Este martes, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se refirió al rechazo de los bonistas a la propuesta de reestructuración de la deuda argentina. Afirmó que “eran esperables” las expresiones de rechazo de los grupos de acreedores. El funcionario, en diálogo con El Destape Radio, sostuvo que "la otra parte busca presionar para que la Argentina ofrezca más, pero ofrecer más no se puede porque no es sostenible y eso es algo que no vamos a hacer”.

Este miércoles 22 de abril, vencen los bonos Globales 2021, 2026 y 2046. Se trata de tres papeles en moneda extranjera y regidos por tribunales del exterior. Estos papeles, se encuentran incluidos dentro de la propuesta que fue presentada la semana pasada en la Comisión Nacional de Valores de los Estados Unidos.

En este sentido, adelantó que la Argentina “ya está en una situación de virtual default” y sostuvo que “buscamos tener un programa nuevo con el FMI que implique no tener que pagarle nada de capital en los próximos tres años” y aún más allá de 2023.

El ministro explicó que “se analizó cuánta deuda se puede pagar, qué es sostenible, cuál es el sendero fiscal y comercial que el país puede sostener”, en forma previa al impacto del coronavirus “y ahora se nos presenta esta situación, que tiene efectos muy negativos sobre toda la economía mundial y la Argentina”.

“Hay baja precisión sobre hacia dónde va el mundo; nosotros revisamos y ajustamos las mediciones hacia abajo, pero antes del coronavirus ya estimábamos que no se podía pagar nada en los próximos años, por eso la oferta que realizamos incluyó un período de gracia de tres años”, dijo Guzmán.

Definió al respecto que “si (antes) no se podía pagar nada, con el coronavirus, menos aún, pero menos que nada también es nada”.

“Apostamos a que en algún momento se resuelve esto en el mundo y se puede pagar, pero esto tiene que estar alineado con la idea de que la economía argentina se ponga de pie, se recupere y esa recuperación no se vea ahogada por los pagos de deuda”, advirtió el titular del Palacio de Hacienda.

Insistió en que “lo que proponemos es responsable, porque es un compromiso que se puede cumplir” y comentó que “ya hubo bastantes conversaciones con los acreedores, de modo que ya había una idea bastante precisa de qué esperar”.

Guzmán agregó que “se ha discutido mucho sobre la capacidad de pago de la Argentina y no nos pusimos de acuerdo con los acreedores. Dicen que el país debería profundizar el esquema de austeridad fiscal, de contracciones en el cual debería generar confianza en ellos y acceder a financiamiento más barato, entonces el país va a poder crecer más”.

“Pero eso nunca ocurre, no venía ocurriendo, por el contrario la economía colapsó bajo el gobierno anterior y nosotros bajo ningún punto de vista le vamos a dar continuidad a ese camino”, aseguró el ministro. “Ya estaba claro, añadió, lo que la Argentina podría ofrecer, porque hubo muchas discusiones, y está claro que ellos -en referencia a los bonistas- aspiran a otra cosa, pero lo que estamos haciendo es proteger a la Argentina y hacer una oferta responsable”.

Según Guzmán, “ellos conocían el análisis de la sostenibilidad de la deuda, recordemos que el Ministerio de Economía lo publicó, también hubo presentaciones formales a los acreedores y hubo negociaciones bajo los parámetros de ese análisis de sostenibilidad. De ahí a hacer una oferta es cuestión de hacer cuentas, y esta gente sabe hacer cuentas, entonces es sencillo”.

“Lo que ofrecemos es sobre la base de la buena fe, porque es un compromiso que podemos cumplir al mismo tiempo que cumplimos con el compromiso más importante, que es el de proteger a las argentinas y los argentinos”, ratificó el ministro.

Remarcó luego que “la oferta es la que es” y los bonistas “piden algo insostenible, incluso uno de los grupos (de acreedores) presentó una oferta que implica cero quita de interés y cero quita de capital, simplemente reacomodar pagos de intereses en el tiempo, una dinámica que el país no puede enfrentar”.

Guzmán consideró que “tampoco se pueden pagar los montos que la Argentina enfrenta con el FMI, ya que no hay capacidad de pago ni acceso a los mercados”.

“La premisa del acuerdo del gobierno anterior era que la entrada en escena del Fondo Monetario iba a generar un shock de confianza, los acreedores iban a ver que había más plata, más dólares en la economía argentina y eso los iba a hacer creer más en el país”, recordó.

Pero eso, concluyó Guzmán, “en 2018, en medio de una corrida cambiaria, de un cambio notable en las expectativas del mercado sobre la falta de virtudes del modelo que imperaba, no ocurrió, por el contrario, generó más desconfianza: la conclusión fue que las cosas estaban realmente muy mal y todo empeoró”.

Fuente: Agencia Télam