El Gobierno nacional que conduce Javier Milei, dispuso un período de transición para la implementación de la Canasta Básica Energética, que iniciará el 1 de junio y se extenderá hasta el 30 de noviembre. Durante ese período se revisarán los subsidios a la electricidad y el gas para los hogares de ingresos medios y bajos. Por lo tanto, las autoridades recomendaron que los usuarios residenciales vuelvan a empadronarse en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE).

Por entonces, continúa vigente la segmentación de los hogares en tres niveles: los N1, de ingresos altos, que ya vienen pagando tarifa plena por el servicio de electricidad y gas; los N3, de ingresos medios, que tienen un cierto consumo subsidiado y, por encima de ese tope, también pagan tarifa plena; y los N2, que mantienen el subsidio sobre el total de lo consumido en ambos servicios.

Lo que buscan con este período de transición es reducir la cantidad de usuarios con subsidios, que hoy superan los 10 millones, ya que los N2 y N3 representan el 70% del total y están pagando entre el 15 y el 20% del valor real del gas y el 5% de la electricidad. La idea es empezar a transitar el camino para que sólo tengan el beneficio quienes realmente lo necesitan.

El Gobierno nacional eliminó el tope a los aumentos de las tarifas, que se habían fijado en 2023 (no podían exceder el 40% del Coeficiente de Variación Salarial del año anterior), lo que implica que ya no habrá límites para las subas en las facturas.

Si bien no está confirmado, la transición podrá extenderse por otros seis meses más (es decir, hasta el 31 de mayo de 2025), y, cuando se concluya, se implementará la anunciada Canasta Básica Energética, un esquema que prevé que sólo perciban subsidios aquellos hogares que deban destinar más del 10% de sus ingresos a cubrir los consumos razonables de electricidad y gas, según la zona donde se encuentre la vivienda.