‘No me gusta el VAR porque perjudica al árbitro, le quita credibilidad’, fue la contundente frase con la que una experimentada del arbitraje sanjuanino definió el uso de la tecnología en el fútbol. Para Rosana Paz este sistema les quita legitimidad a los árbitros en el campo de juego.

En su visita a La Pelota Afuera, la reconocida arbitra sanjuanina dejó en claro que, en casos de mundiales, como el caso del que se está jugando en tierras cataríes, si ayuda porque todo está más organizado. Sin embargo, de inmediato volvió a recalcar que expone a los árbitros ante ciertas situaciones de juego que se le escaparon.

‘La tecnología es más rápida que los seres humanos, eso es inevitable. Nosotros tenemos segundos para tomar decisiones y muchas veces es difícil. Además, hay que contar que no somos perfectos y muchas veces nos equivocamos, por lo que la tecnología va mucho más rápida que nosotros y muchas veces deja expuesto al arbitraje’, manifestó Rosana.

 La experimentada arbitra sanjuanina señaló la manera de luchar contra las críticas a los arbitrajes siempre será la de prepararse más. En ese sentido, Rosana contó que siempre antes de los partidos estudia a los jugadores que va a enfrentar, que se juega cada uno de los equipos y en donde dirige para tener un panorama amplio del encuentro que podría darse.

El arbitraje en San Juan y la actualidad del fútbol local teñida de violencia:

El fútbol sanjuanino hace meses que es sinónimo de violencia. Ya sea en el campo de juego, como afuera, en los últimos tiempos se dieron muchos casos que expusieron la manera muchas veces descarnada con la que se viven los partidos en las canchas locales. Sobre esto, Rosana aseguró que es difícil lo que les toca vivir cada fin de semana que les toca dirigir, y que están muy expuestos los árbitros y arbitras en los estadios.

Siguiendo por esa línea, la reconocida arbitra recordó un duro episodio que le tocó vivir en la cancha de Marquesados. En un partido de fútbol local, en 2019, a Rosana le arrojaron agua caliente desde las tribunas del local. A tres años de ese episodio, señaló que en ese momento ‘todo fue muy fuerte’, y que a pesar de que se le pasaron muchas cosas por la cabeza, ninguna de ellas fue dejar de arbitrar, sino que el hecho le dio aún más fuerza para continuar con su pasión que es el arbitraje.

Rosana dejó en claro que el apoyo en ese momento solo lo tuvo de parte de su familia en un 100%, y de algunas personas vinculadas con el arbitraje, entre las que se contaron con los dedos los colegas que se solidarizaron con lo que le sucedió.

‘No aceptan que una mujer dirija en una cancha’, señaló la arbitra. Incluso, luego sostuvo que en varias oportunidades recibió insultos y descalificaciones por partes de hombres que no aceptan que una mujer pueda dirigir un partido de hombres. ‘Creen que para esto no servimos, que solo podemos lavar los platos’.