Contra todo pronóstico, la cuarentena terminó dándole un empujón sin precedentes al vino de mesa, que registró un incremento del 52% en el primer semestre argentino en cuanto a las exportaciones, pero también impactó fronteras adentro. Desde el Instituto Nacional Vitivinícola (INV), Hugo Carmona señaló que esto trae alivio, por un lado, y obliga a preparase para lo que viene, por otro. 'Estamos volviendo a levantar lo que venía en caída libre', dijo en Banda Ancha.

'Junio arroja un 25,5% de diferencia en relación al mismo periodo del año pasado (72.902.352 contra 91.528.679), algo que hace un acumulado desde enero a julio (primer semestre) un incremento del 7%', indicó Carmona. Para el funcionario del INV, claramente la gente se volvió al consumo de vino. 'Estamos atentos a lo que pueda venir sobre todo porque también hay incremento en las exportaciones.

Esto, se traduce en un alivio en el stock de vino, ya que con la venta y el consumo puede subir el valor. Con un mayor valor en toda la cadena productiva, el impacto se siente hasta en la parte más baja, se decir en los viñateros.

La expectativa que trae este repunte genera esperanzas en el sector. Carmona destacó que el rubro viene de años negros: 'A partir del 2019 hubo mejora, de estar a 19 litros de consumo habitante por año, estamos repuntando progresivamente. Empezamos enero con un 10%, un 6% en febrero, y con marzo cuando llegó la cuarentena pensamos que se iba a desplomar todo por el cierre de los gastronómicos que consumen el 30%', señaló.

Sin embargo, el consumo hogareño por la vuelta del almuerzo y la cena familiar, hizo que subiera sobre todo en envases grandes. 'El consumo de litro a litro y medio creció un 37%, la gente eligió volúmenes grandes a un menor precio, esto hizo que niveláramos el consumo', dijo.

'Creo que la gente empezó a descubrir el vino nuevamente y a lo mejor hay nuevos consumidores. El llevarlo a casa, el delivery de vino, es algo que creo que llegó para quedarse', sentenció.