El martes de la semana pasada el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, anunció un paquete de medidas económicas que implicaban una devaluación de la moneda argentina. Desde ese entonces, cuando el dólar pasó de casi 400 pesos a 800, en la misma tarde hubo carnicerías que subieron los precios de manera indiscriminada. La reacción de los sanjuaninos fue de evitar comprar y eso motivó a que se desplomen las ventas, algo que ya comenzó a hacer efecto.

Los precios de los cortes comenzaron a bajar en muchas carnicerías aunque en algunas se observan precios elevados, aunque compensan con algunos cortes más baratos.

Comprar una punta de espalda pasó a costar 9.200 pesos la semana pasada y como se trata de un corte que no se fracciona, sino que se vende completo, adquirir una punta costó alrededor de los 20 mil pesos, en caso de ser chica. Mientras, los cortes conocidos como ‘blandas’ pasaron la barrera de los 8 mil pesos el kilo.

La ausencia de clientes en las carnicerías comenzó a generar su efecto y algunas ya muestran en sus carteles precios con un 15 o 20 por ciento por debajo de lo que fue la semana pasada.

En carnicerías de la zona de Trinidad se puede encontrar la Punta de espalda a 8 mil pesos el kilo, un Ojal de costilla (vacío) en 7.800 pesos y otros cortes como Marota, Tapa de nalga y Matambre en 6.900 pesos, mientras que estos últimos cortes en carnicería céntrica que posee frigorífico propio se encuentra en 6.200 pesos. La Tapa de asado y Asado de carnicero se pueden conseguir entre 6800 y 7500 pesos el kilo. Y en otros casos, los cortes de asado a casi 6 mil pesos. Si bien los precios tampoco son bajos, están por debajo de los números que hubo la semana pasada.

Algunos frigoríficos y carnicerías se han mantenido en los precios de la semana en la mayoría de los cortes pero en algunos otros mostraron un descenso, llegando a encontrar el kilo de costilla en 5 mil pesos, como ejemplo.

En la periferia también se pueden conseguir cortes que oscilan entre los 6 y 7 mil para cortes correspondientes a asado y blandas, sobre todo zonas donde predominan los trozaderos como es frente al Mercado Concentrador de Rawson, algo que se puede conseguir también en carnicerías más pequeñas, sin salir de Capital o Gran San Juan.

La realidad indica que el incremento de precios condujo a que los sanjuaninos dejen de adquirir la cantidad de carne que solía hacer (pese a la crisis) y las carnicerías con tanto mercadería que no pudieron sacar, tuvieron que comenzar a bajar los precios, aplicando la ley de oferta y demanda. Ahora será cuestión de cómo continúan impactando las medidas y la forma en la que las personas cuidan el bolsillo para determinar si la carne sigue en su curva descendente en el precio.