Sebastián Galleguillo, el nadador hipoacúsico que conmovió al país
Conocé la emocionante historia del atleta que fue sorprendido por sus padres con el acto de amor más bello.
Tras 77 días de cuarentena, al ver la tristeza de su hijo, un nadador hipoacúsico que esta imposibilitado de practicar su deporte, sus padres decidieron construirle su propia piscina en el propio patio de su casa. La historia que conmovió al país se conoció a través de algunos medios nacionales y Canal 13 se contactó con Sebastian Galleguillo para conocer las repercusiones que se generaron luego de que se viralizara el acto de amor que recibió por parte de sus padres, Marta Galleguillo y Edmundo César Hernández.
"Yo nunca pensé que iba a pasar esto, mis papas me hicieron la pileta para que pudiera entrenar. No fue con un fin para que los canales lo empiecen a mostrar, yo extrañaba entrar a la pileta, extrañaba abrazar el agua", comenzó su relato Sebastian.
Luego Edmundo, el papá del nadador explicó que no se imaginaba lo que se generó luego de la viralización. "Para nosotros era resolver un problema que estaba atravesando nuestro hijo, que Sebastian no pudiera entrenar en el agua. Todo surgió después de una ‘loca idea de la mamá’, como dice Sebas, se le ocurrió una noche hacer la pileta y al otro día salimos a buscar los materiales, teníamos troncos, chapas, plásticos y arrancó la idea, en tres días paramos una pileta" contó con orgullo su padre, en diálogo con Compacto 13.
"Uno por los hijos hace hasta lo imposible, nosotros por suerte contábamos con el espacio y por suerte lo pudimos hacer. Gracias a Dios y las locas ideas de mami", agregó el papá de Sebastian.
El nadador manifestó que al principio de la cuarentena pensó que iba a tomarse unas vacaciones de la pileta, pero luego con el correr de los días comenzó sufrir la falta nadar en el agua. "Al extenderse la cuarentena entrenaba lo físico pero no era lo mismo, extrañaba el agua, yo corría pero no era lo mismo. Hay ciertas cosas que afuera no puedo hacer, no puedo agitarme de la misma forma que uno lo hace en el agua", indicó.
Me agarraron bajones porque no podía meterme, estaba encerrado en mi pieza. Uno venía con una constancia de entrenamiento y me empecé a comer la cabeza porque no podía entrenar. Me encerraba en mí mismo, no hablaba con nadie hasta que a mi mamá se le ocurrió la idea. La verdad que en el momento no pude expresarme para agradecerles, ahora lo aprovecho para decirle gracias tanto a papi como a mami", dijo Sebastian
La mamá contó que el proceso duró tres días y consistió en clavar troncos en el piso, luego poner chapas usadas y plásticos alrededor de la piscina, para después colocar un plástico como recipiente que contiene el agua. Marta Galleguillo contó con orgullo que el primer gasto que hicieron fue comprar 15 metros de nylon, que los colocaron con una media sombra que tenían.
"Después compramos 15 metros más de nylon, le pusimos el techo y después volvimos a comprar 15 metros más y la terminamos de cubrir toda. La compramos en tres partes para no irnos de presupuesto, ya tenemos toda la pileta cerrada", indicó.
Como dato de color, los padres de Sebastian contaron que tienen familia en la provincia de San Juan. Una parte vive en la Villa Obrera, mientras que la otra parte vive en Rawson. “Nosotros nos conocimos en Buenos Aires porque mi mama vino joven a Buenos Aires, dijo la mamá
Luego Sebastian expresó que el primer día que estaba llena la pileta se metió sin pensarlo. Decidió realizar un pre calentamiento en la previa y cuando se tiró, el agua estaba muy helada, pero se mordió la lengua, no dijo nada, porque pensó en el esfuerzo que hicieron sus padres. “Yo re ingenuo le pregunte esta helada el agua papi, y Sebas me contestó como si fuera una cabra no (temblando del frio)", dijo Edmundo con mucha simpatía.
Después de ese día, se dieron cuenta que había que ingeniarse una forma de calentar el agua de alguna manera. Marta explicó el proceso: "Agarramos un tanque viejo y conectamos a un tacho con leña encendida al que le pusimos una serpentina”. De esa forma, cada vez que Sebastian va a nadar, una hora antes vierten el agua caliente para templar la pileta.
Sebastian relató que para él la natación es todo, es su vida. "Hoy en día soy lo que soy gracias a la natación, el deporte me ayudó en todo, en mi salud y mentalmente. Asimismo mencionó que sus padres son sus ídolos. "Mis viejos me enseñaron que por un hijo se da todo. Por más difícil que sean las cosas, mis papas se criaron familias con las cuales quizás no siempre los apoyaron. Conmigo hicieron las cosas que a ellos no los pudieron acompañar", dijo con orgullo.
Por último, quiso compartir el mensaje que le dejaron sus padres con ese hermoso acto de amor manifestado. "Mis viejos me enseñaron que siempre debo mantener mi humildad y siempre debo estar dispuesto a ayudar las personas. Pero lo tengo que hacer bien, de corazón y no porque alguien me obligue. Así que el día de mañana cuando tenga mi familia, lo haré como ellos me enseñaron, dándole todo a mi familia", concluyó.