El gobierno electo de Alberto Fernández está preparando un aumento de salarios para trabajadores en relación de dependencia -al menos en los niveles más postergados-, las jubilaciones y los planes sociales, con la intención de fortalecer el poder adquisitivo, despertar el consumo y poner en marcha la economía interna.

Así lo habría transmitido el potencial futuro ministro de Trabajo de la Nación, Claudio Moroni, en una reunión llevada a cabo el martes pasado con la cúpula de la CGT en la sede de ATSA. Según publicó el diario Ámbito Financiero, la modalidad del aumento no sería un bono extraordinario por $5.000 como aplicó la gestión de Mauricio Macri en 2018 y en 2019, sino imitar medidas que ya emplearon Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.

Es decir: que el aumento consista en una suma adicional no remunerativa y no bonificable, pero que se integre de manera permanente al salario, la jubilación o el plan social, con la intención de que todo el dinero vaya al bolsillo del ciudadano en momentos en que el consumo está deprimido y la economía, en recesión.

Se barajan dos posibilidades para efectivizar la medida. La primera es el consenso, a través de una convocatoria rápida al Consejo del Salario, apenas asuma Fernández el 10 de diciembre. La segunda alternativa sería directamente un decreto de necesidad y urgencia, si es que el diálogo no garantizara la celeridad suficiente.

La preocupación subyacente a este plan es que los precios en las góndolas sufran nuevos aumentos "preventivos", ante la certeza de que habrá algo más de dinero en circulación, atento a los antecedentes recientes e históricos del país. El asunto, por el momento, se planteó en la mesa de la CGT y el futuro ministro albertista. Pero no trascendió qué mecanismo aplicarían para prevenir la remarcación.