auténticas razones.
Fue así que clubes pedían que no las dirija nunca más por un supuesto fallo errado. Lo cierto, es que a estas instituciones no les gustaba para nada que quien tuviera la responsabilidad de impartir justicia en el partido que les tocaba jugar, fuera una mujer.
Frente a todas estas situaciones, Amelia sabía que debía hacer algo. Eligió hacerse fuerte y con la ayuda de un psicólogo deportivo, que a su vez es su jefe, se mentalizó en ser muy autoexigente para en su referato. ‘Me mato’, aseguró.
‘Hay siempre frustraciones por cosas que no salieron en un partido, después del encuentro haces un análisis y te vas dando cuenta de cómo lidiar con esas frustraciones y críticas’, expresó la reconocida arbitra de rugby.
Quien luego agregó: ‘La mejor manera es de demostrar que puedo y que se puedo mejorar, es autoexigiendome. Además, no todo depende de mí en el campo de juego, sino también de situaciones que se dan y los demás protagonistas tienen diferentes responsabilidades’ , aseguró.
Amelia aseguró que la mejor manera que encontró de repeler todas las críticas injustificadas era autoexigirse y capacitarse siempre. Es decir, que por ser mujer le pegaban, pero mejoró aún más su desempeño y logró acallar muchas voces, aunque en varias oportunidades desde las tribunas las mandaron a lavar los platos.
La arbitra contó que cuando es convocada para dirigir un encuentro, estudia a los dos equipos para tener en claro cómo puede darse el desarrollo del partido. Cómo juegan ambos y que particularidades tienen. Luego, llega la hora de estar tranquila en el desarrollo del juego y que fluya lo más que se pueda, pero con concentración.
El post partido lo trabajan con sus compañeros y compañeras revisando el partido y señalando el porqué de decisiones puntuales. Marcarse los errores para luego trabajar en ellos. Analizar si cumplió los objetivos que se puso antes del partido, y si no se cumplieron porqué.
‘Es una cuestión de no rendirse. Es lo que quiero hacer y lo voy hacer cueste lo que cueste. Además, lo veo como una gran responsabilidad, porque sé que yo tengo mucho peso, y si yo hago las cosas bien y no me voy de esta actividad no se va a perder muchos de los avances que logré con el rugby', manifestó.
En ese sentido, Amelia aseguró que la cantidad de chicas sanjuaninas que se están animando a sumarse a los equipos es cada vez mayor. Desde los 13 años empiezan a ver que pueden hacerlo, puesto que antes solo juegan mixto, y este cambio siempre les cuesta a las jugadoras.