Hace algunas semanas que tomó fuerza la posibilidad de que el acuerdo de diversificación vitivinícola que existe entre San Juan y Mendoza llegue a su fin. La idea está desde ambos lados de la provincia para ocasionar la ruptura y finalización de ese acuerdo que permite establecer qué porcentajes de las cosechas se destinarán para mosto, vino y uvas de mesa. Pero la situación y las conversaciones se enfrían por estos momentos, pero se mantiene la intención de ponerle fin al acuerdo interprovincial.

El ministro de Producción de San Juan, Gustavo Fernández y su par mendocino Rodolfo Vargas Arizu, desde hace semanas vienen teniendo conversaciones y acercando posturas para ponerle punto final al acuerdo antes mencionado.

La intención que tienen desde los gobiernos provinciales es que en el marco de las desregulaciones que se llevan adelante en el país, el sector vitivinícola también se rija por lo que necesita y precisa el mercado, en materia de diversificación, es decir el destino de las uvas.

Si bien la intención de que esto se concrete está desde ambos lados, se enfría por estas horas por un simple motivo: el fin de la temporada.

Al estar transitando los últimos días de la temporada de cosecha, las conversaciones continuarán pero ahora sin la urgencia ni la necesidad de que se concrete de manera rápida, por lo que se ralentizarán las charlas.

Lo que buscan es que el propio mercado regule y defina el destino de las uvas que van para vino, para mesa y lo que se destina a mosto, algo que por ahora se fijaba un mínimo y pese a eso, San Juan casi siempre mandó más a mosto.

Este último año se estableció un 17% para destinar a mosto mientras que el pasado fue del 12% pero desde el lado mendocino el número final fue menor a lo fijado, producto de la baja cosecha.