El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) tiene previsto informar este jueves la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente al mes de diciembre. Las estimaciones de consultoras privadas sitúan la inflación en un rango entre el 25% y el 30%, cifras que, de confirmarse, ubicarían el acumulado anual por encima del 200%, un nivel de tres dígitos que Argentina no experimenta desde la hiperinflación de 1990.

En contraste, la Dirección General de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires reportó el pasado lunes que la inflación en diciembre fue del 21,1% en el distrito porteño, con un acumulado anual de 198,4%, una cifra menor a las proyecciones privadas.

En el desglose por rubros en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los mayores aumentos en diciembre se registraron en Alimentos y Bebidas no Alcohólicas (30,4%), Transporte (30,4%), Restaurantes y Hoteles (19,8%), y Vivienda, Agua, Electricidad, Gas y otros Combustibles (11,6%).

La inflación porteña, aunque elevada, sorprendió a analistas que esperaban un porcentaje cercano al 30%. Este último porcentaje podría considerarse como un logro significativo según declaraciones del presidente Javier Milei.

Diversas mediciones privadas, como la del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), estiman la inflación de diciembre en 24,3%, llevando el acumulado anual a un 207,7%, la cifra más alta desde la hiperinflación de 1990.

La consultora Eco Go proyecta una inflación del 29,4% en diciembre, con un aumento interanual de 222,8%. La consultora LCG estima un 28% para el último mes del año, con un acumulado anual del 218%. Mientras tanto, el IPC de la Fundación Libertad y Progreso reporta un aumento del 29% en diciembre y un acumulado anual del 219%, la cifra más alta desde 1990.

Las causas del aumento en diciembre se atribuyen al drástico salto en el tipo de cambio el 12 de diciembre, así como a la desregulación de ciertos precios que estaban contenidos. La liberación de precios, que anteriormente estaban artificialmente atrasados, ha generado presión adicional sobre la inflación. La subida del 35,5% en los alimentos ha sido una de las principales contribuyentes a este incremento.