Con la reciente asunción del Inácio Lula Da Silva a la presidencia de Brasil resurge una idea que tiene su origen en la creación del Mercosur en 1991, que podría tener muchos beneficios para la región, aunque no quedaría exenta de dificultades. Las fluctuaciones en el mercado internacional por el proceso inflacionario global post pandemia, acentuado por la guerra en Ucrania, evidencian el efecto de arrastre que provoca desastres en los países que tiene su económica atada a monedas extranjeras.

Canal 13 consultó con el economista Gerardo Mestre, quien explicó cuáles pueden ser las posibles ventajas, sobre todo para la Argentina frente a esta posibilidad. “La posibilidad de hacer transacciones directas ente Argentina y Brasil que son dos socios fuertes del Mercosur que se acrecentarían, más aun si se agregaran los otros países que lo integran”, expresó.

En ese sentido aseguró que se facilitarían las transacciones en términos de importación, exportación e inversiones ya que se podría prescindir del dólar, ya que algunas naciones del Cono Sur tienen problemas de reservas. El efecto del precio de la moneda estadounidense en el mercado cambiario de los diferentes estados, bajaría y se estabilizaría por una menor demanda.

“Si gran parte del comercio internacional se daría en otra moneda que no es el dólar, el mercado cambiario argentino experimentaría un beneficio que podría trasladarse a menos presión inflacionaria por el tipo de cambio”, agregó el especialista.

Otro de los beneficios que identificó es la imagen de la región, un aspecto no menor, del cual nuestro país podría secar un redito interesante. “Brasil por ser la economía de mayor tamaño en términos de PBI seria la que reflejara la imagen de la nueva moneda en el mundo y nosotros por inercia entraríamos en eso. Le daría un espaldarazo y una visión de mayor fortaleza institucional, que llamaría inversiones”, dijo Mestre.

“Llegar a un acuerdo de esa naturaleza no es tan sencillo”, remarcó el economista y puntualizó sobre el ejemplo europeo “muchos países que se quejan de haber perdido la soberanía monetaria como Grecia o Italia, pero quien lleva la referencia es Alemania que tiene un PBI gigante y una eficiencia en su economía y se los errata a los otros, eso podría pasar acá”.

Esto implicaría la creación de un organismo supra nacional y las naciones deberían renunciar a su soberanía monetaria, “esto impediría que puedan emitir o ante una crisis sacar el dinero de circulación”.

Aseguró que es necesaria una compatibilización de las estructuras económicas de los países, no necesariamente en términos de PBI, sino en poder coordinar y consolidar el carácter complementario de las relaciones regionales, algo en lo que la Argentina y Brasil ya viene trabajando hacer 20 años.

Esta coordinación también pasaría por que cada uno de los integrantes pueda tener una política de equilibrio fiscal, “no le va a ser de ninguna gracia a Brasil que tenga equilibrio fiscal cuando los otros no lo tienen”.

En este sentido, con Brasil como motor, empujaría a los demás países a seguir la senda de la eficacia, eficiencia y equilibrio fiscal.  “Muchos economistas piensan que a la Argentina sería uno de los que menos le costaría, hace falta liderazgo y siempre Lula ha tenido ese pensamiento y esa dirección, Latinoamérica es una región muy rica y tiene todos los recursos por explotar”, finalizó.