En diciembre, la canasta básica total (CBT), que establece el umbral de la pobreza, aumentó 27%. De esta manera, una familia de cuatro integrantes (dos adultos y dos chicos) necesitó casi $500.000 para no ser considerada pobre, según informó el INDEC.

Desde diciembre, el salario mínimo, vital y móvil es de $156.000, lo que implica que ni aun trabajando los adultos del hogar, ese ingreso familiar básico alcanzó para no caer en la pobreza.

En tanto que la canasta básica alimentaria (CBA) -que marca los productos mínimos para subsistir- subió 30,1% y la misma familia necesitó de $240.679 en el último mes de 2023 para no caer en la indigencia.

Ambas canastas crecieron por encima de la inflación de diciembre, que alcanzó el 25,5%. En el acumulado del año, la CBT aumentó 258,2% y la CBA 225,1%. La inflación de alimentos acumuló una suba de 251,3% en todo 2023 y se ubicó casi 40 puntos por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que fue del 211,4% en los 12 meses.

Para ser de clase media en la Ciudad de Buenos Aires, en diciembre hizo falta un ingreso de entre $745.270 hasta $2.384.866, según el último informe sobre canastas básicas publicado por la Dirección de Estadística y Censos porteña. En tanto que para no ser pobre, pero aún vulnerables, los hogares debieron registrar ingresos entre $494.791 y $596.216 al mes.

A cuánto subió la canasta básica de crianza

El Indec también dio a conocer este lunes la valorización de la canasta básica de crianza de la primera infancia, la niñez y la adolescencia (0 a 12 años), de acuerdo con los costos de consumos y cuidados para esa parte de la población. En diciembre alcanzó los $197.046 para chicos menores a un año; los $233.528, de 1 a 3 años; los $192.988, de 4 a 5 años, y $242.918, de 6 a 12 años.

La canasta incluye tanto el costo mensual para adquirir los bienes y servicios para el desarrollo de infantes, niñas, niños y adolescentes, así como el costo de cuidado que surge a partir de la valorización del tiempo requerido para dicha actividad.