Lanús volvía a jugar de manera oficial después de siete meses de inactividad por la suspensión del fútbol debido a la pandemia del coronavirus. La vuelta a las canchas era frente a San Pablo, uno de los grandes del continente, que venía de quedar eliminado de la Copa Libertadores y debía levantar la pésima imagen dejada en el otro torneo. Pero nuevamente no hubo diferencias entre un equipo sin rodaje y otro, el brasilero, que acumulaba en sus espaldas 45 partidos. Es más el equipo de Zubeldía tuvo hasta mejor cierre de partido desde lo físico que fue lo  que le terminó dando la agónica victoria 3-2 como local.

El partido iba a comenzar complicado para Lanús, porque a los 12 minutos, en la primera llegada de peligro de San Pablo, el equipo brasilero iba a ponerse en ventaja. Un error en la defensa del Granate aprovechado por el equipo paulista dejó al delantero brasilero Brenner con el arco a disposición para que desde la puerta del área y con un simple toque mandara el balón al fondo del arco. El equipo de Zubeldía sintió el golpe y le costó entrar en partido después de ese gol. Apenas algunas llegadas pero sin tanto peligro sobre el arco brasilero hacía presagiar que iba a costar remontar el resultado.

Pero en la segunda mitad iba a cambiar la mentalidad Lanús y además rápidamente iba a conseguir el empate. Cuando no, José Sand iba a capturar un mal rechazo de la defensa de San Pablo tras un centro del defensor Di Plácido, y casi debajo del arco puso el 1-1. El partido no solo se emparejaba en el resultado sino también en el juego. Poco se notó los millones de dólares de diferencia invertidos por el equipo brasilero contra un equipo plagado de juveniles salidos de la propia cantera granate. Sin embargo lo mejor quedó para el final. Se jugaban 39 minutos y cuando todo se encaminaba para el empate otra vez Sand marcaría para Lanús. Con una muestra de experiencia y categoría, el correntino bajó la pelota en el área grande de espaldas al arco, giró bajó la presión de un defensor y colocó el remate al ángulo. El 2-1 ahora sí parecía historia definida.

Aunque no fue así, es que nuevamente el equipo de San Pablo se fue en busca del empate y lo logró a través de un remate inatajable de Brenner que se colgó en el ángulo. Con el 2-2  a los 42 minutos otra vez todos pensaba que ya no habrían más sobresaltos en el resultado. Pero Quignon con un cabezazo tras un tiro libre a los 47 minutos iba a desatar la alegría de Lanús porque marcaba el definitivo 3-2.

El próximo miércoles el Granate deberá defender esta ventaja en el Morumbí para clasificar a la próxima fase de la Copa Sudamericana. Para que suceda eso Lanús deberá empatar o ganar en tierras brasileras. El partido se jugará a partir de las 19.15