Este jueves por la tarde, un supermercado mayorista del Gran San Juan exhibía, a través de un cartel, la limitación de compra para dos productos esenciales que están incluidos en la canasta básica: leche y harina. Con algunos antecedentes de por medio y en un contexto inflacionario importante para el país, resulta extraño este tipo de acciones por parte del comercio, sobre todo si se convierte en la antesala de una posición más numerosa.

Es que, desde hace dos años, la inflación del país marcó fuertemente los precios y, por ende, las acciones de los supermercadistas. En el 2018, la inflación interanual fue del 47,6%, casi el doble que el 2017. Este año, con octubre incluido, la inflación acumulada alcanzó el 42,2% según estadísticas oficiales. Es más, se espera que al terminar el año se alcancen los números del año pasado.

Por otro lado, este jueves, Diputados aprobó la Ley de Góndolas, una iniciativa que regula el comportamiento de artículos dentro de los supermercados. Si bien la medida alcanza solo a las cadenas nacionales, es desatinado pensar que hay algunas reacciones de comercios locales.

Finalmente, el remarque de precios, la suba del dólar y hasta el acopio de artículos es algo que se espera, al menos en teoría, para un cambio de Gobierno. Si para cada una de las elecciones, hubo reacciones en los mercados que terminaron impactando sobre el bolsillo de los consumidores, esta actitud puede ser una previa de la asunción de la nueva presidencia.

Fuera de toda conjetura, lo cierto es que alguien ya tiró la primera piedra. Habrá que ver cuantos más se suman.