Norris dio la sorpresa y entró en la historia de la F1
El británico se quedó con el primer GP de Estados Unidos del 2024, consiguiendo así la primera victoria de su carrera en la elite del automovilismo mundial.
El Gran Premio de Miami pintaba para ser otra carrera en la que ganaría Max Verstappen (Red Bull). Es que el tricampeón largó adelante, se escapó y sólo supo de sus perseguidores al momento de parar en boxes. Sin dudas habría sumado una victoria, pero hubo un invitado inesperado en esta fiesta tropical: el safety car. La salida del auto de seguridad hizo que Lando Norris (McLaren), que aún no había parado y lideraba la carrera parcialmente, saliera de boxes puntero. Y de ese lugar, aun con la persecución incesante del neerlandés, no se bajó más. Pasada la bandera a cuadros, el británico pudo decir por primera vez en su carrera que es un ganador de Gran Premio de Fórmula 1, entrando en la historia de la categoría.
No muchas veces el piloto de 24 años estuvo a tiro de la victoria. En una de esas ocasiones, peleando mano a mano con Lewis Hamilton (Mercedes), se largó una tormenta torrencial en Sochi por la que se despistó y lo perdió todo. Un pecado de la inmadurez, quizás -el equipo lo había llamado para cambiar a gomas de lluvia y él se rehusó a parar-. Tres años después, en un nuevo cruce con un campeón mundial, Norris probó haber ganado en experiencia y aplomo.
Cuando estaba proyectado que quedara por detrás de su compañero, Oscar Piastri, y de los Ferrari de Charles Leclerc y Carlos Sainz, Lando demoró la parada en boxes esperando el milagro y se dio en la vuelta 29: Logan Sargeant (Williams) y Kevin Magnussen (Haas) se pegaron una piña que provocó la salida del safety car. Entonces, la escudería británica se movió rápido, lo metió en los pits y salió por delante de Verstappen. Hasta ahí, un juego de azar y estrategia. Con la mitad de la carrera por delante, sólo la muñeca y el motor harían que mantenga la posición.
Norris pudo aguantar al campeón e incluso ampliar distancias para ponerse a salvo de sus ataques (hacia el final del Gran Premio, la diferencia fue de 7s612). Coronado el triunfo, el británico descargó las tensiones de cinco años sin subirse al primer escalón del podio, el cual había visitado en 15 oportunidades hasta este domingo: ‘Ya era hora, ¿no? ¡Qué carrera! Lo estaba esperando desde hacía mucho y finalmente lo logré. Estoy muy feliz por todo el equipo, por fin pude rendir para ellos’, declaró.